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Santiago García Tirado: "El profesor ya no es una figura de autoridad"

Santiago García Tirado, escritor y profesor de Lengua y Literatura de Educación Secundaria, presenta su nuevo libro 'Profesor(x)s Un emoji'. Título que, como él mismo menciona, tiene cierta ironía de cómo la figura del profesor se ha reducido a la mínima expresión.
Diego Moreno-ArronesJueves, 13 de marzo de 2025
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Santiago García Tirado.

Santiago García Tirado, escritor, profesor y colaborador del programa Escuela de Gamberrismo Ilustrado en Radio 3, presenta su nuevo libro Profesor(x)s. Un emoji. En él habla de la labor de las escuelas y profesores, y como estos se han trasformado al servicio de los mercados. En palabras del autor «Es una apología, y es un manifiesto en defensa de las y los que enseñan, quienes con su labor sostienen nuestro mundo» donde el relato es contado por los propios profesores, al contrario de como suele ocurrir donde otros usurpan ese derecho de contar el relato.

¿Por qué el título Un emoji?

– El título Profesor(x)s. Un emoji juega un poco con la ironía de esa idea de lo que es un emoji, es decir la mínima expresión de la idea de algo. El papel del profesor cada vez se ha ido reduciendo más hasta llegar a eso, a que sea un emoji, una idea simplificada de lo que era antes la idea del profesor.

Santiago, al comienzo del libro, mencionas que los profesores habéis perdido vuestro relato. ¿En qué momento crees que el profesor perdió su relato?

–En los medios de comunicación aparecerán y de hecho ya aparecen, el pedagogo de turno diciendo que hay una nueva tendencia y que ayudarán a mucha gente. Cuando vemos los telediarios, aparecen continuamente problemas que tienen que ver con esa etapa, desde la infancia a la adolescencia, y hablarán de maltrato de parejas, problemas de divorcio, problemas de acoso, nunca aparecerán en esos cortes la figura de un profesor, nunca se explica qué hacemos, qué se vive hay dentro.

Hay una parte de crónica donde yo explico situaciones que he vivido y situaciones que he visto a mis compañeros, y es una parte que es dolorosa, momentos que ponen los pelos de punta que se viven a diario, que se quedan en la sombra porque consideran que no son suficientemente importante como para hacer públicos.

Una de las cosas que comentas y que más me impresionó es que la figura del profesor, tras sufrir todos estos problemas, sólo puede llegar a dos extremos, al ‘burnout’ o al cinismo. ¿Hay alguna forma de detenerlo o de regresar de estos estados?

– Bien visto, el cinismo ocurre en el momento en el que uno dice “Bien. Entendido. Lo que tenemos aquí no es un sistema educativo, sino unas prácticas que tenemos que presentar a diario” y lo asume. El otro fenómeno es en el que uno dice “Me piden que haga una pausa y yo no quiero hacerla. Soy profesor, profesora y quiero hacer en consecuencia lo que es mi trabajo” tarde o temprano uno termina quemadísimo, destrozado, con problemas psicológicos graves.

Hay gente que llega a un momento irreversible, este año han aparecido profesores muy jóvenes que han dejado la docencia, que se han encontrado situaciones que no quieren volver a vivir. Esto es terrible que se diga, porque el trabajo de profesor es necesario, es un trabajo que está lleno de belleza, e insisto en que es necesario.

Mencionas en el libro que el profesor como “figura de autoridad intelectual” actualmente es mínimo. ¿Crees que el auge de las redes sociales puede bajar aún más esa figura de autoridad?

–Es curioso ver como, ya no solo la figura del profesor, sino cualquier figura, ya sea tutor o director, pierden cualquier autoridad actualmente, la figura del profesor pierde además esa figura intelectual que llamamos, el profesor tiene que intentar conseguir un orden del aula para poder impartir la clase, pero no puede impartir la clase sin conseguir ese orden por lo se convierte en algo imposible de conseguir realizar ambas cosas. Cada vez hay más jóvenes machistas, jóvenes que practican la violencia, que sienten fascinación por partidos de extrema derecha y cosas peores. Se ha extendido la figura de aquellos influencer o gurús que obtienen todo con el mínimo esfuerzo y esa idea cada vez es más peligrosa.

¿Qué sería necesario para arreglar la situación actual?

– Por ahora hay bastante que arreglar, pero lo más necesario son unas leyes y unas políticas que atiendan directamente a las peticiones de los profesores. Uno de los mayores errores que se cometen es el poco entendimiento de la enseñanza, se atiende a peticiones de políticos y altos cargos, peticiones de las familias, pero nunca se atienden a lo que opinan los profesores que estamos en las escuelas.

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Al profesor solo se le piden hacer tareas burocráticas, para ellos, el profesor debe ser funcionario, y como tal, trabajador eficiente. Como autoridad en la materia no se le necesita. Los docentes no son tratados con respeto

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¿Qué recomendarías a aquellas personas que quieren entrar a la docencia actualmente, los animas a continuar, o les adviertes de que abandonen el barco cuanto antes?

– Todo lo contrario, animo a entrar en la docencia. Ya he mencionado antes que me parece de los trabajos más bellos que existen, tienes la capacidad de enseñar lo que es el futuro, no es solo un trabajo lleno de belleza, si no que también es necesario.

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