Emilio Díaz: “Los conciertos tienen muchas goteras, pero siguen garantizando la libertad”

El secretario de Escuelas Católicas de Madrid, Emilio Díaz, visita La charleta educativa en un episodio en que se abordan, como no podía ser de otra manera, las cuotas, la financiación de la concertada o el decreto antipantallas de la Comunidad de Madrid.
José Mª de MoyaMiércoles, 26 de noviembre de 2025
0

Escuelas Católicas de Madrid representa a 340 centros educativos, que agrupan a 214.000 alumnos y más de 14.000 trabajadores. “Somos la entidad asociativa de centros de enseñanza más representativa de todo Madrid y de toda España”, señala con orgullo Emilio Díaz, su secretario regional. La organización agrupa a congregaciones históricas como Jesuitas, Marianistas, Maristas, La Salle o Hijas de la Caridad: «Muchas de ellas compiten por ser la institución más antigua de la capital».

Díaz reivindica el arraigo de estos centros: “Difícilmente creo que podríamos concebir Madrid sin la presencia centenaria de su escuela católica”. Para él, estos centros no han acompañado a la ciudad, sino que “los colegios han hecho Madrid, han liderado el cambio social”.

“La libertad de enseñanza está amenazada”

La preocupación por el futuro de la enseñanza concertada centró buena parte de la entrevista. Emilio Díaz defendió con firmeza que “los poderes públicos adolecen de una convencida apuesta por la libertad de enseñanza y, con ella, por la escuela concertada”. Y añadió: “La libertad de enseñanza es la primera de muchas otras”.

Recordó que el sistema de conciertos cumple 40 años y, aunque admite que presenta “goteras, fragilidades y obsolescencias”, lo considera “una fórmula afortunada que sigue permitiendo la elección en igualdad de condiciones”. Subrayó que “los conciertos no adormecen a los centros; al contrario, estamos despiertos porque tenemos que hacer mucho con poco”.

Reivindicó también el papel de la escuela católica como garantía de pluralismo, ya que “es una escuela con identidad propia, abierta a todos, sometida a unas reglas del juego claras”. Insistió en que “el régimen de conciertos es el que hace viable la libertad de enseñanza, y por tanto, es un régimen educativo esencial”.

Papel subsidiario de la concertada

Frente a esa idea repetida desde la izquierda de que es la enseñanza pública la que vertebra el sistema, señaló: “A la escuela concertada a veces no se nos deja llegar a todos los sitios”. Recordó también que muchos centros en zonas rurales desaparecieron con la primera hornada de conciertos: “Hemos perdido una presencia que no es por falta de voluntad, sino por no habérsenos permitido estar”.

"

La concertada no llega a todos los sitios porque no se nos deja. Muchos centros concertados rurales tuvieron que cerrar

"

Díaz lamentó que incluso partidos ideológicamente favorables a la libertad de elección educativa hayan mostrado falta de apoyo. Que Vox, que dice defender la libertad, haya criticado los conciertos en Castilla y León «porque apoya el cheque escolar, dice mucho de su sesgo”, afirmó. Y se mostró escéptico: “Explíquenme qué es el cheque escolar, porque no queda claro si es una ayuda, una beca, una paguita o un sistema estable”.

Recordó también que cuando se implantó el modelo de conciertos, ellos mismos lo criticaron: “Nos manifestamos en contra, había muchos temores y reticencias”. Sin embargo, cuarenta años después, asegura que se ha demostrado que “es el mejor modelo para garantizar la libertad de enseñanza en igualdad de condiciones”.

Desigualdad económica y precariedad en recursos

Díaz denunció con claridad el trato desigual que recibe la concertada en comparación con la pública: “Desde el punto de vista económico, claramente estamos peor”. Comparó la financiación directa de la escuela pública con el modelo concertado, que considera “claramente insuficiente”. “La partida de otros gastos se queda en un 40 o 50% por debajo del coste real de mantenimiento”, explicó. Además, “la dotación de profesorado en la pública supera en un 20% la de la concertada”.

Señaló también que los recursos de apoyo, como la atención a la diversidad o la orientación escolar, son escasos. Pidió a la Comunidad de Madrid un compromiso real con la libertad de enseñanza, que se traduzca en una mejora tangible del sistema de conciertos. “Muchos políticos dicen ser liberales, pero cuando aplican sus ideas se dejan muchas por el camino”, afirmó Díaz en referencia a la Comunidad de Madrid. Y añadió: “Obras son amores… Si quieren apostar por la libertad de enseñanza, tienen que cuidar a la escuela concertada, que es su herramienta fundamental”.

A vuelta con las cuotas

El secretario regional también respondió a las críticas sobre las cuotas que pagan las familias: “No estamos hablando de cuotas, estamos hablando de precios debidamente aprobados”. Explicó que se trata de actividades complementarias, servicios como comedor o actividades escolares, “con precios legales, aprobados por el Consejo Escolar y voluntarios”. Reconoció que “habrá cuotas más altas o más bajas”, pero subrayó: “Cada centro conoce a sus familias y lo que no va a hacer es pegarse tiros en el pie”. En su opinión, «el límite razonable debería ser aquel que no suponga que una familia tenga que optar por otro centro por cuestiones económicas».

Sobre las diferencias de cuantía entre centros, fue tajante: “En mi organización hay una gran diversidad, pero los precios cumplen los requisitos legales. No son lucrativos, y su importe es el necesario para afrontar el coste del servicio”. También defendió el uso de donaciones como un instrumento legal y voluntario para apoyar a los centros.

"

La cuota no debería suponer que una familia tenga que optar por otro centro por cuestiones económicas

"

Digitalización, salud y autonomía escolar

En la parte final de la entrevista, Emilio Díaz abordó la decisión del Gobierno madrileño de restringir el uso de pantallas en centros públicos y concertados. Cuestionó la medida tanto en el fondo como en la forma. Lamentó que se ignore el trabajo de años en planes de digitalización: “Llevamos 15 años de inversión, formación y experiencia”.

Insistió en que la decisión de usar o no dispositivos corresponde a los titulares de los centros: “Es acción educativa pura. Como si me dicen qué editorial debo usar. Decidiré yo”. Se preguntó por qué se excluye a la enseñanza privada de la medida si el argumento es la salud: “¿La salud importa solo en la pública y concertada?”.

Finalmente, dejó una reflexión que resume su visión: “Una sociedad digital que tiene una escuela que le da la espalda, algo falla”.

0
Comentarios