El éxodo de niños ucranianos encuentra "refugio" en una escuela de Madrid

Ahora, desde que las tropas de Vladímir Putin comenzaran su ataque el 24 febrero, otros 120 niños que han llegado a la zona sur de la región huyendo junto a sus familias del horror de la guerra, se han incorporado a las clases, por lo que, tristemente, ya se consideran «la escuela ucraniana más grande del mundo». «No hay un centro así tan grande como el nuestro ni en España, ni en toda Europa. Y tras el inicio de la guerra ya superamos a otro que hay en EEUU», asegura a Efe Oksana Horin, fundadora hace 15 años de esta asociación y del colegio que cada sábado imparte clases desde el Centro Valle Inclán de Alcorcón.

Horin, que acaba de regresar a España, después llevar unos años trabajando desde Ucrania para una empresa española, reconoce que decidió crear esta escuela para sus hijos y para los hijos de otros compatriotas, ya que no querían que «perdieran el idioma y descuidaran el ucraniano». «Ahora hemos aprovechado para acoger a todos los niños que han venido de la guerra. Es más fácil que se integren», añade Natalia Bondarenko, presidenta de la Asociación y que también lleva 22 años viviendo en España, a la que considera ya su hogar y donde han nacido sus hijos.

Bondarenko explica a Efe que la mayoría de niños que han venido huyendo mantienen sus estudios ‘on line’ con su colegio en Ucrania –»los que tienen la posibilidad», aclara–, aunque «de lunes a viernes van a colegio español, están escolarizados obligatoriamente».

La presidenta de la Asociación insiste en que, aunque la mayoría de los niños refugiados que acuden cada sábado a esta escuela confiesa que les gusta España y se están integrando relativamente bien, «todos quieren volver a su país». «Están asustados, pero todos quieren volver. Echan de menos a sus compañeros, pero también a su familia, a sus padres», lamenta Lilia Chyzhevska, una de las profesoras.

Chyzhevska, que lleva 16 años en España, es un ejemplo del perfil de profesores de la asociación: la mayoría nacieron en Ucrania, emigraron a España buscando un futuro mejor y encontraron en esta escuela una forma de dedicarse a la enseñanza, aunque algunos ni siquiera ejercen en España. Tienen estudios académicos terminados en Ucrania y algunos trabajan en algún centro educativo en España, pero en la asociación su trabajo es voluntario.

Los alumnos ucranianos que acuden cada sábado al Valle Inclán no solo leen, escriben y hacen sus deberes en ucraniano, también tienen actividades de baile, canto, deportivas y los profesores organizan sus clases para hacer salidas, visitas y otros eventos culturales.