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El fracaso escolar supone el 60% del gasto público en Educación

MagisnetMartes, 25 de septiembre de 2012
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El coste del fracaso escolar es, de media, un 60% del gasto directo del sector público en el sistema educativo. Además, reduce entre 2 y 4,5 puntos la rentabilidad privada de la Educación no obligatoria. Esta es una de las alarmantes conclusiones del último informe del BBVA sobre capital humano. El informe La rentabilidad privada y fiscal de la Educación en España analiza los incentivos privados para invertir en Educación, el efecto de diversas políticas públicas sobre estos incentivos y las implicaciones de la inversión educativa para las finanzas públicas.

Uno de los resultados más llamativos del estudio tiene que ver con el enorme impacto del fracaso escolar sobre los rendimientos privados y fiscales de la Educación. Las repeticiones de curso aumentan entre un 30% y un 63% el tiempo necesario para aprobar un curso académico, con el consiguiente aumento de los costes educativos.

Tal y como se constata en el informe, “el efecto de tan importante sobrecoste sobre las rentabilidades privadas y fiscales de la Educación es enorme”. Por ejemplo, mientras que la rentabilidad esperada de la FP I es del 9,1 % para los alumnos que completan el ciclo sin repetir curso, esta cifra se reduce hasta el 4,7% para el promedio de todos los estudiantes debido a la muy alta tasa de fracaso que hace que necesiten un promedio de 1,5 años de trabajo para completar con éxito un curso. Por tanto, los beneficios generados por un curso aprobado han de compararse con 1,5 veces los costes anuales del ciclo para calcular su rentabilidad.

Coste del fracaso escolar
En este sentido, el estudio estima que “los costes explícitos e implícitos del fracaso escolar para el erario público, incluyendo el valor presente de la pérdida de ingresos tributarios futuros, suponen en promedio un 60% del gasto directo del sector público en el sistema educativo”.

Además, el informe valora la decisión de los estudiantes de seguir estudios posobligatorios o incorporarse al mercado laboral y cómo esta decisión depende, en parte, de la relación entre los costes de seguir estudiando en el momento presente y los beneficios futuros de un año adicional de escolarización (un incremento en el nivel salarial esperado y una mayor probabilidad de empleo).

Considerando todos los subsidios, impuestos y prestaciones sociales relevantes, los autores estiman que la tasa de rentabilidad real de la Educación posobligatoria en España se sitúa entre el 5% y el 7% en el caso de Bachillerato y de los estudios universitarios de Grado (tanto de ciclo corto como de ciclo largo). Por ello, la permanencia en el sistema escolar o universitario es “una inversión muy atractiva para el individuo medio”. Como referencia, la rentabilidad media real antes de impuestos de una cartera formada a partes iguales por deuda pública y acciones españolas durante el período 1950-99 fue del 3,2% de acuerdo con estudios de 2002.
Únicamente en el caso de los estudios universitarios de posgrado (doctorados y másteres), la rentabilidad real es negativa. Esto quiere decir que el incremento salarial esperado como resultado de un año adicional de estudios a este nivel (teniendo en cuenta la correspondiente tasa de fracaso) es demasiado bajo para compensar la pérdida de ingresos y de experiencia profesional derivada de seguir un año más en el sistema educativo.

El estudio analiza también las implicaciones fiscales de la inversión en Educación, midiendo lo que recupera el sector público en ingresos fiscales. En la mayor parte de los ciclos posobligatorios, los ingresos fiscales permiten recuperar una parte importante del gasto directo inicial, que alcanza el 90% en el caso del primer ciclo de universidad. “En ausencia de fracaso escolar, los resultados serían mucho más positivos, situándose por encima del 50% en la Secundaria no obligatoria y por encima del 200% en los estudios universitarios de Grado”, concluye el informe.

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