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El PP utiliza su mayoría absoluta para aprobar una ley de partido

Diego FranceschMartes, 26 de noviembre de 2013
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El Gobierno viene insistiendo en que la supuesta soledad del PP en la aprobación de la Lomce es una soledad acompañada por los millones de votos que este partido recibió en las pasadas elecciones y que le dan mayoría absoluta en las cámaras, así como las 11 comunidades en las que gobierna. Ese implícito respaldo a la reforma no impide que el PP haya aprobado una reforma “en solitario”, una reforma de partido. Aunque la legitimidad es evidente, la ley nace viciada por este hecho, porque en política no se puede legislar pensando solo en el momento actual sino en que la ley dure, que la reforma se consolide.

El problema de la Lomce es que si el PP no revalida su mandato en las urnas, de nada habrá servido todo el esfuerzo por modificar el modelo Logse porque la oposición ya se ha comprometido –en un ejercicio de revanchismo– a derogar la ley una vez alcance el poder.

La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, destacó el apoyo “muy mayoritario” que recibió la Lomce en el Pleno del Senado. La ley fue aprobada por 136 votos a favor del PP y 81 en contra de toda la oposición, con tres abstenciones de UPN. “Es una de las reformas educativas que más apoyo ha conseguido a lo largo de la tramitación parlamentaria”, dijo Gomendio. Por eso, dijo no entender que se diga que la ley sale sólo con el respaldo del PP, que ha recibido el voto de la mayor parte de la sociedad. “Tiene mayoría absoluta y, por tanto, representa a un ámbito amplísimo de la sociedad, también de los profesores, los estudiantes y sus familias”, señaló.

Para el sindicato ANPE, a pesar de las últimas modificaciones, “se han mantenido artículos que generan el rechazo de la comunidad educativa”. Entre ellos, ANPE cita “la configuración y el diseño curricular, la pérdida de peso de importantes materias y las medidas que perjudican directamente a la enseñanza pública, como la cesión de suelo público para construir centros privados y las excesivas atribuciones otorgadas a los directores sobre política de personal así como otras que afectan a las condiciones laborales”.

Para este sindicato, “la falta de diálogo y de una verdadera negociación ha producido un rechazo de la comunidad educativa traducido en una crispación sin precedentes”. “A estas alturas –añade ANPE– los responsables del Ministerio deberían saber que una ley de Educación no puede hacerse sin un consenso político y social mínimo”.

Respecto a que la Lomce favorece a la Concertada, el sindicato FSIE responde que la Lomce “no incluye ni una sola mejora en los conciertos”. Por su parte, Escuelas Católicas expresó en un comunicado su “decepción porque [la tramitación en el Senado] ha supuesto una vez más una ocasión perdida para mejorar aspectos importantes de la nueva ley”.

En cambio, entre los profesionales, se han mostrado más satisfechos los miembros de asociaciones de economistas, matemáticos y científicos después de que el Senado haya garantizado que la reforma obligará a estudiar Matemáticas a los alumnos del Bachillerato de Ciencias Sociales.

En declaraciones a Efe, la presidenta de la Comisión de Educación del Comité Español de Matemáticas (Cemat), Raquel Mallavibarrena, destacó que estaban “muy contentos”. El portavoz de la Plataforma de Asociaciones catalanas de Economía, Carles Batllé, ha considerado también “positiva” la enmienda transaccionada a última hora por el PP con los demás grupos.

Donde no hay satisfacción es en las filas de los filósofos, ya que esta materia no se estudiará en 4º de la ESO y deja de ser obligatoria la Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato (ver página 6 de esta edición).

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