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Aprender a amar la lectura

La Feria del Libro es una buena excusa para que los más pequeños se inicien en el mundo de la lectura. Este año, la 63 edición está dedicada a la nueva Europa y pretende fomentar su conocmiento. Bajo el lema de Europa se construye con libros, el objetivo es explicar que los autores, los libros y, por supuesto, los lectores contribuyen también a la construcción de la Europa de los 25.
Miércoles, 16 de junio de 2004
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Autor: Jénifer LÓPEZ ÁLVAREZ

La Feria del Libro de Madrid se centrará este año en la nueva Europa, de ahí que el nombre de su 63 edición sea Europa se construye con libros.

De las 377 casetas, 10 están dedicadas a la literatura infantil y juevenil, pero, además, los niños tienen un lugar privilegiado en el pabellón infantil Europa cuenta, una propuesta para festejar que los europeos somos diferentes pero nos unen muchas cosas, entre ellas, la literatura infantil. Un pabellón, en definitiva, que permite a los niños descubrir Europa.

Actividades

Uno de sus organizadores nos comenta las actividades que se llevan a cabo: “los días de diario tenemos dos sesiones de cuentacuentos: la primera, a las 18’30, y la segunda, a las 20 horas. Los fines de semana ofrecemos tres: además de las dos anteriores, otra a las 12’30 de la mañana”.

Pero los fines de semana dan para más: “a las 12’30 y a las 18’00 tenemos paseos guiados por el Retiro, tanto para los más pequeños como para los adultos, una actividad destinada a conocer el Retiro a través de los libros y sus relaciones con la historia de Europa”.

Entre semana las actividades están dirigidas a los escolares. Para 3º de Educación Infantil y 1º y 2º de Educación Primaria, hay cuentacuentos. Para el resto de Primaria y 1º y 2º de ESO, una exposición guiada sobre Europa y la Literatura, además del paseo guiado por el Retiro adaptado al público escolar.

En el espacio escénico de cuentos sin fronteras los narradores ofrecen relatos traídos de toda Europa. Cuentos que hacen que se sientan cercanos a otros niños de otros países con los que comparten emociones.

En la exposición comprueban que hay muchos personajes y ciudades europeas que conocen a través de los cuentos.

En el pabellón infantil trabajan dos empresas: Amanocultura, que se dedica a la animación, a la cultura y a hacer excursiones y diseño, y Educando, una sociedad cooperativa que se dedica a la interpretación patrimonial de los valores histórico-artísticos y a la Educación Ambiental. Estos últimos son los encargados de realizar las rutas por la Feria del Libro.

La Feria es, sin lugar a dudas, una buena excusa para que los niños empiecen a amar la lectura y no lo vean como algo obligatorio.

Y es que los últimos datos del informe internacional elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico nos muestra un problema muy grave en los alumnos españoles: sólo un 5 por ciento de los estudiantes alcanza la máxima categoría en la comprensión de textos, evaluación de informaciones, construcción de hipótesis y aprovechamiento del conocimiento de lo leído. Entre los adultos, el 46 por ciento lee menos de un libro cada trimestre.

Y, todavía más preocupante, un 16 por ciento de los alumnos llega a los 15 años con dificultad para leer correctamente.

Una lectura comprensiva

Sara Vicente Mendo, otra de las organizadoras del pabellón infantil de la Feria del Libro y antigua profesora de Secundaria, cuenta que ella, desgraciadamente, se ha topado con la terrible verdad de que muchos niños no tienen una lectura comprensiva. “Las medidas que se deberían tomar se resumen en la animación a la lectura. Desde que el niño nace sería conveniente que le leyesen cuentos”, comenta.

En cuanto a las bibliotecas de los colegios e institutos, Sara considera que “no tienen que ser lugar de castigo, sino de fomento a la lectura”.

Uno de los principales problemas son los libros de lectura obligatoria para los niños. Un alumno no puede iniciarse en el mundo de la lectura leyendo La Regenta o El Quijote: “el profesorado tiene un gran desconociemieno acerca de la literatura infantil y juvenil. Está bien que el niño conozca la literatura clásica, pero para que llegue a ella es necesario un previo contacto con otros libros. En todo el mundo se está haciendo una literatura infantil y juvenil de gran calidad que los niños deberían conocer. Estoy convencida de que así habría muchos más lectores de los que hay. Leer no tiene que llevar imperativos”.

Por tanto, la Educación de los profesores se hace fundamental. Muchos de ellos desde que empezaron a ejercer, mandan año tras año los mismos libros, y un niño a esas edades no puede apreciar la calidad de la literatura clásica. Para eso ya tendrá tiempo a lo largo de su vida.

Otro problema de la sociedad actual es la enorme competencia que televisión, internet y videojuegos hacen a la lectura. En este sentido, la Educación de los padres juega un papel clave, ya que son ellos los que tienen que llevar un control: “el niño no puede estar jugando durante tres horas a un videojuego, pero sí puede estar media hora. Todo tiene que estar equilibrado”, comenta Sara.

Libros para los peques

Aquí ofrecemos algunos libros presentes en la Feria para que los niños se inicien en el mundo de la lectura:

—Siempre con mis amigos, de Ana María Machado: una historia sobre la amistad en la adolescencia ambientada en la época actual.

—¡Por qué siempre va a ser así!, de Jutta Treiber y Birgit Antoni: Juan no lo tiene fácil, constantemente le prohiben cosas que le son permitidas a su hermano mayor y piensa que es injsuto.

—El Hada Arcoiris, de N. Baxter y D. Jones: una historia llena de magia y colorido. Cada una de las hadas debe cuidar una parte del mundo: las flores, el cielo, los ríos…

—Dos Ranas, de Chirs Wormell: dos ranas en medio de un estanque comentan los peligros que les rodean.

—Piel de Asno, de A. Jonas y A. Romby: uno de los más hermosos cuentos de literatura infantil, un relato de princesas, príncipes, hadas y hechizos.

—Pica, Rasca, de Miriam Moss y Delphine Durand: nunca los piojos fueron tan divertidos.

—La reina de los colores, de Jutta Bauer: los colores inciden en nuestra vida. Unos provocan tensión y otros, tristeza.
 

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