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La gran gruta de hielo

El aula viva de la recién inaugurada Gran Gruta de Hielo de Faunia permite a los alumnos visitantes conocer “in situ” el ecosistema polar y los animales que lo habitan, entre ellos, por supuesto, los pingüinos en sus seis especies más representativas: Adelia, Humboldt, Megallánicos, Papúa, Rey y Saltarrocas.
Miércoles, 12 de enero de 2005
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Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

El interior de una gruta de hielo excavada en el corazón de un glaciar es lo que podrán contemplar los visitantes de Faunia, el parque temático de la naturaleza en Madrid, gracias a la recientemente estrenada Gran Gruta de Hielo, un espacio integrado en el mayor ecosistema polar de Europa.

Después del expositor principal antártico donde habitan buena muestra de los animales que viven en el extremo más meridional del planeta, el visitante se adentrará en un túnel de hielo, con poca luz y un suelo que evoca una banquisa en formación con placas de hielo llanas y quebradas geométricamente. Al entrar en la Gran Gruta de Hielo, a la derecha se encuentra la nueva instalación de pingüinos de Humboldt.

Concretamente, son 23 ejemplares procedentes de otros parques de la naturaleza de Europa y todos ellos participan en el programa de cría internacional de esta especie, actualmente en peligro de extinción. Este programa se enmarca dentro de los programas de conservación de especies amenazadas y en vías de extinción de Faunia. Con la incorporación de esta nueva especie, son seis en total –las más representativas– las especies de pingüinos que alberga el parque de la naturaleza de la capital: Adelia, Humboldt, Magallánicos, Papúa, Rey y Saltarrocas.

Dentro de la gruta el suelo está constituido por placas de rocas y muros de dos metros de altura que representan las oscuras y ariscas rocas cortantes quebradas por la helada. Una bóveda de hielo con formación de estalactitas se apoya sobre la parte superior de las rocas y recubre el techo de la gruta.
El recorrido permite pasar junto a cataratas de hielo que proyectan una tenue luz azulada, conocer el aspecto de un colmillo de megalodón –un tiburón fósil– o el esqueleto de una beluga o ballena blanca, y descubrir el origen del meteorito ALH84001 que fue encontrado en la Antártida en 1984.

También en el interior de la Gran Gruta de Hielo, los alumnos que acudan podrán aprender y divertirse en un aula viva que permite conocer “in situ” el ecosistema polar y los animales que lo habitan. Estas aulas forman parte del programa educativo que Faunia dirige a todos los centros escolares de España con un único objetivo: que los niños y adolescentes aprendan y se diviertan en contacto directo con la naturaleza.

Finalmente, la gruta desemboca en un nivel inferior donde el visitante disfrutará de los pingüinos en pleno “vuelo submarino” y encontrará un acuario cilíndrico que acoge peces de diferentes especies, que refleja el efecto que provocan las corrientes oceánicas. Además, existen dos acuarios semicirculares que alojan bogas, krill y kelp –un alga cosmopolita que llega a medir hasta 10-12 metros de longitud–, que representan la cadena trófica de alimentación de los pingüinos.
 

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