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Precaución, pequeños conductores de bicicletas

Con el objetivo de revitalizar la Educación Vial como eje central de toda acción preventiva, el Instituto MAPFRE ha presentado la Guía del Ciclista, una interesante forma de preparar a los pequeños para hacer frente a las responsibilidades que vayan adquiriendo como conductores de bicicletas.
Miércoles, 22 de enero de 2003
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A la vista está que el ciclista es uno de los elementos más frágiles de la Circulación Vial. Prueba de ello es que cada año fallecen en España cerca de un centenar de ciclistas –en el año 2001 fueron 74– y otros quedan con graves secuelas, la gran mayoría de ellos debido a accidentes de tráfico en zona urbana. Por tanto, hay causas más que suficientes para tomar medidas y atajar de un modo sistemático este grave problema, que afecta actualmente y sin excepción a los ciclistas de todas nuestras ciudades y carreteras.

El conflicto patente entre ciclistas y conductores hace necesario fomentar un mayor respeto y solidaridad entre ambas partes. Por esta razón y dado que cualquier solución que se plantee debe partir de un estudio pormenorizado de cada situación, el Instituto Mapfre de Seguridad Vial, en colaboración con la Real Federación Española de Ciclismo, ha elaborado la Guía del Ciclista, un cuaderno ilustrado que pretende servir de ayuda a ciclistas, educadores y alumnos en la transmisión y el aprendizaje de las reglas básicas en pro de un desplazamiento lo más seguro posible.

Pensada para que los más pequeños se preparen para hacer frente a las responsabilidades que vayan adquiriendo como conductores de bicicletas, esta guía enseña –y en algunos casos recuerda– cuáles son las reglas y comportamientos básicos para desplazarse con seguridad, de manera que se adquieran hábitos encaminados a la creación de un auténtico “sentido vial”.

Así pues, este didáctico cuaderno incluye interesante información sobre la bicicleta, su funcionamiento (prestando especial atención a los frenos) y mantenimiento, así como la velocidad y maniobras adecuadas. Por otra parte, se tratan los lugares por donde circular con bici, las precauciones a tener en cuenta, las prohibiciones y las señales. Y, por si fuera poco, también hay espacio para un “diccionario del ciclista”, un recordatorio de todo lo aprendido, unas fichas de evaluación y dos cómics: uno de ellos ya está escrito y pintado; el otro lo debe crear el atento lector de la guía. No en vano, estas últimas páginas tienen como objetivo dar vía libre a la imaginación del niño.

En un fenómeno tan complejo como el tráfico, tanto los peatones como los ciclistas son la parte más débil, razón ésta por la cual deben ser aún más exigentes con el conocimiento de las normas y los comportamientos más seguros, así como con el respeto por parte de los conductores. Ahora bien, desde el Instituto Mapfre también se espera que la experiencia y formación recibidas se mantengan a la hora de circular con cualquier otro vehículo, esto es, que el pequeño aprenda a comportarse de una forma saludable, cívica y solidaria en cada uno de sus contactos con la carretera. 

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