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Cuentos de siempre para los niños de ahora

“Recuperamos el valor educativo de los textos de tradición oral” es el título de esta experiencia llevada a cabo en la Casa de Niño de Navacerrada. Las educadoras tratan de inculcar en sus alumnos la pasión por la lectura desde que son muy pequeños gracias a los cuentos de toda la vida.
Miércoles, 15 de octubre de 2003
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Desde nuestra Casa de Niños pretendemos que, en el aula, la poesía sea la primera oportunidad para escuchar, cantar y jugar. Sentir el placer de los sonidos, de su ritmo y combinación. Relacionar la vivencia de la palabra con el movimiento, el baile, el juego, como siempre han hecho con la poesía folclórica. La literatura popular se caracteriza porque es tradicional, es decir, transmitida de generación en generación desde el pasado, y viva, con diferentes variantes. Y funcional, nace para acompañar todos los momentos de la vida: el juego, el trabajo, las fiestas religiosas y profanas, los bailes, el amor, el cambio de estaciones…

Para trabajar la poesía en las aulas hemos partido de la organización del centro. Hemos tomado como eje metodológico la organización del tiempo en torno a las rutinas (momentos significativos de la vida cotidiana, fijos en cuanto a la secuencia de sucesión y variables en cuanto a la duración: entrada, asamblea, desayuno…).

Nuestro equipo incorporó desde hace tiempo, en la asamblea, rutina con la que comienzan las actividades de la mañana, textos de tradición oral (canciones, poesías, dichos, retahílas…). Estos textos están relacionados con la unidad didáctica que se está trabajando en ese momento.

Este curso, mediante la elaboración del “Refranero viajero” con la participación de las familias, pretendemos recoger parte de la poesía y del folclore tradicional. Invitamos a las familias a revivir su infancia y a compartir con el equipo educativo y con los niños el saber popular. ¿No es la mejor manera de ir haciendo lectores, de llevar a los niños al mundo mágico de los textos de tradición oral e irles descubriendo la belleza de la lengua que hablan?

Videoconferencias

La elaboración del “Refranero viajero” se ha desarrollado de la siguiente forma: preparamos tres cuadernos, uno por aula. Cada cuaderno estaba dividido en cinco apartados: el Otoño, el Invierno, la Primavera, el Verano y tema libre. Cada tutora realizó una introducción al cuaderno de su clase. En ella se explicaba a las familias el valor educativo de los textos de tradición oral.

Comenzamos nosotras escribiendo, en cada uno de los cinco apartados, un texto de tradición oral de los que ya habíamos trabajado en nuestras aulas. Intentábamos, de esta forma, animar a los padres a participar.

Cada quince días, un niño del aula se llevaba a su casa el “Refranero viajero” y a su familia le dábamos las siguientes consignas:
—Tratar con cuidado el cuaderno, ya que es de todos los niños.
—Decorar los textos que escribáis con recortes, dibujos, elementos naturales…
—El tiempo máximo de utilización será de quince días. Si se necesita más tiempo, se tendrá que informar a la tutora del aula.
Cuando los niños traían al aula el “Refranero viajero”, se observaban y se leían los nuevos textos y las imágenes que se habían incorporado. Si los textos eran muy extensos, se dividían por estrofas y se leían y comentaban durante varios días.

Conclusiones, desde todos los puntos de vista

PARA LOS NIÑOS
—Han intercambiado y compartido con la familia, a través del cuaderno, las intenciones educativas, creativas y culturales propuestas desde el colegio.
—Han implicado a los abuelos, padres, hermanos, etc., en esta actividad.
—Han conocido formas diferentes de expresar sentimientos y emociones.
—Han desarrollado y aumentado su lenguaje con la incorporación de palabras nuevas al vocabulario habitual.
—Han intercambio con sus compañeros, en el aula, los textos elaborados por sus familias.

PARA LAS FAMILIAS
—Ha sido un cauce para poder expresar unas vivencias propias de forma creativa e innovadora. Han presentado sus aportaciones de forma estética, agradable y cuidadosa.
—Han tomado muy en serio la actividad.
—Ha sido un medio de comunicación entre el entorno familiar y el escolar.
—Ha sido un cauce de participación para todas las familias, y de forma especial para aquellas que no disponían de otra forma de colaboración con el centro.

PARA LAS EDUCADORAS
—Ha tenido un gran valor educativo y cultural, pues hemos recuperado muchos textos de tradición oral para trabajar en el aula.
—Nos ha sorprendido favorablemente la implicación positiva de las familias ante esta nueva actividad.
—A nosotras nos ha permitido enriquecernos con las aportaciones de las familias al repertorio habitual de canciones, poesías, refranes, dichos, etc., que trabajamos en el centro.
—Nos ha permitido establecer con las familias un vínculo afectivo por medio de estos textos de tradición oral.
—Ha sido muy gratificante para nosotras observar los trabajos realizados por los hermanos en este libro, ya que éstos son antiguos alumnos de este centro.
—Como equipo, hemos dedicado un tiempo de nuestro trabajo a diseñar la planificación y realización de esta nueva actividad. Ha supuesto un enriquecimiento y crecimiento personal para todas nosotras.
—En la rutina de la entrada, momento en que las familias entregaban “el refranero”, dedicábamos un tiempo a intercambiar la experiencia y vivencias que les había supuesto su realización.

Mª Pilar FERNÁNDEZ, Susana GARCÍA-GARCÍA, Ana María GONÇALVEZ, Mª Ángeles LARUELO, Cristina MECO
Casa de Niños de Navacerrada 

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