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Rico en fósforo y calcio

Gracias a la experiencia Los alimentos, desde su origen hasta el consumidor, los alumnos del madrileño CP “Valdepalitos” de Alcobendas han aprendido a comer de una forma más saludable.
Miércoles, 28 de enero de 2004
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“Estudiar la cocina de un pueblo es, de alguna manera, penetrar en la historia de la civilización de este pueblo”. Partiendo de esta reflexión, se intenta conseguir una alimentación equilibrada, mejorando hábitos, cambiando costumbres y aportando conocimientos alimentarios. A la edad de los alumnos del centro, de tres a 14 años, es necesario un aporte racional de nutrientes para un adecuado desarrollo de su organismo. Por lo tanto, no se trata de un simple capricho, pues la salud de los niños debe ser primordial en la familia y en la escuela.

Desde Infantil a Secundaria, todos los niños fueron los protagonistas de las actividades que se desarrollaron a lo largo de todo el curso. Así, en la mayoría de las asignaturas, como Lenguaje, Matemáticas o Educación Física, se dieron lecciones sobre los alimentos.

Objetivos de la experiencia

Al diseñar este proyecto se plantearon una serie de objetivos, entre los que destacaron los siguientes:

—Realización de menús típicos españoles, franceses, ingleses y comparación del aporte calórico.
—Valorar calóricamente menús elaborados por los niños.
—Enseñar a los alumnos a discernir frente a una publicidad tendenciosa.
—Cultivar y recolectar productos de nuestro huerto.

Previamente, los profesores se han documentado sobre los contenidos que se iban a desarrollar, para así orientar al alumnado y aclarar perfectamente lo que se prentendía conseguir.

Es el momento de pasar a la acción y cumplir con los proyectos propuestos, los cuales estaban diseñados especialmente para cada edad. Así, los más pequeños reproducieron alimentos con plastilina, ceras o temperas, y elaboraron fichas sobre el desayuno, la comida y la cena.

En el Ciclo de Primaria se intentó conseguir una mejor elección de los alimentos, desarrollar los sentidos y habituarles a una comida más saludable. Además, los niños visitaron la Granja Escuela de la Comunidad de Madrid, donde recolectaron productos de la huerta y clasificaron algunos alimentos “ecológicos” como leche, huevos o carne.

La alimentación en los recreos se cambió por zumos, bocadillos y otros alimentos más saludables, ya que los mismos alumnos analizaron los bollos, batidos y refrescos. Vieron sus efectos perjudiciales, y decidieron por sí mismos sustituirlos por fruta. Por otro lado, se cambiaron los lápices y cuadernos por platos y batidoras, con las que realizaron bizcochos o castañas asadas.

Concursos de salud

Alumnos de la ESO elaboraron preguntas para dos concursos, que en muchos aspectos se asemejaban a los que se emiten por televisión.
Para El Rosco se preguntó sobre ditintos aspectos alimentarios. La respuesta era un alimento con una determinada letra en su comienzo o contenido. Se realizaron cinco juegos con 28 cuestiones para cada uno, que fueron leídas y contestadas por un presentador y dos concursantes respectivamente.

También se divirtieron con Salud 100 por 100, donde un improvisado Carlos Sobera daba cuatro opciones al participante, que tenía que elegir la única respuesta válida.

Alimentación más sana

Gracias a esta experiencia, se han comprobado una serie de cambios en la alimentación de los alumnos. Dichos cambios se han materializado en los alimentos consumidos en el recreo y en una mejor aceptación del menú escolar. El proyecto se ha ido programando cada trimestre con una serie de experiencias acordes con la edad y la materia en la que se impartía. Se han desarrollado una serie de contenidos, como:

—La alimentación a través de la historia.
—Diferentes tipos de alimentación, según su cultura o influencias sociales.
—Análisis del etiquetado de los alimentos.
—La higiene en el proceso alimenticio: consumo y manipulación que se produce antes de las comidas.

Mª Josefina ROA GIL
CP “Valdepalitos”, Alcobendas 

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