Desde mi cama del hospital

Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

Esta original iniciativa de reunir dibujos de niños hospitalizados surgió a raíz de una exposición, organizada por Adion (Asociación Infantil Oncológica de la Comunidad de Madrid), donde pequeños enfermos de cáncer expresaban sus sentimientos a través del arte. Tanta creatividad bien se merecía ser compartida con otros niños y, por supuesto, con sus mayores.

De modo que el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid publicaba por vez primera este libro en julio de 2002. “Estos niños soportan, a veces, dolorosos tratamientos y, sin embargo, siguen luchando sin que se les agote esa ilusión por la vida”, escribía Pedro Núñez Morgades en la presentación del libro.

Los autores, los niños

Pocos libros tienen como autores a los niños y pocos son también los pequeños que se deciden a expresar sus sentimientos en un papel con edades tan tempranas como los tres años, si bien también tienen cabida en este libro los dibujos de adolescentes de hasta 16 años.

Todos estos pequeños dibujantes tienen un punto de unión: han estado ingresados en un hospital y han sido diagnosticados de cáncer. Los dibujos, donde dan rienda suelta a sus sentimientos, nos hablan de lo que piensan acerca de la situación que están atravesando, cómo ven el hospital donde reciben tratamiento, cómo se ven a ellos mismos y, lo más importante, qué quieren ser ellos cuando toda la enfermedad pase y lleguen a “ser mayores”.

Ante un diagnóstico de cáncer, el niño debe enfrentarse a una situación brusca de cambio en su vida que le provoca malestar físico y emocional. En su proceso de adaptación a esta nueva realidad, el chaval pasa por distintas reacciones emocionales y realiza ciertos procesos cognitivos que le facilitan la elaboración de lo que está experimentando.

El dibujo es uno de los medios privilegiados que el niño utiliza para expresar lo que está viviendo, unido a todos los sentimientos y emociones que le acompañan. De hecho, en el dibujo es él quien domina la situación: añade o quita elementos, libera o reprime sus sentimientos, objetiviza o idealiza el momento…

Experiencia colectiva

Los dibujos que recoge este libro no son realizados con un fin terapeútico, sino como un medio de comunicación de una experiencia que comparten con todos los niños participantes y que, en la mayoría de los casos, ejecutan conjuntamente. Así, la difícil situación se vive de forma colectiva.

Por nuestra parte, los que ojeamos estas páginas participamos en el mundo de los niños hospitalizados. No en vano, si hay algo que transmite Desde mi cama del hospital es emoción: “queremos rendir un homenaje a estos niños, solidarizarnos entrañablemente con ellos y encender una llama de esperanza, para que, en la medida en que cada uno de nosotros podamos, contribuyamos a paliar de alguna forma su sufrimiento”. Desde MAGISTERIO nos unimos a este sentimiento.

De mayor quiero ser…

Estos dibujos nos dan la oportunidad de acercarnos a la representación que han hecho varios niños sobre su experiencia ante tres situaciones de gran significación para ellos en este momento concreto de su vida:

—Mi hopital: cada niño aborda su experiencia con el hospital de forma muy personal. Unos representan la situación en toda su globalidad, incluyendo aspectos materiales y de las personas, mientras otros prefieren tomar distancia sólo dibujando detalladamente los elementos materiales del edificio.

—Mi autorretrato: hay dibujos en los que el niño se representa solo, sin ningún otro elemento, y otros donde se añaden detalles del entorno.

—Qué quiero ser de mayor: en su mayoría, los niños han logrado separar su actual situación de enfermedad y han plasmado sueños o vivencias cercanas.

Así, hay aventureros, pintores, jardineros, actores, deportistas o granjeros. Toda una gama de actividades muy similar a la de cualquier niño de su edad.