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Venta de niños vía sms en la zona del Tsumani

La venta de niños ha llegado a los móviles tras la desgracia de Tsumani. “El tráfico de menores no es algo nuevo en Indonesia, pero el riesgo ahora es mayor”, ha declarado Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef. De hecho, Indonesia ha cerrado las fronteras para evitar que redes mafiosas secuestren niños y los usen como esclavos u objetos sexuales.
Miércoles, 12 de enero de 2005
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Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

Cambiar dinero por un niño, según denuncian algunos medios locales indonesios, es tan fácil como enviar un sms por el móvil. Así, en los últimos días proliferan los mensajes telefónicos que comercializan con los menores. Por esta razón, el Gobierno de Indonesia ha cerrado sus fronteras para evitar secuestros, si bien esto no impide la actuación de las redes mafiosas que se dedican a traficar con menores.

Estas medidas se producen tras las advetencias de Unicef, que ha alertado de las posibles transacciones de niños huérfanos como esclavos o incluso como objetos sexuales en países vecinos. Para evitar que las bandas de secuestradores tengan fácil acceso a los menores huérfanos aprovechando el caos de la zona, el Gobierno de Indonesia ha colocado guardias especiales en los campos de refugiados.

Asimismo, para reducir los secuestros, el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, ha invitado a los ciudadanos a adoptar a alguno de los huérfanos. Esta iniciativa ha despertado ciertos recelos entre organizaciones humanitarias como Unicef, que trabaja “para mantener a los niños en sus comunidades y países de origen”, según ha declarado Carolyn Hardy, consejera delegada de Unicef en Australia. “Si se da el caso de que un niño necesite realmente salir de su comunidad o país de origen, Unicef no facilita ni recomienda las adopciones entre países”, ha añadido.

Pero la compra-venta de huérfanos puede llegar a todas las zonas afectadas por el “tsumani”. En Tailandia, la policía investiga las desaparición de dos niños europeos, uno sueco y otro austríaco, que fueron hospitalizados en el suroeste del país tras el maremoto del 26 de diciembre, y que se sospecha que pueden haber sido secuestrados.

Lo cierto es que en situaciones como la que se vive en la zona del “tsumani” –donde las familias se han separado, las fuentes de ingreso se han perdido y la esperanza está en los suministros a corto plazo– los niños son los más vulnerables a una explotación sin escrúpulos. Toda la acción humanitaria debe ser concebida para reducir esta vulnerabilidad de la infancia, así como para ayudarles a afrontar sus traumas, reiniciando la escuela tan rápidamente como sea posible. “No hay ninguna señal tan clara de esperanza como reconstruir y volver a abrir las escuelas”, ha afirmado la directora de Unicef, Carol Bellamy. En este sentido, para restablecer la Educación, los adultos que interactúan con los niños –profesores y trabajadores sanitarios– deben ser formados para reconocer los signos de trauma severo infantil.  

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