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Alternativas a las pandillas para más de 110.000 niños

En la ciudad de El Alto, Bolivia, existen cerca de 200 pandillas juveniles. Intervida ha puesto en marcha dos centros culturales con el fin de brindar a los jóvenes una alternativa real a su condición de vida, y así reforzar la oferta cultural y formativa para ellos.
Miércoles, 25 de mayo de 2005
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Autor: Belén BRITO

Existen grandes preocupaciones sociales en América Latina. En los últimos años, la proliferación de las pandillas juveniles o maras es uno de los más graves, puesto que la delincuencia es cada vez mayor. Estas pandillas están formadas por adolescentes y jóvenes que adolecen de opciones laborales y de ocio, y entran en un círculo del que les es difícil salir.

En la ciudad de El Alto, las pandillas se han multiplicado de manera alarmante. Según la Dirección de Seguridad Ciudadana, hasta 2004 estaban registradas más de 120 maras, de las que el 55% cometían robos y atracos, y el otro 45% se dedicaban al consumo de alcohol. En la actualidad, se estima que hay cerca de 200 pandillas en esta ciudad de joven creación.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, un 95% de la población son menores de 30 años y el 53% tienen menos de 19 años. Esto provoca que este colectivo tenga pocas oportunidades laborales: el índice de desempleo se sitúa en el 65%. La juventud se enfrenta a una serie de discriminaciones, tanto en el ámbito económico-social y generacional como en el cultural.

Los factores familiares también contribuyen a la situación, muchos pandilleros proceden de familias desintegradas. De ahí que estos chicos sientan la necesidad de pertenecer a un grupo social, en el cual encuentren identificación, reconocimiento y apoyo. Ello se hace patente en el surgimiento de estas pandillas.

Ante estas circunstancias, el Área de Programas Sociales y Culturales de Intervida Bolivia está trabajando para crear varias propuestas que amplíen la formación y cultura de este colectivo. De esta forma, se promueve el establecimiento de puntos de encuentro y de formación con la apertura de centros culturales. Se trata de espacios con actividades alternativas a las delictivas para dar opciones de futuro a los menores que no saben qué hacer después de Primaria, o que se encuentran confundidos con el paso de la infancia a la vida adulta.

Aunque estos centros están dirigidos a toda la población (cerca de 280.000 personas participarán) se centrará en la atención a niños, adolescentes y jóvenes de escasos recursos. Así, se calcula que ayudarán a 57.000 adolescentes y jóvenes, y a más de 110.000 niños. Las actividades se organizan en función de la edad para diferenciar los grupos con diferentes prioridades.

El proyecto cuenta con talleres y cursos para niños entre 13 y 25 años para potenciar sus capacidades artísticas, culturales y sociales, mientras que a los niños de cuatro a 12 años les permite reunirse y divertirse con sus amigos de forma sana y creativa. Intervida apuesta por que las propias comunidades asuman la gestión de los centros, haciéndose cargo de la creación, desarrollo y continuidad de los mismos. 

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