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El cómic, el mejor aliado de la literatura

Acercar a los niños y adolescentes a la literatura puede resultar un proceso lento y difícil si no nos comprometemos a encontrar fuentes de motivación y estímulo que fomenten el hábito lector desde edades muy tempranas.
Miércoles, 17 de octubre de 2007
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Autor: Mª Carmen PORTELLANO

Si hacemos de la lectura una tarea divertida, el niño se acercará a los libros con una disposición positiva. En este sentido, el cómic es un medio muy atractivo y motivador. La combinación de dibujo y texto, unido a colores y formas, atraen al niño desde edades muy tempranas; aun sin saber leer, son capaces de interpretar el sentido de las viñetas gracias a la abundancia de onomatopeyas, comentarios, ruidos… El cómic puede ser una puerta excelente de iniciación para la lectura crítica de la imagen, para su análisis y para la creación artística y literaria. Hay que recordar que el objetivo principal es crear hábitos de lectura, ¿cómo? Potenciando su curiosidad para conseguir el acercamiento a la Literatura “con mayúsculas”.

La imagen

En el caso de los cómics, la imagen se comprende sin necesidad de ser decodificada: con una visión global se alcanza la totalidad del mensaje. Aunque la secuencia de lectura es similar a la de los textos, la horizontalidad gráfica del desarrollo de la trama (de izquierda a derecha, y de arriba a abajo) facilita la tarea, ya que les supone un menor esfuerzo de comprensión de la historia que se narra. Esto es, la mirada se sitúa sobre la palabra.
La ley del “mínimo esfuerzo” es uno de los caballos de batalla con los que hemos de competir cada día desde las aulas, utilizando todas las estrategias posibles para, día a día, ganar pequeñas victorias contra ese mundo donde la imagen, inventada desde mundos virtuales, se impone a la imagen creada por la imaginación, a través de la lectura de un cuento o un libro.

Enriquecimiento

Hoy se apuesta por un aprendizaje significativo donde la lectura forma parte de la vida del estudiante, pero no sólo desde un prisma académico, sino también desde una perspectiva lúdica, que enriquezca intelectual y emocionalmente a nuestros alumnos. Esto no significa que dejemos de lado a los clásicos; de hecho, están presentes en los programas desde la etapa Infantil. Cualquier niño sabe quién era Don Quijote, El Lazarillo, el rey Arturo, Ulises… y otros muchos personajes gracias a la lectura de los cómic. Es el primer paso para interesarse años después por la esencia de esas historias.
Aun así, la adaptación de una obra literaria al cómic no puede quedarse en la simple ilustración o caer en la redundancia excesiva respecto de las citas del texto original. El cómic ofrece una visión general de contenidos, personajes, acciones…, pero no llega a reflejar el verdadero fondo, la esencia, los recursos, figuras estilísticas, ni tampoco el estilo propio que dejó el autor en su obra.

Estadísticas

Según estadísticas oficiales, el 90% de los niños leen, quizá más que nunca, pero depende de a qué nos refiramos con el término “leer”. El niño lee para aprender un tema, lee para recibir información, lee aquellas señales y anuncios que le rodean, lee en el “Messenger”, en foros, el e-mail, etc., pero no son lectores de “literatura clásica”. Leen otras literaturas que también les enriquecen y que les acompañan en ese recorrido hacia la “otra literatura”.
Comprender un texto es interaccionar con él. Y el cómic es un medio con el que fácilmente se identifican los niños porque su comprensión se “visualiza”. Sin embargo, al leer un texto literario ha de averiguar lo que se dice, etc., y todo aquello que la magia de la palabra va desgranando.
Leer cómic puede ayudar a mejorar la comprensión lectora de otro tipo de textos, pero siempre salvando la distancia formal que existe entre ambos.


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