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CECE pide una participación “ordenada” de las familias

MAGISTERIO recibe el Premio Fapel en el Congreso europeo de AMPA.

Martes, 26 de octubre de 2010
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Representantes de las instituciones premiadas. (Foto: Magisterio)

“La participación de los padres en la vida escolar deber ser ordenada. Ni el colegio debe meterse en determinados ámbitos de la familia, ni las familias deben meterse en ciertos asuntos del centro”. Así de contundente se mostró Antonio Rodríguez-Campra, presidente de la CECE, ante los más de 400 participantes en el Congreso Europeo de Padres y Madres de Alumnos, celebrado recientemente en Barcelona. Fue la nota de color de un congreso en el que los representantes de las AMPA europeas exigieron, lógicamente, más participación en los centros. Rodríguez-Campra concretó tres ámbitos de actuación –y no más– en los que puede centrarse la participación de las familias: colaborar en aquello que sólo el padre o la madre pueden hacer; colaborar en las actividades extraescolares, y defender al colegio en el ámbito público.

Esta exigencia de una participación ordenada vino también de la escuela pública. Carles Matas, ex-presidente de AXIA (Asociación de Directores de la Educación Pública de Cataluña) abogó por “una participación de las familias ordenada y con responsabilidad”. Además, destacó la importancia de ofrecer mucha información a los padres de los alumnos y, en concreto, sobre tres temas: las notas, las faltas de asistencia y el comportamiento de los jóvenes.

Otra de las sesiones más controvertidas del Congreso fue la que abordó el tema de la  la coeducación y la Educación diferenciada. Los profesores de la Universidad Internacional de Cataluña, Enric Vidal y Jaume Camps, trataron de dar un giro al debate y abordarlo no desde una ideología de género, sino desde una “inteligencia de genero”, según sus mismas palabras. Vidal aseguró que la escuela mixta ha fracasado y para ello basta ver las abismales diferencias de resultados que obtienen los chicos y las chicas. Es cierto que se ha agrupado en el mismo aula a chicos y chicas, pero también es cierto que la enseñanza sigue siendo eminentemente masculina. Una verdadera coeducación debería haber atendido a las evidentes diferencias entre la naturaleza masculina y femenina, pero no lo ha hecho llevados, tal vez, de “planteamientos ideológicos, de los que que hay que huir”. En este punto, Vidal dice que no hay más que dos caminos: una verdadera coeducación o la Educación diferenciada. El profesor Camps quiso rebatir ese supuesto que sostiene que la escuela debe ser un reflejo de la sociedad y la sociedad es mixta. Para Camps, “la escuela no es la sociedad, ni tampoco es la familia” y, por tanto, debe guiarse por sus propias reglas.

Finalmente, resultó muy provocadora la ponencia del profesor de la Universidad de Boston , Charles Glenn, que invitó a los asistentes a importar las “charter schools” americanas. “La escuela charter es un centro público en el que, a propuesta de un grupo de padres y profesores o de una organización no gubernamental, se elabora un proyecto educativo con el que alcanzar los estándares académicos establecidos por el gobierno del estado”. Para entendernos, estaríamos antes escuelas públicas de gestión indirecta o privada, más que antes centros concertados. Prueba de ello es que de momento “las charter no pueden tener carácter religioso”. ¿Habrá algo similar en Europa? “Creo que sí”, contestó Glenn.

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