Serrat advierte de que la calidad educativa no supone "café para todos"
La consejera de Educación, Dolores Serrat, ha advertido de que la calidad educativa no se mide por el número de programas que se implantan y mucho menos por el "café para todos", por lo que ha insistido en la necesidad de evaluar estos programas, tanto en lo que se refiere a su utilidad como al resultado de su aplicación.
La consejera ha comparecido ante el pleno de las Cortes, a petición del Grupo Socialista, para explicar cuáles van a ser las líneas de actuación de su departamento en materia de programación educativa.
Serrat ha recordado a la diputada socialista Mayte Pérez que encontró "prácticamente programado" el curso escolar cuando tomó posesión a mitad de julio de este año, pero ha asegurado que "no va a hacer dejación" de sus obligaciones como gobierno.
En este sentido, ha dicho que la calidad y la libertad son los ejes que marcarán su actuación, pero libertad "entendida como igualdad de oportunidades", algo que nada tiene que ver con "el igualitarismo", porque éste lleva "a igualar por la base y a una disminución de la calidad".
La consejera ha dicho durante su intervención que durante la gestión de los socialistas, los doce años anteriores, éstos se dedicaron a implantar programas "sin analizar sus resultados" y que llegaban a unos centros sí y a otros no "sin criterio".
Su intención es diseñar programas educativos que realmente respondan a los objetivos educativos, que atiendan a las necesidades de los alumnos y que estén abiertos a la participación de todos, con lo que serán adjudicados por concurso.
El anterior gobierno, ha lamentado, usaba este tipo de programas como una forma de financiar el gasto corriente de los centros, porque luego no se preocupaba de evaluarlos o de comprobar que realmente el dinero se había gastado en el programa que se aprobaba.
La política educativa del Gobierno de Aragón, ha añadido, tiene cuatro líneas de acción fundamentales: la formación del profesorado, el replanteamiento de programas educativos para que sean eficaces, la reevaluación de las políticas de calidad para desechar el "todo para todos" y apostar por la progresividad y el plan de infraestructuras para resolver las carencias.
La consejera ha insistido en que la Educación es "una obligación de todos" y en este línea se ha referido al Pacto por la Educación al que se quiere llegar con el concurso de todos los agentes implicados y que ya trabajan en la mesa que se constituyó al efecto.
Los objetivos concretos pasan, ha añadido, por disminuir el fracaso escolar, por recuperar la cultura del esfuerzo para que cada alumno desarrolle al máximo su talento e inteligencia, sean éstos del tipo que sean, por implantar un sistema de evaluación real de las competencias y por crear un marco normativo que garantice la libertad de elección, tanto de los padres en cuanto a los centros como de los centros en cuanto a su proyecto educativo.
También recuperar la autoridad en las aulas y el papel educador de las familias, por colocar al alumno en el centro del sistema, por atender realmente a la diversidad y por implantar un programa de educación integral, también en valores y sentimientos.
Además, ha rechazado que haya habido recortes en el profesorado y ha apostado por "no demonizar" la enseñanza concertada, que "no puede ser subsidiaria" y debe de recibir las mismas "medidas de calidad" que la pública".
Para Mayte Pérez, la calidad no puede entenderse sin cohesión social y territorial.
Ha reprochado a la consejera que diga que todos los recursos de los que dispone para infraestructuras educativas están ya comprometido, porque un Gobierno debe de "ingeniárselas" para buscar recursos que satisfagan las necesidades que vayan surgiendo.
El diputado de CHA Gonzalo Briz ha incidido en que su formación está de acuerdo en incidir en la calidad, pero ha precisado que el modelo del PP se basa en la falta de equidad y de integración social, y ésta es una "diferencia insalvable".