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La Escuela “Sant-Josep El Pi”, a favor de promover el gusto por la lectura

La Escuela “Sant Josep-El Pi” se encuentra situada en la ciudad de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Funciona desde el año 1951 como centro educativo y acoge a 247 alumnos, en su mayoría residentes en el barrio.

Martes, 21 de febrero de 2012
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Los alumnos pueden tocar algunos elementos clave de los libros.

Entre los proyectos más significativos que se realizan en la actualidad y que implican a toda la comunidad escolar, cabe señalar, además del proyecto de biblioteca, el trabajo de experimentación en el aula de Ciencias Naturales, programa del que el colegio es también centro formador. Las exposiciones creativas son una realidad desde hace 13 años y continúa vigente. Éstas son sólo una parte de las acciones, alrededor de la lectura y la escritura, que generamos en el centro, equivocándonos a veces, con éxito otras.
Muchas voces apuntan que aprender a leer y escribir es la base de todo aprendizaje posterior, incluso en los aspectos que hacen referencia a los valores y las conductas. En “Sant Josep-El Pi” intentamos promover la lectura, ayudar a despertar la curiosidad por los libros, ofrecer novedades, orientar al alumnado, padres y madres en la elección de sus libros, enseñar a cuidarlos, así como a respetarlos, y favorecer el acceso a diversas fuentes de documentación.
Para dar respuesta a uno de los objetivos generales del área de Lenguaje, emplear la lectura como fuente de placer, de información y de aprendizaje, y como medio de perfeccionamiento y enriquecimiento lingüístico y personal, hemos implantado un Programa de Invitación a la Lectura (PIL) con propuestas de acciones en los diferentes niveles. Valoramos especialmente las que implican a toda la comunidad escolar, que las agrupamos alrededor de las exposiciones creativas sobre un tema y es, posiblemente, la actividad de la que nos sentimos más satisfechos. Estamos obstinados en hacer de nuestros alumnos personas que entiendan la lectura como fuente inagotable de placer y como una herramienta de reflexión y crecimiento interior. El Programa de Invitación a la Lectura está basado en una pedagogía de los sentimientos en la cual el maestro tiene que ser capaz de emocionarse con las lecturas y tener interés en conocer. Los esfuerzos de los maestros van en esta dirección y la lectura se convierte en uno de los ejes pedagógicos del centro.
Los libros, que están llenos de sensaciones y sentimientos, esperan a que alguien se atreva a abrirlos. Con la invitación a la lectura pretendemos que los chicos y chicas aprendan a jugar con las palabras, a reír y a crear. Deseamos que entre un niño y un libro haya una relación abierta que vaya avanzando de manera gradual, hasta que llegue el momento en el que se convierta en un auténtico lector.

Los primeros pasos
Los proyectos nunca parten de la nada. Hace 13 años organizamos la primera exposición, un museo de los cuentos que recogía una serie de objetos relacionados con la literatura infantil. El museo fue una prueba experimental, pero muy exitosa, en la que se presentaban una serie de libros y los elementos físicos –que se podían tocar– que en ellos aparecían. Así, por ejemplo, estaba el guisante de La princesa y el guisante, un trocito de madera de la nariz de Pinocho, la alfombra voladora de Aladino, las miguitas de pan que esparció por el bosque Pulgarcito de vuelta a casa, el cesto de Caperucita Roja, el zapato de vidrio de la Cenicienta y el espejo mágico de la madrastra de Blancanieves, entre otros.
A partir de entonces, año tras año, viajamos al mundo de los libros y exploramos aquéllos que nos sirven para nuestro proyecto global. A principio de curso el claustro de maestros, a propuesta del equipo de biblioteca, aprueba el tema a tratar. Aprovechamos efemérides como el año de la astronomía o el año internacional de los bosques para encaminar nuestros esfuerzos en esa dirección. Durante el primer trimestre se preparan los materiales –documentos, libros de conocimientos, cuentos, novelas relacionadas con el tema, álbumes ilustrados– y sobre ellos se hacen las primeras propuestas. Los meses de enero a abril son los de trabajo en el aula y en la biblioteca. Crear libros paralelos, murales, proyectos de investigación, acciones plásticas, salidas, etc. La escuela es un hervidero de actividad sobre el tema. En las clases de Música, de Ciencias, de Lenguaje, se va dando forma al aspecto que cada uno de los grupos ha elegido.
Finalmente, hacia el mes de mayo, la biblioteca se transforma en una sala de exposiciones donde se muestra todo el resultado de lo leído, escrito y pintado. Se organizan visitas, en las que se pretende que los escolares comprendan que forman parte de una colectividad. El alumnado no viene a las exposiciones sólo para mirar y escuchar, sino que también viene a participar en las propuestas que se le sugieren. Se fomenta que las actividades surjan de los mismos relatos. En las visitas programadas para cada nivel educativo hay momentos para la narración, para la observación, para el juego y también para el diálogo. De lo que se trata, en definitiva, es de que sean capaces de escuchar una narración con atención y la hagan suya, de que puedan opinar y expresar aquello que sienten y piensan, de que puedan educar la mirada y darse cuenta de los detalles significativos de las ilustraciones y puedan pintar y dibujar de forma espontánea. Nuestro objetivo es facilitar un entorno en el cual, el libro y la lectura, formen parte de manera natural y cotidiana de la vida escolar.

Los expertos
La escritora Rocío Gil opina que conseguir que un niño se aficione a la lectura es una labor lenta pero constante, porque es un sentimiento con el que hay que tener paciencia, hasta que entra en nuestras vidas.
De igual forma se expresaba el poeta alemán Rainer Maria Rilke cuando explicaba que para escribir un sólo verso necesitaba todas las vivencias posibles. Comentaba las largas horas que él pasaba observando para vivir experiencias que le iluminasen. Rilke pregonaba siempre la contemplación, la calma, el gusto por las cosas hechas despacio. En definitiva, el gusto por las cosas bien hechas.

Jaume Centelles
Escuela “Sant-Josep” de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

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