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España, un paso más alejada de Europa al suprimir la asignatura de Educación para la Ciudadanía

Medio centenar de organizaciones se reunieron el pasado martes, 15 de enero, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para presentar el memorándum en el que denuncian la supresión de la asignatura Educación para la Ciudadanía Democrática y los Derechos Humanos.
Beatriz YuberoMartes, 22 de enero de 2013
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Las ONG plantean, además, acudir próximamente ante el Consejo de Europa en busca de apoyo para lograr frenar la aprobación definitiva de la Lomce, que incluye la supresión de la asignatura del currículum escolar. A este respecto, Esteban Ibarra, portavoz de la ONG Movimiento Contra la Intolerancia expresó, que “quienes hayan tenido esta idea no retroceden, dan un paso al precipicio”
Entre las ONG participantes en el acto se encontraban, Intermon Oxfam cuyo portavoz, Jaime Atienza, manifestó que “el anteproyecto de ley vulnera un compromiso de futuro para una sociedad más equitativa y justa”.

En el resto de Europa
Por otro lado, el Consejo de Europa lleva desde 1997 promoviendo y recomendando a los países de la Unión la inclusión en el currículum escolar de Educación para la Ciudadanía Democrática y Derechos Humanos.

Según el último informe de Citizenship Education in Europe, organismo que también se ha adherido al memorándum, publicado por Eurydice en mayo de 2012, la asignatura se ha incorporado en todos los sistemas educativos europeos en todas las etapas. Además, los contenidos en derechos humanos están presentes en los currículums de 20 países europeos entre los que se encuentran Alemania, Francia, Holanda o Portugal.

Por su parte, en 2004 España no sólo firmó las recomendaciones realizadas por el Consejo de Europa, sino que además, el Partido Popular también suscribió el Programa Mundial para la Educación en Derechos Humanos. Según Carlos Sanguino, director de Amnistía Internacional “un gobierno serio no puede ir firmando acuerdos internacionales para luego no cumplirlos”.

Con esta denuncia las organizaciones esperan que sea el Consejo de Europa quien se preocupe y se dirija directamente al Gobierno español para modificar el anteproyecto de ley. De no ser así, manifiestan, “sería un grave error por parte del Gobierno en cuanto a los compromisos adquiridos para incorporar al sistema educativo la asignatura Educación para la Ciudadanía Democrática y Derechos Humanos”.

Según Victorino Mayoral, de la Fundación Cives, esta reforma “constituye una contrarreforma, un test importante para ver cómo se asume la Democracia en nuestro país. De no ser así, nuestros alumnos se verán privados de poder adquirir una cultura política que les permita conocer nuestro sistema de convivencia y desa-rrollar un pensamiento crítico y unas aptitudes y valores democráticos”.

Batalla ideológica
Respecto al conflicto mediático generado, según las organizaciones firmantes, desde sus inicios, esta materia ha sufrido un “injustificado embate por parte de la jerarquía eclesiástica católica, el Partido Popular y determinados sectores y grupos de presión conservadores mediante campañas que exigían su desaparición y promovían entre los escolares y sus familias la objeción de conciencia o la exención del seguimiento de la materia”.

Diversas sentencias dictaminadas por el Tribunal Supremo rechazaron todos los argumentos empleados por los adversarios de la asignatura estableciendo que “son los poderes públicos los que están en la obligación de intervenir en la Educación para garantizar una enseñanza que incorpore el espacio ético común y los valores que integran el sustrato moral del sistema constitucional”. Para Jesús Salido, portavoz de la organización Ceapa “la desaparición de la asignatura es un error porque el gobierno ha de garantizar que se formen personas respetuosas y libres”. Además, Salido puntuzalizó que “nuestros hijos deben tener la oportunidad de generar un pensamiento crítico”, a lo que añadió: “no podemos cargar toda la responsabilidad de la Educación en valores sobre las familias”.

En esta línea, Rafael Feito, del Proyecto Atlántida, sentenció que “nuestra escuela ha fracasado estrepitosamente. Es segregadora y la metodología es pasiva”. Pasividad que preocupa, entre otros, a la organización Cultura de Paz que considera indispensables los contenidos de la materia que ahora se quiere retirar. “Los contenidos para una cultura de paz están en Educación para la Ciudadanía”, declara Manuel Dios, portavoz de la asociación. “Los seres humanos,dice, aprendemos a ser violentos y para desaprender necesitamos afectos y una asignatura como ésta”. Desde la organización proponen, además, abrir un debate con el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ya que según dice, “no hemos participado en los borradores de la ley”.

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