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Alumnos que enseñan y aprenden del resto de sus compañeros

¿Cuántas veces has sentido que si supieras algo ese algopodría cambiar tu vida radicalmente? ¿Qué te gustaría saber hacer y nunca has encontrado quién te lo explicase? ¿Cuántas cosas puedes enseñarles a tus amigos?

Martes, 5 de febrero de 2013
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Esto es el Banco Común de Conocimientos (BCC). Se trata de un proyecto ideado por el colectivo Platoniq que pudimos llevar a la práctica en el IES “Antonio Domínguez Ortiz” de Sevilla durante la semana del 14 al 20 de marzo de 2009.
La idea surgió casualmente en internet entre un grupo de profesores que entramos en contacto con el colectivo sevillano de gestión cultural ZEMOS98, que por aquel entonces estaban diseñando su programa para el Festival Internacional ZEMOS98 que llevaba el significativo lema Educación expandida. La Educación puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar, para lo que los miembros del colectivo abrieron el blog Simposio Educación Expandida y buscaban un centro educativo del extrarradio sevillano que reuniera ciertas características para poner en práctica un taller. Fue así como surgió la oportunidad para demostrar a la comunidad educativa que las cosas pueden hacerse de otra manera, aún a costa de poner en tela de juicio nuestras propias prácticas educativas y los roles que tradicionalmente hemos venido desempeñando.
ZEMOS98 nos propone hacer un BCC, un peculiar proyecto ideado por el colectivo catalán Platoniq. El BCC es básicamente un proceso de creación de conocimiento colectivo que activa la interacción social… un modo transdisciplinar e innovador que fomenta la cohesión social al tiempo que cubre unas necesidades que, por no estar detectadas hasta ahora, no son objeto de ninguna atención o mecanismo público. Con el BCC se lanzaron preguntas a toda la comunidad educativa, que son obvias para un profesional de la Educación, pero que cuando nos las sueltan a bocajarro posiblemente nos cueste contestar: ¿te has parado a pensar lo que puedes enseñar a los demás? ¿Qué cosas puedes enseñarles a tus amigos que les puedan ayudar? ¿Tengo algún interés en compartir algo?

Puesta en marcha
Con estos planteamientos vimos una ocasión única e interesante de experimentar por medio de nuevas prácticas educativas. Teníamos dudas e incertidumbres iniciales, porque no sabíamos muy bien cómo íbamos a poder poner en marcha todo esto, las reticencias de una parte del profesorado a que se rompiera su “rutina”, dificultad de horarios, espacios, tiempos, etc. Para ello, nos echaron una mano tanto los miembros de ZEMOS98 como los de Platoniq, concertando distintas reuniones de trabajo con alumnos, colectivos y profesores. En este sentido desde el principio el equipo directivo dio luz verde al proyecto facilitando medios y espacios, pero sobre todo buscando la implicación de un grupo de profesores comprometidos que dinamizara la puesta en marcha del taller. Algunas de las muchas asociaciones, colectivos y entidades que operan en el Polígono Sur –donde se encuentra el instituto– se interesaron por este taller y pudieron también participar y colaborar. Pero faltaban los actores principales: el alumnado. Sin ellos el BCC no tenía sentido. La positiva respuesta por parte del alumnado nos dejó sorprendidos a todos. En reuniones previas con Platoniq y ZEMOS98 se fue perfilando quiénes iban a formar parte del denominado “grupo motor” entre el alumnado de 4º ESO y Bachillerato. Ellos serían los encargados de dinamizar el taller y presentarlo a los grupos más pequeños.
Desde un principio quedó claro que había que estar perfectamente organizados y con un plan de trabajo concreto, por lo que en el seno del grupo motor se crearon comisiones o células encargadas de distintas tarea o cometidos. El trabajo en equipo y el compromiso con cada tarea era fundamental. El alumnado del equipo motor se dividió en cuatro células de trabajo que se formaron por afinidades y gustos personales, estableciéndose los cometidos de cada una: comunicación, producción y diseño, “buscadores” y medios audiovisuales.
Los alumnos se comprometieron en cuerpo y alma en sus distintas células. El BCC supuso una revolución para nuestro instituto. Una revolución que nos enseño a todos, a propios y extraños, nuevas formas de educar, nuevos procesos, nuevas formas de hacer uso de las tecnologías encaminadas a la participación ciudadana y la cohesión social. De hecho, internet y las redes sociales fueron un buen escaparate para ir dando a conocer el día a día, con crónicas, fotografías , ví-deos, artículos, etc. El blog de ZEMOS98 informó con exquisitez y todo lujo de detalles. En dicho blog está todo y más de lo que se pueda contar en este texto, ampliamente documentado gráficamente y donde puede verse on line el documental La Escuela expandida, filmado con el material grabado durante los días que duró el taller y fundamental para entender el alcance de este tipo de buenas experiencias. Recientemente, los mismos ZEMOS98 han publicado un libro –en formato papel y on line– que recoge esta experiencia, entre otras vinculadas al concepto de Educación expandida.
Durante el taller de desarollo del BCC, unos alumnos enseñaban a otros compañeros sus habilidades en las redes sociales, por ejemplo; otros enseñaban a sus profesores sus conocimientos sobre carburadores de motos, en otros casos, alumnos enseñaban a sus vecinos de barrio sus conocimientos en temas tan diversos como el baile o la práctica de un arte marcial.

Manuel Pérez Bañez
IES “Antonio Domínguez Ortiz” de Sevilla

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