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Aprender a actuar unos con otros y que salga bien

Rafael Guijarro inicia este blog de cine con la idea de analizar lo que podemos aprender de las películas. Esta semana, 'El coro' (Boychoir, 2014, 1.43 h) de François Girard.
Miércoles, 11 de noviembre de 2015
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La música es el arte de la belleza irrepetible en cada instante. Los libros se pueden ojear y las pinturas verlas una y otra vez porque siempre están ahí, pero la música se oye y se va; incluso al volver a oírla, aunque sea en un disco perfectamente grabado, ya no es lo mismo, porque la sensación de la primera vez es irrepetible. ‘El coro’ trata precisamente de eso, con el agravante de que al ser un coro de voces blancas, de niños, ellos mismos saben, y todos los que les enseñan o les escuchan, que cuando cambien la voz al hacerse mayores, dejarán de cantar así de bien y nunca volverán a conseguir hacerlo como antes.

La película narra ese proceso con una magnífica precisión: el chico que sale de una infancia complicada y excluyente, se va metiendo gracias a la belleza de la música en el ambiente de ese coro en el que todo resulta instantáneo e irrepetible. Otra característica de un coro es que tiene que sonar al unísono, aunque cada cantor tenga su voz y sus circunstancias de vida, que debe aunar a la de los demás para conseguir la perfección en la interpretación de cada momento.

Las rivalidades, los juegos, los momentos de distensión en los niños del coro, son solo momentos de transición, en los que se percibe la diferencia de unos y otros, hasta que llega el momento del concierto y de cantar unidos con la mayor excelencia posible. Está particularmente bien contado el trastorno que provoca una enfermedad de uno de ellos, un catarro, si se produce justo antes de la actuación; los cambios repentinos en lo que parecía estable, las subidas y bajadas en la importancia de cada uno para todos los demás, si está en condiciones o no, de actuar en el momento requerido.

Luego, todo cambia ya de un modo radical, cuando les va cambiando la voz por algo tan ineludible como la edad que van alcanzando, uno detrás de otro, sustituidos por los que vienen dispuestos a continuar la tarea de cantar excelentemente durante un breve periodo de tiempo en sus vidas. La película es una representación muy interesante, muy real y muy cierta, de lo que significa el paso del tiempo en la vida de las personas y de la necesidad de aprovechar con la mayor intensidad posible, el momento que se le presenta a cada uno para hacer una cosa u otra.

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