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La responsabilidad y compromiso de unos alumnos con su huerto

El huerto escolar tiene dos objetivos: facilitar el conocimiento de los elementos del medio ambiente para promover un desarrollo sostenible de los recursos naturales y mejorar la convivencia escolar favoreciendo un buen clima de trabajo cooperativo.
Martes, 28 de febrero de 2017
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Al obtener mi plaza de maestra en La Almolda, una pequeña localidad de Zaragoza, con un centro escolar de tan solo 14 alumnos, vi la oportunidad de realizar un proyecto más motivador para los alumnos que les permitiera un aprendizaje práctico y significativo, con influencia en su entorno más cercano. Enseguida conté con la colaboración de mi compañero, Jorge Losada, y la implicación de las familias y el Ayuntamiento de La Almolda, que nos ayudaron en todo momento y nos facilitaron diferentes recursos. Además, contamos con nuestro voluntario Fernando Abad, que nos ofreció asesoramiento y ayuda técnica en cada sesión.

El huerto se concibe como un espacio propicio para trabajar valores positivos, fomentar el trabajo cooperativo entre alumnos de diferentes niveles y desarrollar las competencias clave. El huerto escolar tiene dos objetivos principales: facilitar el conocimiento de los elementos del medio ambiente y promover un desarrollo sostenible de los recursos naturales; mejorar la convivencia escolar y favorecer un buen clima de trabajo cooperativo entre alumnos de diferentes niveles.

Los contenidos que se trabajan en este proyecto son los relacionados con los cuatro bloques que establece la ley vigente para el área de Ciencias Naturales. En cuanto a la metodología, cada sesión se compone de una parte teórica, otra práctica y de un tiempo para el debate y reflexión en el que los alumnos opinan y toman decisiones de forma colectiva. Las diferentes actividades permiten a los alumnos observar, plantear hipótesis, realizar experiencias y sacar sus propias conclusiones. El huerto les proporciona oportunidades para ser niños, disfrutar al aire libre y aprender haciendo.

Las 22 unidades programadas para el curso 2015-16 se desarrollaron de forma teórico práctica los lunes del curso en horario de 15’30 a 17’30 horas y se realizaron muchas tareas los miércoles en el recreo. Para llevar a cabo la evaluación del proyecto, se utilizan diferentes instrumentos, como la observación directa, el registro de comportamiento y participación, el Diario del Huerto y la tarea final de cada sesión.

Son numerosas las razones por las que animamos a todos los docentes a emprender proyectos de este tipo. En primer lugar, la horticultura proporciona múltiples beneficios para el desarrollo de los alumnos, que pueden resolver problemas que van apareciendo, trabajando en equipo e intercambiando información y experiencias de forma continua.

Además, este proyecto favorece un aprendizaje globalizado, con interrelación de diversas áreas de conocimiento como Ciencias Naturales, Lengua, idioma, Matemáticas, Educación Artística, Educación Física… Y el uso permanente de las nuevas tecnologías para la búsqueda e intercambio de información.

Ante una sociedad actual apresurada y consumista, proyectos como este ponen en valor el mundo natural para reforzar la salud y el bienestar. Además, contribuyen a formar personas reflexivas y críticas, emprendedoras, capaces de autoabastecer muchas de sus necesidades y comprometidas con un desarrollo sostenible.

Finalmente nuestro proyecto obtuvo el Primer Premio Nacional del III Certamen de Huertos Educativos Ecológicos en la categoría de Educación Infantil y Primaria, otorgado por la Asociación Vida Sana y Fundación Triodos. Allí acudimos niños, profesores y padres, llenos todos de emoción.

Como conclusión, el mejor indicador del éxito y la calidad del proyecto es ver el entusiasmo, la responsabilidad y el compromiso de nuestros alumnos, así como el impacto social que esta experiencia ha tenido en sus familias y su entorno.

Cristina Abad García
CRA “L’Albada” de Bujaraloz (Zaragoza)

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