IRules: 16 reglas para toda familia tecnológica
Se ha traducido al castellano el best-seller iRules (Ed. Rialp), de Janell Burley, divulgadora sobre pareja y tecnología en The Huffington Post, Good Morning America, etc. Como explica la propia autora, el libro “es un retrato profundo del lugar que ocupa la tecnología en nuestra vida y en nuestro hogar, pero también en las creencias, valores e historias que contribuyen a moldear nuestra experiencia. Cada cual puede coger lo que necesite, yo solo soy una experta en lo que necesita mi familia y en lo que nos funciona. Te animo a que hagas lo mismo en tu casa. Conseguirás que la relación de tu familia con la tecnología goce de equilibrio, diálogo y éxito”.
No me entusiasman las reglas. De modo que un libro titulado iRules y por subtítulo, por si quedaba alguna duda, Reglas razonables para una familia sana y tecnológica no iba a terminar en mi mesilla de noche. Sin embargo, ese enfoque (“yo solo soy experta en lo que necesita mi familia”) me hizo bajar la guardia y matizar mi postura inicial: no me entusiasman las reglas generales, aunque yo en mi casa –aunque pocas– sí tengo las mías.
En todo caso, sospecho que las 16 reglas que propone Burley serán especialmente útiles para esos padres o profesores de adolescentes que hasta la fecha han renunciado a imponer límites tanto en casa como en clase. Quizá ahora –nunca es tarde, pero sí más difícil– adviertan la necesidad de ponerse firmes. Por el contrario, esos otros que han sabido esculpir hábitos en sus hijos desde pequeños no necesiten ahora tanta regla (o también, no lo sé) porque han sabido hacerles libres y responsables, que de eso se trata. Sobre esto, tampoco hay reglas.
La otra razón por la que desconfío de educar con exceso de normas es porque se me antojan como una formula mágica que nos librará del esfuerzo que supone educar. Aplíquese este protocolo y ¡chas! como por arte de magia tu hijo pasará a ser un bendito. Es de sobra sabido que en la Educación no caben los atajos, las pócimas milagrosas o panaceas. Educamos cada uno de nosotros a cada instante: con nuestra vida, con nuestro estilo, con nuestras circunstancias, con nuestro código de valores y creencias, con nuestro buen o mal ejemplo. Aplica a tus hijos, con gesto grave, las 16 reglas que se proponen en este libro pero luego tú no sueltes el móvil ni para mear y verás qué ocurre.