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Juguetes: desde la ilusión por los regalos al poco tiempo del niño ocupado

Las Navidades amenazan con dejar a niños cargados de juguetes cada vez más punteros, pero sin tiempo necesario para desarrollar su derecho fundamental al juego.
María S. ChapinalMartes, 11 de diciembre de 2018
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Okalinichenko

Todavía no hemos entrado de lleno en faena y el clima navideño ya monopoliza el ambiente. A escasas semanas para que comience el periodo festivo más frenético del año, la escena reaparece como cada diciembre y el dilema está servido: padres recorriendo grandes almacenes de acá para allá intentando satisfacer los deseos más exigentes de sus hijos mientras los más pequeños, impacientes porque llegue la gran noche, renuevan el agua a los camellos y reponen el mazapán, para que el agradecido gusanillo nocturno del progenitor les haga justicia a la mañana siguiente.

La industria juguetera juega con esta ilusión infantil e inocente, y saca toda su artillería pesada en estas fechas para sorprendernos anualmente con propuestas cada vez más punteras.

Por lo tanto, el 6 de enero Sus Majestades llegarán cargados de regalos que los niños tendrán el placer de disfrutar, con suerte, un par de días. Al cabo de un breve tiempo, más de la mitad de ellos caerán en el olvido y los más pequeños volverán a la rutina de sus apretadas agendas repletas de actividades variopintas: los lunes y miércoles a inglés, los martes piano, los jueves programación y los viernes chino mandarín.

El juego se consagró como derecho fundamental de la infancia en 1959

El juego se consagró como derecho fundamental de la infancia en 1959. Sin embargo, desde ese momento ha existido una lucha de fuerzas constante entre los presocráticos que consideran el juego una parte fundamental del desarrollo intelectual y físico del niño, y aquellos escépticos que relegan esta actividad a un segundo plano en detrimento de otros derechos como la Educación, la salud o la vivienda.

La actividad del juego es importante por múltiples motivos. Se ha demostrado que a través de él los más pequeños desarrollan sus capacidades físicas, su coordinación motriz, su experimentación sensorial, emotiva y empática, el sentido crítico o la creatividad. Además de todas esas cualidades, el juego es una manera óptima de fomentar la unión familiar y social.

Los jugueteros han entendido las demandas y necesidades que tienen los niños de hoy en día porque son básicamente las mismas que han tenido siempre, con la única variable de que ahora la tecnología está presente como elemento constante a nivel general.

Problema actual

Pese a todo ello, los datos no engañan: cada vez son más los casos de niños que juegan menos tiempo, dejan de jugar a una edad más temprana, y rara vez al aire libre, lo cual está generando más cantidad de niños miopes, con déficit de atención, depresivos y obesos. ¿A qué se debe entonces tal cambio social?

Este fenómeno recae en varios motivos concretos, en primer lugar la falta de tiempo. Como se mencionaba antes, cada vez son más los casos de niños con agendas cargadas de actividades extraescolares que les alejan  del momento lúdico del día.

La falta de tiempo de juego está generando más cantidad de niños miopes, con déficit de atención, depresivos y obesos

A esto hay que sumarle la carencia de espacios al aire libre, sobre todo en las grandes urbes modernas, que propicia potencialmente el entretenimiento a través de las nuevas tecnologías, que favorecen al sedentarismo y el asilamiento y aumenta los casos de obesidad y ansiedad infantil, lo cual se traduce en una grave pérdida de salud. De la misma manera, estos juegos minan la creatividad y la imaginación y les impiden desarrollar sus propias normas, argumentos, etc.

El error de los padres reside en una sobrepreocupación extrema sobre el futuro de sus hijos

El error de los padres reside en una sobrepreocupación extrema sobre el futuro de sus hijos, sin pensar muchas veces que mediante el juego, el niño está adquiriendo conocimientos muy útiles que le servirán el día de mañana, mucho más si tenemos en cuenta la actual tendencia que se defiende por expertos sobre las inteligencias múltiples. 

Los colegios también tienen un papel trascendente en este sentido. Los estudios han demostrado que durante la etapa de Educación Infantil se respeta el juego libre, pero una vez los niños acceden al ciclo de Primaria, el juego se elimina y en su lugar aparecen los deberes. Por ello, muchos centros están incorporando el juego  como actividad primordial para completar su aprendizaje.

Recomendaciones

De cara a las fiestas, y a la hora de regalar juguetes, hay que ser prácticos. Según los especialistas, el juguete ha de ser divertido y deseado por el niño. Da igual que sea un juguete diseñado por los mejores pedagogos, si se lo intentemos imponer y el pequeño no lo quiere, no despertará su interés y lo acabará olvidando en un cajón.

Asímismo, los juegos al aire libre pueden ser una opción atractiva para favorecer la actividad física y solventar este problema de sedentarismo.

Por otro lado, y respecto a la controversia general de diferenciación de juguetes por género, se hace preciso mencionar que no existen juguetes exclusivamente para niños y otros para niñas, si bien es cierto que los niños aprenden por imitación y asumen los papeles que ven del padre o la madre de forma natural.

Da igual que sea un juguete diseñado por los mejores pedagogos, si se lo intentemos imponer y el pequeño no lo quiere, no despertará su interés y lo acabará olvidando en un cajón

Como conclusión hay que hacer una reflexión general. La sociedad necesita niños felices con mentes sanas, y esto únicamente se consigue a través de una dedicación suficiente al tiempo de juego. Este juego les abastece de competencias que emplearán en el futuro, y que serán de gran importancia para su desarrollo físico y psicológico. La concienciación e implicación de los padres y de los colegios es capital en este sentido, ya que deben ejercer como supervisores y facilitadores del juego.

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