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La esperanza de los editores: un modelo único de gratuidad en toda España

"Hemos conseguido tener 17 sistemas de gratuidad distintos que van cambiando cada año", denuncia el sector del libro de texto. Los editores exigen un único sistema nacional basado en ayudas directas a las familias en función de la renta o el número de hijos.
Adrián ArcosMartes, 29 de enero de 2019
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«Hemos conseguido tener 17 sistemas de gratuidad distintos que, además, van cambiando cada año». Así lo denunciaba Antonio Mª Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), durante la presentación del estudio Entorno económico e institucional del sector del libro de texto, elaborado por el catedrático emérito de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan José Durán. El presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), José Moyano, ha precisado que las diferencias se dan incluso en comunidades del mismo signo político, a la vez que ha criticado la aplicación de «políticas populistas» en regiones gobernadas por partidos liberales.

Actualmente hay tres modelos de gratuidad con diversas variantes según cada comunidad autónoma

Actualmente hay tres modelos de gratuidad con diversas variantes según cada comunidad autónoma, lo que incrementa los costes de producción «de una manera exacerbada» y hace «imposible la planificación de nuestra actividad», según Moyano. «Si hay que dar un paso más en la gratuidad de los libros, hagamos un sistema más estable», pide el presidente de Anele, quien señala que si no es posible dar ayudas directas a todos, «lo más razonable sería» hacerlo en función de la renta.

Un sistema nacional

También para Ávila «lo lógico sería un sistema nacional de gratuidad, un único modelo», basado en ayudas directas a las familias en función de criterios como la renta o el número de hijos. «Si no se producen beneficios, solo tenemos una opción: cerrar. Las administraciones a veces no piensan que somos empresas», señalaba el responsable de la FGEE. Él critica que, además de haber «17 sistemas distintos de gratuidad», estos no son estables, sino que cambian cada año, y no se fijan en función de criterios pedagógicos sino de los recursos presupuestarios.

«Hay un vaivén anual continuo», indica Ávila, quien advierte de que se está produciendo una «terrible desigualdad en la Educación en España», cuya calidad no está en relación con que se aporten más o menos recursos. Ambos editores han rechazado la propuesta de Vox de recentralizar las competencias educativas, pero han instado a «poner orden y sentido común».

Tres modelos de gratuidad

En España existen tres modalidades básicas para tratar de cumplir con el principio de gratuidad: préstamos de libros, ayudas directas para la adquisición de libros y ayudas del Ministerio de Educación a las comunidades autónomas. Es decir, en síntesis, se trata de proporcionar los libros en régimen de préstamo (o reutilización) o proporcionar los recursos.

La modalidad genérica consiste en el préstamo de libros a los alumnos durante el curso académico. Los libros han de ser devueltos al finalizar el periodo lectivo y, una vez hecho, pueden ser prestados a otros escolares para su uso durante el siguiente curso. Los textos son propiedad de la Administración, son gestionados por los centros y, en general, cada cuatro años los libros usados son sustituidos por nuevos.

El Gobierno de Castilla-La Mancha, siguiendo el modelo francés, fue el primero en poner en marcha en el curso 2000-01 la gratuidad de los libros de texto con la modalidad de préstamo. Posteriormente, han adoptado esta modalidad Aragón (en el curso 2001-02), Galicia (en 2003-04) y después Andalucía.

Bancos de libros

La Anele señala en este punto que los denominados bancos o fondos de libros se nutren con donaciones de familias, asociaciones y otras entidades públicas o privadas. El centro –que pasa a ser propietario– presta a los alumnos durante un cierto periodo de tiempo y prioriza el préstamo a aquellas familias que haya realizado previamente donaciones. También se han creado plataformas virtuales de compraventa, préstamo, alquiler o intercambio de libros de texto, que suelen ser apoyadas por las AMPA como medio de ahorro para las familias.

La ayuda directa

Por otra parte, la ayuda directa consiste en la entrega de una determinada cantidad de dinero a las familias para que adquieran los correspondientes libros de texto y otros materiales, que pasan a ser propiedad del alumno. La forma de realizar esta modalidad puede ser mediante entrega de dinero o a través de un bono, cheque-libro o tarjeta electrónica canjeables. La cobertura de los costes de los libros puede ser parcial o total y ser universal o no abarcar al conjunto de los escolares. Inicialmente este modelo fue adoptado por Cantabria (2004-05) y Asturias (2006-07), seguidas de la Comunidad Valenciana y Murcia en el curso 2007-08.

Para garantizar la eficacia y eficiencia del sistema, los editores consideran fundamental que «el momento de entrega del bono o cheque se realice con suficiente antelación, así como la consideración de otorgar la exclusividad del bonolibro a las librerías para evitar que se acuda a las grandes superficies o las AMPA para canjear el bono-libro».

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