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Caminar al cole mejora el rendimiento académico

La actividad física diaria incrementa la presión sanguínea cerebral y facilita las sinapsis neuronales, que a largo plazo van a mejorar la capacidad de concentración y de memoria.
Adrián ArcosMartes, 1 de octubre de 2019
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Ir andando al colegio no solo va a mejorar la condición física de los alumnos, sino que también tiene beneficios a otros niveles. Uno de los que más va a repercutir en clase es la mejora del rendimiento académico y de los resultados. Así lo afirman desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), que en su documento Caminando al cole reúne la evidencia científica que existe actualmente sobre los beneficios de esta actividad.

Pero ¿cómo puede producirse esa mejora académica realizando una actividad que a priori podemos pensar que no tiene relación? Lo explica el doctor Julio Álvarez Pitti, vocal de Actividad Física del Comité de Promoción de la Salud de la AEP: «Los niños que van caminando a la escuela sacan mejores notas, tienen más capacidad para concentrarse y mejor memoria, lo que repercute positivamente en el rendimiento escolar, y esto se produce porque la actividad física aeróbica incrementa la presión sanguínea cerebral y facilita las sinapsis neuronales».

El ejercicio a largo plazo favorece la creación de nuevas conexiones neuronales y la transmisión neuronal en el hipocampo.

La actividad física, por tanto, influye enormemente en la plasticidad y flexibilidad cerebral. El ejercicio a largo plazo favorece la creación de nuevas conexiones neuronales, la transmisión neuronal en el hipocampo y la expresión de genes relacionados con factores de crecimiento nervioso. Esa mejora de la capacidad neuronal que produce la actividad física es, en palabras del doctor Pitti, «una medicina contra la demencia y deterioro del cerebro y capacidad cognitiva».

Hay también otra serie de condicionantes que convierten la actividad física en una aliada para mejorar los resultados académicos. Por un lado disminuye los niveles de estrés y de ansiedad de los alumnos, que muchas veces constituyen una barrera a la hora de aprender y estudiar. Asimismo, disminuye el riesgo de depresión a la vez que incrementa el nivel de felicidad, por lo que el ánimo para estudiar va a ser mucho más positivo.

La clave, según Pitti, es que «rompe con muchas barreras que son vistas como montañas por muchos niños», ya que el ánimo, la energía, la relajación y la salud mental son fundamentales, por ejemplo, cuando se enfrentan a un tema de historia. Además, advierte de que «la actividad física incrementa la autoestima y la confianza en uno mismo, que son fundamentales para el buen desarrollo tanto físico como intelectual de la persona».

De hecho, el doctor recomienda a los padres que no impidan que sus hijos realicen actividad física diaria, aun cuando obtengan malas notas, pero sí que les restrinjan el tiempo que pasan frente a las pantallas.

La actividad física que tiene lugar inmediatamente antes del colegio predispone al aprendizaje efectivo.

También existen estudios que vienen a ratificar las afirmaciones realizadas por el doctor Álvarez Pitti. Un ejemplo es el estudio Avena (Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes), promovido por el Instituto de Salud Carlos III, que refleja cómo la actividad física que tiene lugar inmediatamente antes del colegio predispone al aprendizaje efectivo, observando mejores habilidades verbales, numéricas y de razonamiento en un grupo de chicas adolescentes que realizaban transporte activo al centro educativo.

Además, el estudio demuestra cómo ese paseo al colegio puede mejorar las habilidades y razonamiento espacial de los niños. Moverse por el espacio, explorarlo y encontrar recompensas mejoran la memoria visuoespacial, y esto sucede aún más si los niños juegan en un espacio abierto. Y de la misma forma, explorar el ambiente favorece la construcción de su representación interna, teniendo en cuenta que el movimiento juega un importante papel en el desarrollo de las habilidades visuoespaciales.

Las relaciones con los compañeros también pueden verse mejoradas con la actividad física, precisamente por esos efectos sobre la salud emocional.

Las relaciones con los compañeros también pueden verse mejoradas con la actividad física, precisamente por esos efectos sobre la salud emocional. El informe de la AEP recoge cómo las actividades organizadas de caminatas al colegio han demostrado que mejora la motivación y la autodeterminación de los escolares, con puntuaciones más elevadas en categorías de motivación intrínseca como son la sensación de «liberación de energía o tensión», la pertenencia al grupo y el estatus social.   

Entonces, si la actividad física es tan buena, ¿por qué no la practicamos? La práctica de la actividad física tiene una serie de barreras que precisamente rompe el hecho de ir caminando todos los días al cole. Por un lado, el doctor Pitti advierte de que «el ejercicio físico suele ser algo impuesto, por lo que los niños no le encuentran sentido».

Un ejemplo puede ser correr durante un tiempo para dar la vuelta a la manzana o hacer un trayecto caminando. Aunque el objetivo pueda ser hacer deporte, a los niños les cuesta más trabajo entender ese sentido. Sin embargo, «caminar al cole tiene todo el sentido, porque utilizamos nuestro organismo para desplazarnos con sentido».

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La actividad física que se prescribe muchas veces no está adaptada a la condición física de los niños, ni tampoco la que se realiza en los colegios

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También denuncia este doctor que «la actividad física que se prescribe muchas veces no está adaptada a la condición física de los niños, ni tampoco las actividades deportivas que realizan en los colegios, ya que, por ejemplo, un alumno puede verse relegado al portero en un partido de fútbol y quizá ese puesto no le gusta».

La marcha rápida, por el contrario, está adaptada a cualquier persona porque se puede graduar. Y también está dirigida a todas las personas sin importar su capacidad económica, ya que es una actividad gratis e incluso ahorra, porque no hay que pagar ningún tipo de transporte. 

Los beneficios de caminar al cole

  1. Mejor condición cardiovascular. Los niños que caminan o van en bicicleta tienen mejor condición cardiovascular que los niños que no viajan activamente. Caminar al colegio aumenta entre un 23y un 36% los niveles de actividad física diaria de mayor intensidad.
  2. Prevención de la obesidad. La realización de actividad física ayuda a reducir la prevalencia de obesidad en los niños, y la de otros factores de riesgo como las dislipidemias, la hipertensión arterial y la resistencia insulínica. Caminar al colegio se ha asociado a un menor índice de masa corporal.
  3. Menos sedentarismo y más motivación. La promoción de actividad física desde el entorno escolar es una herramienta importante para aumentar la motivación. Actividades organizadas de caminatas al colegio han demostrado que mejoran la motivación y la autodeterminación de los escolares.
  4. Mejor estado emocional y rendimiento académico. El ejercicio a largo plazo favorece el riego sanguíneo cerebral, la creación de nuevas conexiones neuronales, la transmisión neuronal en el hipocampo y la expresión de genes relacionados con factores de crecimiento nervioso.
  5. Disminución de la contaminación atmosférica. Médicos y científicos están de acuerdo en que el uso del automóvil incrementa la contaminación atmosférica urbana. Y esto se asocia significativamente con la disminución del rendimiento académico, la memoria de trabajo, la atención y el empeoramiento de la función pulmonar en los niños.
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