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Aprendamos fomentando la lectura

Debemos incentivar a nuestros niños para que realicen preguntas, para que den su opinión, para que dialoguen. Y aunque evitemos riesgos objetivos, desde luego, es importante que exploren, investiguen y desarrollen su curiosidad. No los hagamos temerosos y asustadizos.
Javier Urra
Dr. en Psicología y Dr. en Ciencias de la Salud
11 de diciembre de 2019
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® TASIANIA

El niño que descubre que aprender es emocionante desarrollará en la escuela y durante toda su vida la afición por aprender.

Enseñémosles a utilizar libros y textos comprensibles, llamativos, esclarecedores. Confrontar distintas fuentes. Que las explicaciones sean precisas, claras, no aburridas. Poner ejemplos. Ver lo aprendido en la realidad, en la práctica (experiencias, museos, naturaleza…).

Para un correcto aprendizaje es necesario desarrollar la atención, la lectura mecánica, la lectura comprensiva, la comprensión escrita y oral, así como la escritura espontánea.

Desde las escuelas infantiles y desde los colegios deben mandarse cuentos y lecturas elegidas para que padres e hijos los lean juntos en el hogar.

Los cuentos son una fuente de sabiduría y de tradiciones insustituibles, y permiten incentivar la imaginación del niño. Los medios audiovisuales tienden a suplantarlos, pero no pueden conseguirlo, ya que no trasmiten la calidez, la serena intimidad, la complicidad que se establece entre las voces de un libro leído, de las preguntas formuladas, de las respuestas dadas, de las miradas compartidas, de los gestos de sorpresa, de duda, de miedo, de admiración.

Las ilustraciones les encantan, asimilan lo que van oyendo con los dibujos que ven además de iniciarse en el disfrute del arte.

Para un correcto aprendizaje es necesario desarrollar la atención, la lectura mecánica, la lectura comprensiva, la comprensión escrita y oral, así como la escritura espontánea

En la actualidad se han incorporado a las historias nuevos valores, como la amistad, la tolerancia y la integración, o enseñan la importancia de cooperar, de aceptar al distinto, de respetar a quien tiene dificultades y de valorar lo positivo de cada uno.

Los expertos indican que los niños se sienten atraídos por los cuentos que plantean situaciones breves en las que surge un problema o se produce un cambio inesperado y donde los personajes buscan una solución que generalmente encuentran y que es satisfactoria a pesar de las dificultades. De ahí la importancia del cuento, pues los personajes, aunque se enfrenten a adversidades, consiguen superarlas y el niño se identificará en mayor o menor medida con ellos.

Hay que fomentar la pasión por la lectura, el gusto por leer y releer, la capacidad de sorprenderse, de curiosear, de conocer. Un factor causal, determinante del desánimo lector de nuestros menores, es que ellos no ven leer a sus padres. Y no debe convertirse en una obligación, ya que lo único que lograremos será que la aborrezcan.

A los adolescentes, la lectura les ayudará a abrir la mente, ampliar su vocabulario. Algunos chicos se comunican con un reducido número de palabras y frases hechas, desarrollan la comunicación verbal enriqueciendo a la persona, su forma de pensar y de comunicarse con los otros y con ellos mismos.

Los géneros que más les gustan son fantasía (distopías), terror, ciencia ficción, comic, manga y amor (sobre todo el género Young Adult).

Fomentemos la lectura en los niños y adolescentes. La lectura ante todo y siempre debe ser por placer. Aconsejémosles buenas historias, protagonizadas con personajes con los que se sientan identificados, así como sus temáticas.

Hay que fomentar la pasión por la lectura, el gusto por leer y releer, la capacidad de sorprenderse, de curiosear, de conocer

Hagamos lecturas comprensivas, adaptadas a las edades (aventuras, viajes, historia, biografías…). Que las portadas sean lo más atractivas y agradables posibles. Presentémosles la lectura en todos los formatos existentes para que elijan con el que se sienten más identificado (papel, lectores electrónicos, tablets, smartphone…).

Compartamos lectura “en voz alta”. Hablemos con ellos sobre los diferentes temas que se van a encontrar en los libros que leen (sexo, droga…). Y escribamos para valorar y tener capacidad crítica de la lectura.

Presentémosles libros de nuestra propia biblioteca, o asistamos con ellos a las bibliotecas, Ferias del Libro, etc.

Hay que favorecer una Educación para la vida comunitaria en la que el niño sepa ejercitar la participación, la cooperación, el diálogo, la toma de decisiones consensuadas, compartir los conocimientos y la vida, de forma que luego sea capaz de transferir estos aprendizajes en otros contextos sociales, en una palabra, aprender a convivir.

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