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Javier Imbroda: “Hay que sacar las taras ideológicas de los centros educativos”

Imbroda sabe moverse en esa delgada línea entre la libertad y la igualdad de oportunidades. En tan solo unos meses, como él admite, "he cabreado a la Pública y a la Concertada".
José Mª de MoyaMiércoles, 11 de diciembre de 2019
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Javier Imbroda es hermano del político melillense del PP Juan José Imbroda. ESTHER LOBATO

Es probablemente el único consejero de Educación autonómico que sale en Wikipedia. No por su contribución educativa –es pronto– sino por su condición de ex seleccionador nacional de Baloncesto. Y se nota por la pasión que pone en sus palabras, que se convierten en sentencias, alegatos… Perfecto para el periodista sediento de titulares. Imbroda no oculta su perfil liberal (fichó por C’s hace poco más de un año) pero tampoco su sensibilidad con los menos afortunados (preside su propia Fundación). Por eso, sentencia una vez más: «De qué me sirve que a mí me vaya bien si no les va bien a los demás».

Le voy siguiendo y su discurso suena a cambio de paradigma en la Educación andaluza. ¿A qué se refiere?
—Sobre todo a establecer un diálogo abierto y sincero con toda la comunidad educativa. A abrir un debate sobre nuestras intolerables tasas de abandono y fracaso escolar. Un debate en el que se admita cualquier sugerencia para construir, entre todos, el proyecto educativo que Andalucía necesita.

¿Es que los gobiernos anteriores no han dialogado?
—Sí y han hecho cosas, pero es insano mantener un mismo gobierno durante 40 años. Nos hemos encontrado muchos asuntos acumulados a lo largo del tiempo y sin resolver.

¿Y cómo piensa reducir esa intolerable tasa de abandono?
—De momento, hemos lanzado un plan de refuerzo educativo para enviar el mensaje de que vamos a luchar por combatir esta lacra. Es tan solo una medida más de un plan integral de refuerzo y apoyo que estamos trabajando. Otra parte muy importante será la estabilización de las plantillas docentes. Y finalmente, caminar con el resto de las administraciones para que nuestros alumnos más vulnerables estén perfectamente tratados y ninguno se quede atrás.

Le he oído insistir en que hay que despolitizar la Educación andaluza. ¿Qué se ha encontrado?
—Está muy politizada, pero también muy ideologizada, como producto de cuatro décadas de un partido monocolor muy tendente a imponer su criterio y al que le cuesta entender la libertad de elección. Despolitizar la Educación es fundamental para que no se convierta en un instrumento que los partidos utilizan para marcar la diferencia. Hay que sacar las taras ideológicas de los centros educativos y dedicarse a formar mejor a los niños para que sean más libres.

“La Educación no puede convertirse en un instrumento de los partidos para diferenciarse”

¿Le ha llamado la atención alguna de esas taras ideológicas en especial?
—Lo que más me ha llamado la atención ha sido encontrar cierto conformismo, cierta condescendencia para justificar los malos resultados de los indicadores educativos, como por ejemplo la tasa de fracaso escolar.

¿Alguna otra tara?
—Por ejemplo, en Andalucía parece que la Educación pública es patrimonio de la izquierda, lo cual es un auténtico disparate. Nosotros creemos que el sistema público es el que ofrece mayor igualdad de oportunidades a todos nuestros niños, pero, como la izquierda se ha quedado anclada en el siglo XX y sin ideas, necesitan mirar atrás porque no tiene presente y tampoco ideas de futuro. Patrimonializar la Educación pública ha sido parte de su estrategia.

¿En este contexto hay que interpretar las declaraciones de la ministra Celaá sobre la libertad de elección?
—Totalmente. Insisto en que es un socialismo sin ideas. No tiene mentalidad de siglo XXI y se quieren apropiar de ciertas banderas, como la de la mujer o la del medio ambiente. Las declaraciones de la ministra están encadenadas a esa incapacidad para ver que el mundo va por otros caminos, que hay que actualizarse y dialogar, dejando atrás las posturas sectarias.

“No sé qué temor tienen a que las familias puedan elegir libremente”

En una entrevista de hace años a la ex consejera andaluza, Cándida Martínez, nos dijo que la Concertada era coyuntural y que su objetivo era que menguase hasta su extinción, ¿qué opina?
—Pues que no sé qué temor tienen a que las familias puedan elegir libremente. La Educación pública no mejora excluyendo a la concertada. Es una posición acomplejada. De nada sirve que una funcione bien si la otra funciona mal. El sistema público mejorará ofreciéndole recursos, calidad, empeño, rigor y formación permanente. Volcándonos en las zonas con más alumnos desfavorecidos. Por eso, una de nuestras primeras apuestas para mejorar la calidad de la Pública es implantar en todas las provincias el Bachillerato público internacional.

¿Han valorado concertar el Bachillerato?
—Lo vamos a plantear porque es una de los puntos de nuestro programa. No le tengo miedo a este tipo de conciertos porque creo en el sistema público. Los que lo temen son los que no creen en la escuela pública.

¿Están abiertos a la creación de nuevos centros concertados?
—Tampoco nos cerramos. Si detrás hay un proyecto serio, riguroso y por el que valga la pena apostar no nos cerramos a nada.

“No me parece mal [introducir el PIN parental] siempre y cuando no sea para autorizar contenidos curriculares”

PP y Ciudadanos gobiernan en coalición pero con el apoyo de Vox. ¿Esto les condiciona?
—Cuando hay voluntad de acuerdo, se gobierna, se hace equipo y, desde la responsabilidad, todo el mundo va en la misma dirección. Ahora toca hacer política de altura basada en la generosidad de dos partidos que se sientan a pensar un programa concreto. Es cierto que para que ese Gobierno se pusiera en marcha, Vox nos ha dado apoyo parlamentario a cambio de una serie de cuestiones que se han negociado con ellos y que se han matizado para poder incorporarlas a nuestros presupuestos, que no a la acción de gobierno. Primero el programa y luego el gobierno.

Lo preguntaba por el famoso PIN parental, ¿lo implantarán?
—No me parece mal, siempre y cuando no sea para autorizar contenidos curriculares. Estamos valorando cómo ese tipo de actividades van a poder formar parte del proyecto educativo del centro. Dicho esto, los centros son quienes toman la decisión finalmente.

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