Chema Lázaro: “Hay que terminar con la frase: hazlo, ya te servirá”

Las funciones ejecutivas guían la conducta humana. Siendo estas de carácter voluntario, su presencia se puede potenciar si se trabaja la autodeterminación. Para entender mejor a qué se refiere este modelo de trabajo, desde MAGISTERIO acudimos a la conferencia sobre Funciones Ejecutivas de Chema Lázaro, profesor de Neuropsicología y Educación, durante la presentación del Proyecto Asterisco de Didacta+.

“El modelo de la autodeterminación es simple: cuanto mayor es la cantidad de motivación extrínseca, es decir, aquella que proviene de fuera del individuo, se da menor presencia de la función ejecutiva. Y al revés. Cuanto más intrínseco es el aprendizaje, es decir, basado en el interés propio, hay mayor presencia de la función ejecutiva”, explicó el experto.

“Si yo quiero que mis alumnos aprendan significativamente en el aula –prosiguió Lázaro– tendré que tender a modelos intrínsecos en el aprendizaje. Si todo el tiempo se trabaja con modelos de refuerzo y de castigo, se da muy poca presencia de la función ejecutiva y, por lo tanto, los niveles de automotivación casi no van a aparecer porque siempre van a estar sustituidos por los refuerzos externos”.

Hay que partir de la base de que, tal y como afirma la teoría, es muy difícil llegar a niveles de motivación intrínseca en contextos de aprendizaje.

Así, por un lado, se encuentra la regulación externa. Para explicarla, el experto aludió a una vivencia propia. “Yo he visto profesores que premiaban la lectura con pegatinas en niños pequeños. De esta manera, se estaba premiando la cantidad y no la calidad, por lo que cuando tu me dejas de dar el estímulo, la lectura pasa a un segundo plano porque lo que se llena es el estímulo”, expresó.

Al igual, Lázaro recalcó que la regulación externa es efectiva en tareas que son de carácter procedimental, ya que requieren de esfuerzo y son, generalmente, aburridas. “Si el contexto es muy emocional y la tarea es más creativa, el estímulo desaparece, lo reduzco, ya que el placer aparece solo por ver el producto final”, argumentó.

El siguiente nivel es la regulación introyectada, es decir, aquella en la que la persona, por si misma, tiene poco nivel de motivación, pero se incentiva gracias a que su contexto está motivado. “De ahí, la importancia de los climas socioemocionales en el aula. Cuanto mejor funciona una clase, mejores serán los niveles motivacionales del personal”, expresó Lázaro.

Un paso más arriba está la regulación identificada que consiste en dar respuesta al por qué de las cosas cuando los alumnos preguntan. Así, Lázaro explicó que es primordial terminar con la famosa frase: “hazlo, ya te servirá para algo”, cuando los alumnos pregunten por el por qué.

“Como expertos en el contenido, hay que dar respuesta a las cuestiones que los alumnos puedan plantear. Esto hace que los niveles de motivación crezcan”, afirmó el experto.

Por último, se encuentra un nivel superior que es la regulación integrada, en la cual el alumno, no solo entiende el por qué de algo, si no que su sistema de creencias y su sistema de valores, le van a favorecer a la hora de conseguir su meta. “El alumno está muy realizado en la asignatura y tú, como profesor, lo único que haces es generar el contexto”, aseveró Lázaro.

Una vez explicados los distintos niveles de regulación, Lázaro planteó cómo trabajar la autodeterminación en el aula. “Si tú quieres que tus alumnos trabajen poniendo en marcha las funciones ejecutivas en los procesos de aprendizaje, foméntales el propósito, es decir, plantéales un objetivo claro y marcado para que los alumnos se lancen a por él”, explicó.

“A su vez –prosiguió– foméntales la autonomía; que puedan hacer libremente y tengan la sensación de que están tomando sus propios decisiones en su proceso de aprendizaje. De igual modo, favorece la maestría, es decir, que tengan la sensación de que van evolucionando. Por ello, cuando los aprendizajes se hacen de manera lúdica, enganchan a los alumnos. Por último, todo esto, si se realiza socialmente en el aula, será más eficiente», finalizó Lázaro.

• Adele Diamond. La prestigiosa neurocientífica Adele Diamond identificó que las tres funciones ejecutivas que más afectan al aprendizaje son la memoria de trabajo –permite recordar información requerida para completar una tarea–; la flexibilidad cognitiva –capacidad de reorganización de las estructuras cognitivas–, y el control inhibitorio –capacidad de enfocarse y no dejarse distraer, controlando las emociones y la impulsividad–.
• Factores negativos. De igual modo, Diamond ha investigado sobre qué afecta negativamente a las funciones ejecutivas. Uno de los elementos es el estrés, ya que baja los sistemas inmunológicos y aumenta los niveles de cortisol, lo cual bloquea el aprendizaje. Otro de los factores es la tristeza; por ello, los climas socioemocionales en el aula son muy importantes. Por otro lado, la soledad. Los niños que la sufren rinden menos a nivel académico, no por potencial, sino por una falta de integración social. Por último, la pobreza. El acceso a la alimentación –la cual es determinante en el desarrollo cognitivo de cualquier persona–, a la sanidad o a la cultura.
• Factores positivos. Tal y como decían los griegos: ‘mens sana in corpore sano’. Según la ciencia, los alumnos que practican deporte regularmente cometen menos errores en acciones que requieren del autocontrol.