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¿Cómo tener una cara feliz esta cuarentena ante mis hijos?

Deanna Mason
Experta en educación y salud familiar
14 de abril de 2020
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© Rawpixel.com

Una de las cosas más difíciles de hacer es aparentar que estamos contentos cuando, en nuestro interior, nos sentimos tensos y estresados. Montar este “espectáculo de felicidad y de vida color de rosa” requiere una ingente cantidad de energía, especialmente si, a la vez, estamos tratando de solucionar la causa de nuestro estrés. De hecho, el esfuerzo que hay que realizar para parecer feliz nos supone incluso una carga adicional.

Durante este tiempo de cuarentena, tener a toda la familia junta en casa sin poder salir, tal vez tratando de teletrabajar y el estrés del virus Covid-19 es una situación agotadora e inusual. Es normal que no sientas felicidad todo el tiempo.

Muchas veces nos han enseñado que sentirse estresado, iracundo o sobrepasado por los acontecimientos es un síntoma de debilidad. De algún modo se supone que tenemos que ser capaces de controlar nuestras emociones completamente y en todo momento, además, de gestionar todas las dificultades con las que nos vayamos topando sin que ello nos afecte. Por si estas increíbles expectativas no fueran pocas, se supone además que hemos de hacerlo en una situación excepcional como la cuarentena.

La realidad confirma que esto es imposible. Habrá días en los que estemos radiantes y nos las apañemos muy bien en nuestra nueva situación. Sin embargo, habrá otros días en los que todo nos salga mal y nos sea materialmente imposible mantener nuestras emociones bajo control. Es precisamente en esos días cuando más nos cuesta poner cara de felicidad y alegría.

Durante este tiempo de cuarentena, tener a toda la familia junta en casa sin poder salir, tal vez tratando de teletrabajar y el estrés del virus Covid-19 es una situación agotadora e inusual

Cuando uno se ha de enfrentar a siuaciones estresantes hay que liberar toda la tensión acumulada. Con frecuencia esa liberación se logra expresando o verbalizando emociones: gritos, lágrimas, agresividad, etcétera.

Los sentimientos por los que vamos pasando juegan el papel de barómetro interno. Nos están diciendo qué significa para nosotros dicha situación, qué tal la estamos manejando y cómo nos encontramos durante ese momento. Cuando nos da por mostrar en el exterior emociones artificiales (p. ej., felicidad y alegría), que no se corresponden con los sentimientos que circulan por nuestro interior, acabamos generando todavía más estrés y más tensión interna y empeoramos la situación.

Siendo sinceros, nadie puede estar feliz y contento todos y cada uno de los días de su vida, especialmente cuando vives en un entorno complejo y confuso. Tampoco parece razonable esperar que las dificultades de la vida diaria no nos afecten en modo alguno. No siempre vamos a ser capaces de controlar nuestras emociones. Está bien dejar que nuestros hijos vean nuestra verdadera reacción al estrés. Les mostrarás que las emociones son normales y los guiarás sobre cómo manejarlas de manera segura.

Abrirnos, para así aceptar lo que nos está sucediendo a nivel emocional, puede servirnos para sentirnos mejor y para mejorar nuestra relación con los demás. El miedo a mostrar nuestra humanidad solo nos agobiará con más estrés y frustración. Revelar nuestros sentimientos auténticos al lidiar con esta pandemia global proporcionará un buen ejemplo a nuestros hijos para que también sean lo suficientemente valientes como para compartir sus verdaderos sentimientos con nosotros.

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