El virus que salvó a la Religión
Los españoles seguimos confinados en nuestras casas por culpa de esta terrible pandemia. Nos acongoja la cantidad de afectados, el número creciente de víctimas, y nos asombra el heroísmo de miles de personas que se exponen al contagio, dispuestos a ofrecer la dignidad debida a cada uno de los enfermos.
También estamos muy preocupados por la economía, por nuestro puesto de trabajo, por la pensión o por la pequeña empresa que da de comer a un buen número de familias. ¿Cómo vamos a salir adelante si el país está paralizado? ¿De dónde va a salir el dinero para pagar las innumerables prestaciones de desempleo y los sueldos de millones de funcionarios?
Muchos jóvenes, y otros que ya pintan algunas canas, están convencidos de que la culpa de esta situación catastrófica la tiene el Gobierno del señor Rajoy. Han olvidado que fue Zapatero el que dejó el país arruinado y que no hubo otra que hacer recortes e imponer sacrificios laborales. Y lo mismo tendrá que hacer el próximo presidente, el que suceda a Pedro Sánchez, pues cuando pase este estado de alarma nuestra economía estará bajo mínimos y tocará apretarse aún más el cinturón.
Muchos jóvenes, y otros que ya pintan algunas canas, están convencidos de que la culpa de esta situación catastrófica la tiene el Gobierno del señor Rajoy
Pero no hay que adelantar acontecimientos, ya que ahora debemos centrar todos nuestros esfuerzos en reducir al máximo los contagios y volver a la normalidad lo antes posible. Y en esas está nuestro Gobierno con el presidente Sánchez a la cabeza, junto a los cuatro vicepresidentes y su veintena de ministros. Todos ellos están ocupados y preocupados ante semejante crisis, y así nos lo demuestran durante las continuas y diarias ruedas de prensa.
Pero debemos ser optimistas pues, como dicen los más viejos del lugar, no hay mal que por bien no venga. Y es que este maldito coronavirus ha dejado para más adelante la tramitación de la Lomloe, esa ley educativa progresista que pretende marginar a la escuela concertada y degradar la asignatura de Religión que pasará a ser, de forma indirecta pero efectiva, una actividad extraescolar sin más. El Gobierno deseaba aplicar esta nueva ley ya durante el próximo curso y, vista la situación parlamentaria, esto no va a poder ser. Esta paralización legislativa, dentro del gran dolor que nos invade, está suponiendo una minúscula dedada de miel para miles de profesores de Religión y millones de familias que siguen optando por una formación integral para sus hijos.
Es una auténtica pena, que sea por este motivo. Pero, como profesor de Religión, creo que la ralentización de esta ley, como otras con demasiada carga ideológica como la «Ley de Eutanasia». Creo, que también, se debería tener en cuenta en este período de confinamiento la actuación no agradecida por el Gobierno a los responsables dirigentes de nuestra Iglesia, y, de otras religiones. Me gustaría que fueran capaces de intentar un mínimo diálogo educativo, que no existe tristemente a nivel de alta política. A nivel, de Centros Escolares, como profesor de religión, creo que es muy claramente demostrable, que no hay ningún problema en el ámbito escolar por la asignatura de religión. Sólo entre los muy sectarios, a nivel político, en la mayoría de las veces, y, que no representa más que a un 10 %, ó, máximo 20 %, en los pocos casos, cuando se da, este nivel de anti-religión en el ámbito escolar. La sociedad da tantas veces lecciones de convivencia pacífica y bien llevada de las personas con distintas ideas y vivencias en el plano religioso y espiritual, que debería darles temática de reflexión, al realizar leyes para todos los españoles. Año, tras año, desde que llegó la democracia a nuestro país, con total libertad, siempre con la posibilidad de elegir entre la asignatura de religión, u otra asignatura, con contenidos éticos, que nunca entendí porqué se quería enfrentar a nivel educativa la «Ética con la Religión», con lo bien emparentadas que están en todos los niveles, a nivel intelectual, social y práctico. ¿Cuándo se darán cuenta los políticos, que cuando hacen leyes, por estar en el Gobierno, no se deberían hacer sólo para unos pocos, que piensan como los políticos que dirigen este país tan grande como es nuestra querida España?
Ahora, se les ocurre, a los que gobiernan, hablar de nuevos pactos de la Moncloa. Me gustaría hacerles una pregunta, tanto a ellos como al resto de los diputados ¿estáis dispuestos, a plantear seriamente esta posibilidad?
O, simplemente es un nuevo globo sonda, que desvíe la opinión, introduzca un nuevo tema en los debates (ojalá fueran debates) de las tertulias en los programas informativos que tienen este espacio.
Un abrazo a los que están sufriendo esta pandemia directamente o a través de familiares y amigos.