Orientación familiar ante el confinamiento

El pasado miércoles 8 de abril, la maestra de Educación Infantil y autora de cuentos infantiles Coni la Grotteria y la psicóloga Ana Lorenzo ofrecieron una interesante charla online dirigida a las familias con hijos e hijas hasta la adolescencia, titulada “Orientación familiar ante el confinamiento: pautas y actividades para toda la familia”.

Durante la exposición, ambas profesionales ofrecieron recursos para afrontar estos días de confinamiento, así como adelantaron posibles consecuencias emocionales y conductuales, tanto en padres y madres como en los hijos e hijas durante este tiempo.

La psicóloga Ana Lorenzo, ofreció a los adultos algunas ideas para cuidar su salud mental y emocional, de forma que puedan ser el pilar que los niños y niñas necesitan en este momento:

• Atiende tus propias emociones, que en ocasiones serán miedo o ansiedad, incluso podemos sentir tristeza o momentos de bajón, podemos estar más irritables, preocupados, con algunos problemas de sueño o continuas visitas a la nevera. Reconoce estas emociones porque son totalmente naturales, habla de ellas, pues son tan normales en estos momentos que vivimos como la alegría ante una buena noticia o la sorpresa ante un hecho inesperado. No hay emociones buenas o malas, todas nos ayudan a adaptarnos.
• Mantente conectado socialmente.
• Ayuda a los demás. La generosidad y el altruismo dan sentido incluso a las situaciones más complicadas.
• Cuídate: haz deporte, arréglate, maquíllate todos los días, pon música, utiliza el sentido del humor.
• Deja las noticias y el móvil para momentos puntuales del día, esto aumenta nuestra ansiedad y nos hace perder el tiempo de actividades más constructivas.

Por otra parte, Coni La Grottería nos hablaba de la importancia de atender a los niños y niñas emocionalmente:

• Ofrecerles una explicación clara y real de lo que está ocurriendo y de por qué no pueden salir a la calle les ayudará a sentirse más seguros, partícipes de la realidad, con un rol importante: cuidar de nuestra familia y del mundo.
• Actuar desde la calma, los adultos somos modelos a imitar para las niñas y niños, por lo que nuestra calma se traduce en su propia calma.
• Utilizar el sentido común en el día a día. Bajar las expectativas de una rutina organizada, trabajando la paciencia y la flexibilidad.
• Tiempo en familia y tiempo a cada hijo o hija de manera individual y en la medida de lo posible, ahora más que nunca hablamos de un tiempo de calidad y atención. Por lo menos una vez al día, buscar una actividad, una conversación o un juego sin distracciones exteriores, y por supuesto sin pantallas, siendo este un momento ideal para abrirnos sobre nuestros sentimientos o simplemente sentirnos a gusto conectando con el otro.
• Llenar nuestro día de risas, sorpresas y payasadas, los niños y niñas necesitan la carcajada, la ilusión y que, en ocasiones, que viajemos a su mundo infantil. Como adultos debemos conectar con nuestro niño interior y dar rienda suelta a la imaginación.
• Atender todas sus emociones, sus miedos, sus preocupaciones, reconociendo esa emoción primero: “sé que estás enfadada…”, «sé que estás triste, porque no puedes ver a tus amigos, porque no puedes bajar al parque», para normalizarla. Le estamos diciendo que la emoción es normal, y que le entendemos.

Ana Lorenzo contestaba a una pregunta que se oye en los últimos días, ¿qué efectos adversos pueden sufrir los niños y niñas? Realmente podemos decir que los efectos que puedan tener son difíciles de prever, dependerá sin duda de cada situación particular y de cada familia y su manera de enfrentarse a los conflictos. Pueden aparecer comportamientos poco habituales en ellos o más exagerados: rabietas, dejar de querer hacer cosas solos y otras regresiones, problemas para dormir, mayor necesidad de estar con nosotros…

Esto ocurre porque el apego se activa en situaciones de amenaza, el niño o la niña se encuentra “desregulado”, que no es lo mismo que portarse mal, es simplemente la demostración de una necesidad de seguridad y nosotros como padres y madres debemos actuar desde la regulación y el control. Esta es una gran oportunidad para trabajar la empatía con nuestros hijos e hijas y para crear situaciones de aprendizaje: desarrollo de la creatividad, resolución de conflictos, autocontrol.

En la adolescencia, nos encontramos con otra situación bien diferente, chicos y chicas que necesitan momentos al día sin padres pero sí con sus amigos y amigas. Es normal que las tensiones se vayan acumulando, pues no han desarrollado por completo su capacidad de autocontrol. Los adolescentes también necesitan de sus padres, pero en otra medida, necesitan saber que están ahí, que los cuidan y los protegen, pero también que confían en ellos. Es necesario hablar, negociar pactar, empatizar, flexibilizar y dejarles opinar.

Coni La Grotteria nos explicaba la necesidad de implementar unas rutinas básicas, adaptadas a cada situación familiar y contextos laborales, pero en general todas ellas deben ser flexibles, con momentos dedicados al estudio, y después con tiempo de juego libre, juego en familia, y en el caso de los adolescentes sobre todo, para relacionarse con sus iguales.

Es importante tener una higiene de sueño adecuada y hacer ejercicio físico diario, sobre todo por la mañana utilizar el tiempo para actividades más motoras, aprovechando la luz natural.
Es momento de que los niños y niñas realicen actividades de autonomía, que sean incluidos en tareas de vida cotidiana, actividades creativas y motoras.

Es una situación extraordinaria y quizá irrepetible, aprovechemos el tiempo para reforzar vínculos, instaurar tradiciones sentimentales y generar recuerdos entrañables, que nos harán crecer más como familia.