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Centros públicos de La Rioja aseguran que Cacho confunde colaboración con subordinación

Los equipos directivos de 48 colegios públicos de La Rioja han asegurado este miércoles que el consejero de Educación, Luis Cacho, "confunde colaboración con subordinación a sus ideas, trabaja según sus criterios y sus ritmos, nos los impone", y "desconoce una parte importante de la escuela".
RedacciónMiércoles, 29 de julio de 2020
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El consejero de Educación, Luis Cacho, durante la presentación del Plan de Contingencia para el curso próximo.

Estos equipos directivos, en una nota conjunta, añaden que Cacho «no cumple los plazos que él mismo determina», «no escucha» a quienes viven la escuela desde el día a día, «nos transfiere decisiones de las que él debería ser responsable, sin poner a nuestra disposición los recursos necesarios» y «muestra escaso o nulo respeto por nuestro trabajo».

Indican que a finales de agosto volverán con el fin de continuar la organización del curso y están seguros de que cada colegio hará lo posible por ofrecer «un entorno educativo seguro y adaptado a las nuevas circunstancias». «Pero también sentimos, con la misma seguridad, que para ello será preciso que, a la incertidumbre derivada de la situación, no se sume la que, con su singular modo de hacer, genera constantemente el consejero de Educación», afirman.

Estos colegios, en la «necesidad» de manifestar su posición en relación con la actuación de Cacho durante los últimos meses, en los que se ha producido la pandemia de la Covid-19, señalan que llegaron a finales de junio «exhaustos» tras jornadas laborales «interminables, sin apenas diferenciación durante el fin de semana o los días festivos». «No era el nuestro un acto heroico, pero sí suponía el cumplimiento responsable con nuestro trabajo», que complementaba el desarrollado por sus compañeros, por el resto de personas que trabajan en la Consejería de Educación y por las propias familias, «en aras de ofrecer al alumnado el mejor escenario educativo posible».

Sin embargo, dicen, «quedaban puntos de divergencia en relación con la intervención del consejero», lo que así ocurrió, por ejemplo, en relación con la demora de la propia Consejería al enviar a los colegios las referencias para elaborar el Plan de Continuidad Educativa a Distancia y la «premura» con la que se les demandó. A ello se sumó la petición de la elaboración del Registro de Situación para la Tutorización a Distancia, que «obligó a interrogar a cada familia sobre cuestiones que despertaron malestar en algunas de ellas».

A finales de agosto volverán con el fin de continuar la organización del curso y están seguros de que cada colegio hará lo posible por ofrecer un entorno educativo seguro

Los firmantes de la nota aseguran que «este modo de hacer se perpetuaba en el tiempo», dado que «desde la Consejería se actuaba con lentitud, se proporcionaban escasas referencias y se trasladaba a los centros educativos la responsabilidad sobre importantes decisiones que, además, habían de tomarse y ejecutarse con rapidez».

También se hizo explícito el desacuerdo en relación con la «imposición», por parte de la Consejería, de realizar un informe individualizado a cada alumno, cuando los equipos directivos entienden que no era necesario; así como lo generado con la recogida de los libros de texto del programa de gratuidad.

Respecto al Plan de Contingencia de Educación para el curso 2020-21, presentado este martes por Cacho, también se refieren a todo el proceso, que ha conllevado la elaboración de cinco borradores y que algunas de las medidas adoptadas por la Consejería en este periodo «tornaba nuestra tarea en ineficiente y, en ocasiones, desesperante». La Consejería, al principio de junio, constituyó grupos de expertos en relación con el Plan de Contingencia Autonómico, como base para definir el de cada colegio en los ámbitos organizativo, tecnológico y curricular, con la previsión de publicarlo el 24 de ese mes, lo que no ocurrió.

La demanda de los equipos directivos de compartir ese plan con el Claustro y el Consejo Escolar antes de finalizar el curso «halló el silencio como respuesta» y, durante julio, parte de su trabajo consistió en «esperar» a que la Consejería adoptara decisiones sobre diversas materias, como el proceso de matriculación. En ese periodo, se produjo «una mala noticia», en referencia a «la dimisión de personas ubicadas en diferentes puestos dentro de la Consejería, que conocían la escuela por dentro y que tenían mucho que aportar». La Consejería, el 14 de julio, convocó a los centros para conocer su opinión sobre el plan que no se había enviado.

Respecto al Plan de Contingencia de Educación para el curso 2020-21, presentado este martes por Cacho, también se refieren a todo el proceso, que ha conllevado la elaboración de cinco borradores

» A esas alturas pensábamos que nada podría sorprendernos, pero estábamos equivocados», ya que el borrador, en su cuarta versión, aunque los equipos directivos no tuvieron acceso a los anteriores, se entregó 20 días después de lo previsto sin contener nada sobre el plan digital, ni el curricular, ni las vertientes semipresencial y presencial del organizativo. Cada equipo directivo comenzó a dar forma al plan y, cuando casi estaban ya terminados, la Consejería remitió un quinto borrador, con «ligeras» modificaciones, lo que obligó a los colegios a realizar cambios, que no hubieran sido necesarios de partir de un plan definitivo.

El pasado día 27 se hizo público el ahora denominado Plan de Contingencia General, con elementos adicionales a los planteados en los borradores previos; y, el 28, Cacho, «sin tener en cuenta a la comunidad educativa», determinó el calendario escolar 2020-21, que modifica el publicado en mayo último. Cada colegio, precisan, debe presentar su propio Plan de Contingencia con un único día para visarlos.

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