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Los padres y madres toman la palabra en la vuelta al cole

La vuelta al cole era algo que las familias demandaban. Después de 6 meses en casa, la nueva normalidad era algo esperado y deseado por muchos padres y madres. Las familias han vuelto a llevar a sus hijos al colegio, aunque hay familias que han optado por no hacerlo en etapas donde la escolarización no es obligatoria.
Fernando BoillosLunes, 28 de septiembre de 2020
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Hoy hablamos con 6 padres y madres que nos explican cómo han vivido en casa la vuelta a las aulas.

MARTA BAEZA

Baeza es licenciada en periodismo y tiene 35 años. Ama su profesión, pero desde hace 4 años ejerce más de madre que de cualquier cosa ya que tiene 5 hijos, todos varones. El mayor, tiene 7 años. Le sigue otro con 6, otro de 5 y los más pequeños tienen 3 años y 15 meses. En breve la familia aumentará en un nuevo miembro ya que esta embarazada de su sexto hijo (o hija).

“Cuando cerraron los colegios el pasado mes de marzo, pensamos que sería algo puntual y nos lo tomamos como “unas pequeñas vacaciones”. Conformen pasaron los días y vimos que iba para largo, empezó a hacerse algo más cuesta arriba. Los niños necesitaban el contacto con sus amigos y con sus profesores, por eso la vuelta al cole ha sido todo un regalo”, explica Baeza.

“En mi familia la ilusión de volver ha sido la misma que todos los años. Hemos querido transmitir tranquilidad y normalidad a los niños, ellos se adaptan mejor que nadie a cualquier situación y no pueden estar más felices de volver a tener la rutina, tan necesaria para ellos y nosotros. No voy a negar que es raro en muchos aspectos. Que el recreo ya no es ese rato de “libertad”, que no pueden juntarse con amigos de otras clases, y la mascarilla. No me gusta que mis hijos estén 8 horas con ella, no niego que su uso es muy necesario pero creo que, igual que en un puesto de trabajo se puede quitar, en las aulas debería ocurrir lo mismo. Además, el coste que supone para una familia como la mía, es insostenible. La incertidumbre está presente y la falta de información y los cambios de protocolos casi a diario no lo ponen fácil, pero nosotros vivimos el día a día”.

IGNACIO CARRO

Ingeniero en Telecomunicación vive en Madrid desde hace 18 años. Está casado y tiene 2 hijos. El mayor de 3 años y un recién nacido de apenas un mes. Trabaja en una multinacional española del sector.

“La situación tras la Covid ha sido complicada para toda la sociedad y muy especialmente para las familias que contamos con hijos pequeños o incluso recién nacidos, como es mi caso. Por suerte, mi empresa ha sido comprensiva con la situación y ha articulado el teletrabajo de manera ágil para permitirme poder cuidar de mis hijos a la vez que trabajaba desde casa. No es una situación ideal a todas luces pero sin duda nos ha permitido superar no sin problemas e inconvenientes estos meses de confinamiento”, explica Carro.

Ahora que la pandemia vuelve a recrudecerse se ve en la encrucijada de llevar o no a sus hijos a colegios y guarderías: “En mi opinión los niños necesitan relacionarse con otros niños, no sólo con los padres. Evidente es que hay que saber modular la dupla riesgo/beneficio. El principal problema es que los responsables políticos no han sabido trasmitir mensajes claros, que aporten tranquilidad a toda la comunidad educativa, desde padres a profesores, con el objetivo común de buscar el bienestar y seguridad de los más pequeños. La falta de anticipación, la falta de medidas pensadas y no improvisadas de un día para otro, la comunicación deficiente con los centros educativos y la falta de planes reales ha supuesto en mi caso un gran desasosiego. Estoy llevando a mi hijo al colegio, a 1° de Educación Infantil, pero no sé ni cómo acabará ni hasta cuándo podré hacerlo. Todo lo que empieza mal no suele acabar bien, es la sensación y la situación de intranquilidad en la que, por desgracia, nos vemos obligados a vivir los padres Covid. Además, la comunicación entre el Estado y las garantes de las competencias de educación cómo son las comunidades autónomas ha sido muy deficiente, interesada y digna de un país de segunda categoría. Con estos bueyes hay que arar, como siempre los perjudicados los padres y lo que es peor, nuestros hijos”.

OLGA HERNÁNDEZ

Licenciada en Pedagoga, barcelonesa de 46 años. Madre de una niña de 8 años y un niño de 11 años. Ambos asisten a un colegio concertado en el centro de Barcelona.

“Estoy agradecida de haber podido iniciar la escuela, poniendo toda mi confianza en el equipo docente del centro. Los niños necesitaban poder reencontrase con sus amigos cara a cara, las herramientas digitales han estado muy bien, y nos han acompañado para no perder el contacto, pero en ningún momento han sustituido las complicidades y risas que hay en los encuentros presenciales”, explica Hernández.

Esta madre pedagoga asume que es un curso difícil y atípico pero es optimista: “Hemos iniciado un curso lleno de incertidumbre, al igual que cuando los padres tuvimos que volver a los trabajos presenciales, sabemos que no será fácil y posiblemente tendremos que estar algunos días del curso en casa, por confinamiento preventivo o no, pero lo que tengo claro es que la escuela es necesaria para el bienestar integral de nuestros hijos y por este motivo confianza y paciencia serán la clave para tener una buena relación con la escuela”.

FRANCISCO JAVIER GARCÍA

Diplomado en Empresariales y licenciado en ADE con un postgrado en gestión y dirección contable. García es director financiero de una empresa del sector de los combustibles y tiene 36 años. Padre de una niña de 9 años que cursa 4º de Primaria en un colegio concertado de Mataró (Barcelona).

“La vuelta al cole la estamos viviendo en casa con muchas contradicciones e incertidumbres. Por un lado estoy ilusionado por ver crecer a mi hija y verla vivir nuevas experiencias, conocimientos y retos este curso, pero por otro lado está la duda de la seguridad sanitaria en el centro. Como padre no paro de preguntarme si estará segura en el colegio. Para mí, lo importante es que en el colegio le enseñen las herramientas digitales y personales para que ella pueda aprender a ser mas autónoma, independiente con sus tareas y deberes. El confinamiento del curso pasado nos pilló a todos de nuevas y los padres tuvimos que teletrabajar y además convertirnos en profesores improvisados de matemáticas, lengua o música. Espero que los centros escolares en caso de posibles nuevos confinamientos estén mejor preparados”.

 

MIRYAM BUENO

Graduada y doctora en Enfermería trabaja en el sector sanitario desde hace más de 15 años. Desarrolla su trabajo en una Unidad de hospitalización de Cuidados Paliativos. Es madre de una niña de 6 años que acaba de comenzar 1º de Primaria y un niño de 2 años que ha retomado su asistencia a un centro de Educación Infantil en Soria.

“Muchas emociones se agolpan en esta vuelta al colegio. Por un lado la ira hacia los dirigentes políticos incapaces de desarrollar unas buenas medidas de protección unificadas para nuestros hijos en el colegio. Se ha demostrado en esta crisis sanitaria que los niños son la última preocupación de nuestros dirigentes políticos: no suponen votos ni ingresos económicos. Vivo con mucha incertidumbre la vuelta al colegio de mis hijos porque no sé cómo podré seguir conciliando mi vida profesional con su cuidado en esta situación tan compleja y cambiante, los políticos tampoco me ayudan a ello. No se ha desarrollado ninguna medida concreta”, explica Bueno.

Para esta benicarlanda afincada en Soria lo único que le anima es “saber que puedo contar con unos seres maravillosos que sé que están en el mismo lado que el de mis hijos: sus educadores y profesores. Confío en que como yo, saben lo fundamental de la educación, la socialización y la “normalidad” para nuestros pequeños. Más que nunca necesitamos que entre familia y docentes creemos un ambiente seguro a nivel sanitario y a nivel emocional para hacer lo más importante: aprender”.

FÁTIMA ROMÁN

Licenciada en Periodismo. Román lleva trabajando más de 14 años en diferentes medios de comunicación en Castilla y León y tiene 36 años. Madre de dos hijos, uno de 3 años y medio y otro, de a penas 10 meses. Ninguno de ellos estará escolarizado durante el curso 2020-21. Es de Zamora pero vive en Valladolid.

“En mi caso, tanto mi marido como yo, hemos decidido no llevar al mayor al colegio, y tampoco al pequeño a la guardería. Podría decirse que nuestra razón principal es el miedo al contagio pero, si  analizamos en profundidad nuestros motivos, ese miedo va unido a lo que supondría infectarnos. Con esto me refiero a que afectaría a la forma de vivir nuestro día a día, que es sencilla y llanamente estar con nuestra familia. No vamos a los parques ni a las terrazas porque preferimos pasar tiempo con los abuelos de una forma más segura”, explica Román

Esta madre periodista piensa que existe mucha improvisación a pesar de la buena fé y hacer de los centros educativos: “Creo que los colegios han puesto todo de su parte para hacer la vuelta a la aulas lo más segura posible pero, como madre, creo que han tenido que improvisar en algunos aspectos por la tardanza que desde los gobiernos se ha tenido en poner sobre la mesa las medidas necesarias. Así que, aunque es difícil y a mí me ha supuesto tener que ampliar mi excedencia, seguiremos en casa hasta que la situación mejore de forma sustancial que nos permita empezar con una rutina escolar algo más normalizada”.

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