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No te esfuerces, no merece la pena

Israel Berna
Maestro tuitero
13 de octubre de 2020
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Queridos lectores, me imagino que en las noticias habrán escuchado que el Ministerio de Educación y Formación Profesional el pasado 24 de abril aprobó la Orden EFP/365/2020, de 22 de abril, por la que se establecen el marco y las directrices de actuación para el tercer trimestre del curso 2019-2020 y el inicio del curso 2020-2021, ante la situación de crisis ocasionada por el Covid-19  en donde, de manera excepcional, según recita el BOE, los alumnos podrán pasar de curso sin tener en cuenta limitaciones que afecten al número de áreas pendientes. Dicho de otra manera más vulgar: puede pasar “to quisqui”.

Entiendo que este curso que comenzamos es excepcional. Y momentos excepcionales requieren de medidas excepcionales; sin embargo, podría ser un buen momento para realizar profundos y verdaderos cambios en la Educación. Se podrían tomar medidas como, por ejemplo: cambiar el currículum, tan obsoleto y repetitivo; dar un verdadero impulso a la formación del profesorado y a la innovación educativa; flexibilizar la Educación Secundaria y potenciar la Formación Profesional de forma que aquellos alumnos que no encuentran su motivación en los estudios superiores, encuentren salida aprendiendo oficios que son necesarios e imprescindibles para el tejido productivo, y así un largo etcétera. En vez de tomar alguna medida que apunte en este sentido; no se les ha ocurrido otra cosa que los alumnos puedan pasar de curso sin ningún problema. O sea, que de un plumazo echamos por tierra aquello que llamamos esfuerzo, y dejamos a los profesores dando palmas con las orejas, los cuales lo van a pasar canutas para motivar a los alumnos a que estudien y se centren. De locos, señoras y señores.

Entiendo que este curso que comenzamos es excepcional. Y momentos excepcionales requieren de medidas excepcionales; sin embargo, podría ser un buen momento para realizar profundos y verdaderos cambios en la Educación

La solución al problema educativo no pasa por tener ocurrencias de este tipo. No, al menos, según mi opinión. En Secundaria, encuentras casi siempre alguna clase con alumnos que, por diversas circunstancias, ya sean sociales, económicas, culturales o de otra índole, no encuentran la motivación o el enganche necesario según nuestra enseñanza “clásica”. Pasan interminables horas sentados en sus pupitres y no consiguen conectar con los conocimientos que intentamos transmitirles; ya sea porque son aburridos, porque no sabemos llegar a ellos, porque no son lo suficientemente experienciales. Y en estos casos, las repeticiones o subir de curso con 10 materias colgando no son la solución de nada.  Muchos pasan algunos años “de vacío”, hasta que cuando llegan a la edad de 14 o 15 años, pueden acceder a Formación Profesional Básica y algunos de estos que no funcionaban con nuestra concepción tradicional de la educación comienzan a disfrutar de más horas de prácticas, menos peso de currículum teórico…y, de pronto, “cambia la cosa”. Esto no siempre funciona tal y como lo estoy contando, pero la idea que quiero transmitir es que el sistema educativo debería encontrar la forma de romper con la vieja concepción de asignaturas tales como Lengua, Matemáticas, Sociales…y enfocar la Educación de forma más globalizada, más transversal y mucho más experiencial de lo que es. La repetición no es la solución a todos los problemas, pero en diversas ocasiones funciona. Estoy de acuerdo en que debe ser excepcional, pero no creo que ayude borrándolo del acta. La Educación no es una matemática exacta, eso se aprende (o debería) en primero de carrera. No obstante, si bien es cierto que la Educación debería ser más plástica, más maleable, esta no debería dejar de lado el esfuerzo. “Mucho esfuerzo, mucha prosperidad”, sentenciaba el poeta griego Eurípides. Sin este ¿Cómo salir adelante en la vida? ¿Cómo conseguir la ansiada vacuna si no es a base de esfuerzo? ¿Cómo conseguir el éxito en un negocio? ¿Cómo aprobar una oposición? ¿Por qué erradicar el esfuerzo de la Educación?

¿Ustedes se imaginan la siguiente escena? El director de un instituto coge el micrófono de megafonía y convoca a todo el centro en el patio (con mascarilla y distancia, claro). Llega con paso firme y sereno y toma la palabra: –Queridos alumnos, la ministra Celaá y los consejeros de Educación han tomado una importante decisión –todos con cara de expectación. Desde hoy, tenéis que saber que suspendáis lo que suspendáis…pasáis de curso por el vellón.

¿Cómo se imaginan la reacción del alumnado? ¿Gritan, saltan… lanzan mascarillas al aire?

No tiene ningún sentido. No es el camino. Por ahí no vamos bien. Sin embargo, si el Gobierno no quiere que haya un comité de expertos científicos e independientes que ayude en la gestión del coronavirus me temo que poco podemos rascar en aspectos educativos. Que Dios nos coja “confesaos».

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