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Educando con límites

¿Es posible educar con cariño, constancia y límites? Desde mi punto de vista, la respuesta es un rotundo ¡SÍ! No solo se puede, sino que debemos intentar hacerlo.
Centro Psicológico Loreto Charques
Expertos en el diagnóstico y tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención (TDA-H)
15 de diciembre de 2020
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® MicroOne

Los límites y las normas son algo natural y necesario dentro de la convivencia social y no tienen por qué estar ligados a una autoridad autoritaria (valga la redundancia). Este último aspecto es uno de los más controvertidos porque solemos relacionar normas y límites con autoritarismo: ¡CRASO ERROR! Establecer normas y límites razonables es una forma de que sin que esté la autoridad presente sepamos todos lo que se espera de nosotros y, por lo tanto, podamos anticipar consecuencias.

¿Significa esto que la Educación ha de ser inflexible? En absoluto. Podemos (y debemos) ser flexibles pero también firmes. Por ejemplo, podemos ser flexibles sobre qué exigir a cada uno de nuestros hijos en función de su edad y sus características personales. Es algo complejo y dependerá del contexto, de la personalidad de cada uno, del momento, etc… Es que educar no es una tarea fácil.

Establecer límites y normas de convivencia claros (e incluso acordados con los niños siempre que sea posible –porque también tenemos que tener presente que algunas cosas NO se negocian como ir al colegio, por ejemplo–) ayuda a un desarrollo socioemocional ajustado. En palabras de Mónica González, psicóloga infantil, “los límites son fundamentales para el desarrollo emocional y social del niño. Les ayudan a vivir en sociedad enseñándoles dónde acaban sus derechos y empiezan los del otro, les enseñan a frustrarse y a perder, y a tolerar el error”. Es algo llamativo que nos encontremos cada vez más en la consulta con niños con una dificultad abismal para gestionar sus emociones, y más concretamente, gestionar la frustración.

Algo que los padres y madres tenemos que tener muy claro, y a veces (muchas) se nos olvida es MANTENER LA CALMA. Antes de gritar, reprender, corregir, paremos y pensemos sobre qué vamos a decir para no hacer daño. Hagamos correcciones sobre el comportamiento y no sobre la persona. Es decir: “no me gusta que HAGAS determinadas cosas porque haces daño a los demás”, en vez de decir, “eres un TAL o un CUAL”.

Algo que los padres y madres tenemos que tener muy claro, y a veces (muchas) se nos olvida es MANTENER LA CALMA

Por otro lado, también debemos permitir que el niño exprese sus emociones, si está enfadado, permitirle que se enfade (siempre y cuando su comportamiento no implique daño personal ni material) pero no tenemos por qué decir: “No te enfades” o “esto no es para enfadarse” o cosas similares. Empatizar con el niño en estos momentos es algo primordial para que se sientan comprendidos.

Otro de los puntos importantes en la Educación con límites es permitir al niño equivocarse. Y hacerle ver que todos nos equivocamos pero no por ello dejamos de ser queridos. Queremos a nuestros hijos, aunque se equivoquen y mucho más allá de la equivocación. Con esto hay que tener muchísimo cuidado, sobre todo con niños más pequeños que interpretan el enfado de los padres/madres o la regañina como un “te dejo de querer”. Por lo que no debemos decirle NUNCA a nuestros hijos: “YA NO TE QUIERO”. Es una de las frases más lapidarias para el desarrollo emocional de un niño.

Me gustaría ahora que reflexionáramos sobre las siguientes situaciones: imagínate nadando en el medio de un océano, en un lugar desde donde no atisbas tierra por ningún lado. No sabes hacía dónde dirigirte. Miras hacia un lado, miras hacia otro y todo te parece igual. No sabes qué hacer, ni adonde ir. ¿Cómo te sentirías?

Ahora, imagínate por el contrario que estás en la misma situación, pero con la diferencia de que hay unos carteles indicadores que te ayudan a seguir y llegar a tierra segura, ¿cómo te sentirías?

Esta misma ansiedad y sensación desagradable de no saber qué hacer en la primera situación es la que experimentan los niños que no tienen reglas claras en su vida que le ayuden a determinar la dirección que pueden seguir.

Referencias

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