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El alumno, protagonista de su aprendizaje desde Infantil

Los Proyectos de Aprendizaje permiten integrar tres elementos clave: las exigencias del currículo, los intereses de los alumnos y el compromiso progresivo con el entorno.
Mercedes Blanchard y Mª Dolores MuzásMartes, 15 de diciembre de 2020
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Los Proyectos de Aprendizaje son más que una metodología. Es un marco de programación conjunta profesor-alumno y promueve el proceso de aprendizaje planteado desde la interacción entre iguales y con los adultos.
© NEW AFRICA

Los expertos en Educación que en estos momentos investigan sobre metodologías innovadoras que favorecen el cambio hacia un Paradigma de Aprendizaje buscan estrategias educativas vinculadas a contextos reales del alumnado y a sus motivaciones vitales que puedan provocar aprendizajes altamente significativos. Entre estas metodologías están los Proyectos de Aprendizaje.

Este enfoque es muy ambicioso, pues pone al alumno como protagonista de su propio aprendizaje. Es quien elige qué quiere aprender e incluso cómo lo quiere aprender y realiza con el profesor, como guía y mediador, el camino de planificación y desarrollo del Proyecto.

Estamos hablando de un aprendizaje “al revés” de como se venía haciendo desde un Paradigma tradicional de Enseñanza. Los Proyectos de Aprendizaje ofrecen la virtualidad de integrar tres elementos que no parecían fáciles de combinar: 1) las exigencias del currículo, 2) las inquietudes e intereses de los alumnos, 3) el compromiso progresivo con las necesidades del contexto, a medida que va aprendiendo a observarlo y descubriéndose como ciudadano responsable.

La estrategia metodológica por sí sola no consigue nada, sino que para este planteamiento contamos con un profesorado que, intencionalmente, se sitúa como “mediador” que acompaña y guía el proceso personal de cada alumno desde el principio hasta el final.

Y este aprendizaje “al revés” se apoya y considera necesarios, en el profesorado, unos planteamientos teóricos en los que apoye su práctica educativa, porque:

  • El centro lo ocupan los alumnos y su forma de acceder al conocimiento, atreviéndose a decir en voz alta lo que tienen construido, para que el profesor les ayude a dar los siguientes pasos. Los profesores no empiezan explicando para después hacer una aplicación de ese conocimiento trasmitido, sino que son los alumnos los que comienzan mostrando qué saben y por dónde van haciendo sus búsquedas, para que el profesor les ayude a seguir construyendo conocimiento.
  • Acercándose a un conocimiento integrado donde no hay áreas separadas, sino un aprendizaje globalizado o interdisciplinar, según la etapa.
  • El proceso se construye a partir de los intereses de los alumnos concretos y no con una programación de proyectos preparada antes de comenzar las clases.

¿Por qué los Proyectos de Aprendizaje van siendo una realidad en muchos entornos educativos?
El interés se incrementa porque:

  • Ayuda al crecimiento del alumnado en autonomía, en su organización personal, en su capacidad de autoevaluación, autocrítica y en su competencia para aprender de un modo cooperativo.
  • Se encamina y favorece el compromiso social, llevando al niño a hacerse la pregunta ¿qué podemos hacer para que nuestro entorno, donde vivimos, donde jugamos, nuestra ciudad, nuestra casa, mejore? Y eso irá formando una conciencia social que le irá fortaleciendo como futuro ciudadano responsable.
  • Y es mucho más que una metodología: es un marco de programación conjunta profesor-alumnos, y promueve un proceso de aprendizaje planteado desde la interacción entre iguales y con los adultos.

En este momento tan singular que estamos viviendo parece que todo nos urge al cuidado de los otros y de la naturaleza, a la que hay que saber observar y escuchar por la relación sistémica que se establece entre el Planeta y las personas “haciendo consciente a nuestro alumnado de la realidad de las demás personas, de esta humanidad que sufre y donde la Educación tiene un lugar bien importante, ayudando a crecer personas responsables de sí mismas y de los otros, como ciudadanos comprometidos con esta Casa Común que es nuestro planeta” (pp. 7-8).

Desde estas claves situamos el libro Cómo trabajar con Proyectos de Aprendizaje en Educación Infantil en el ciclo de 3 a 6 años. Este se suma a Transformando la sociedad desde las aulas (Narcea, 2014) y Los Proyectos de aprendizaje. Un nuevo modelo metodológico clave para la innovación (Narcea, 2016) para mostrar aplicaciones concretas en todas las etapas educativas, de Infantil a la universidad.

Definimos los Proyectos de Aprendizaje como un proceso creativo que parte de la pregunta compartida con los niños: ¿Qué os gustaría saber? ¿Qué queréis aprender? O con preguntas más sencillas con los más pequeños, pero siempre buscando que aprendan a identificar sus intereses. Este procedimiento de inicio del Proyecto sirve para la elección del eje del Proyecto, que se formula a partir de las preguntas de todos, integrando así los intereses de los alumnos con el currículo. Posteriormente, las actividades se trabajarán con una metodología propia del Paradigma de Aprendizaje que sitúa el protagonismo del alumno en primer lugar, y que estarán guiadas por un Plan de Trabajo que permitirá al alumno trabajar con una gran autonomía y autocontrol, y al profesor hacer un seguimiento del trabajo individual y grupal e intervenir en el momento adecuado y necesario para mediar el aprendizaje.

Definimos los Proyectos de Aprendizaje como un proceso creativo que parte de la pregunta compartida con los niños: ¿Qué os gustaría saber? ¿Qué queréis aprender?

Así el profesorado se acostumbra a pensar con sus alumnos en voz alta, organizando los contenidos que los propios niños desean aprender, completándolos con aquellos que el profesor sabe que necesitan ir aprendiendo, y construyendo juntos el modo como van a ir recorriendo el camino del aprendizaje.

Este modo de trabajo, donde docentes y alumnos expresan el propio pensamiento, se va convirtiendo en una referencia importante para los alumnos, que se acostumbran a decir qué harían ellos y cómo. Por tanto, se desarrolla la creatividad, la iniciativa propia, el aprendizaje de procedimientos, que les irán dando estrategias que luego los alumnos, por su propia iniciativa, podrán aplicar a situaciones en el aprendizaje y en la vida.

Este modo de trabajo, donde docentes y alumnos expresan el propio pensamiento, se va convirtiendo en una referencia importante para los alumnos, que se acostumbren a decir qué harían ellos y cómo

Todo el libro está planteado desde el diálogo entre teoría y práctica, con una primera parte en la que sitúa los Proyectos de Aprendizaje en la etapa de Infantil, y las posibilidades que ofrecen por su constante interacción con los alumnos, por la exigencia que plantea al profesorado ante de aprender a escuchar, la importancia de que conozca qué se está construyendo en el interior de cada alumno, qué se ha desarrollado y cuáles son los posibles pasos que tiene que ayudarle a dar. Subrayamos, asimismo, la claridad con que se plantean los Proyectos de Aprendizajes como camino que, desde el principio, se ha de hacer implicando a las familias, iniciando así una coordinación y colaboración que nunca debe acabar y que deberá ir incrementándose después, a lo largo de la Educación obligatoria.

En la segunda parte se relata cómo se ha realizado el proceso de los dos Proyectos de Aprendizaje que aparecen en el libro, elaborados por profesorado de Educación Infantil de dos centros educativos, uno de León y otro de Alcoy, cuyos equipos docentes entraron en un proceso metodológico de Investigación-Acción con la asesoría externa de las autoras.

De la satisfacción de alumnos, padres y docentes queda constancia en la evaluación final de cada uno de los proyectos. “Trabajar así es mucho más motivador para todos. Los profesores disfrutamos muchísimo cuando vemos el interés que ponen y cómo aprenden nuestros alumnos”. “Hoy vamos a salir en tren para adivinar los monumentos romanos que hay en la ciudad. Está guay”. “Se levanta con mucha energía y hasta se viste solo (niño de 3 años) porque dice que va a aprender mucho y nos lo va a contar. No sabe bien lo que hemos trabajado con los profes en la preparación de actividades para que saliera todo adelante, pero nos hemos dejado sorprender”. Son expresiones de profesores, alumnos y padres, recogidas de la vida diaria y de las evaluaciones que muestran por sí mismas que los Proyectos de Aprendizaje ponen a colaborar a todos (si nosotros lo propiciamos) y generan un plus de emociones positivas que multiplican el valor de lo que se hace. Con la repetición de estas experiencias esta energía positiva se convierte en actitudes positivas ante el aprendizaje.

Con la repetición de estas experiencias esta energía positiva se convierte en actitudes positivas ante el aprendizaje

El proceso de cambio metodológico, llevado a cabo en más de 10 centros a lo largo de dos décadas, conduce a una reflexión final compartida por todos ellos: Es necesario abandonar los modelos de transmisión dando protagonismo y voz a los niños, a los alumnos, desarrollando sensibilidad y aprecio por la vida, hábitos de autonomía y responsabilidad compartida, que lleven a los alumnos a mirar a la realidad identificando necesidades, a pensar por sí mismos, a crear, a crecer en valores de solidaridad, cuidado de la naturaleza, de las personas… No cabe duda de que estas edades son cruciales en el desarrollo de las mejores posibilidades de cada alumno. Y porque estamos seguros de todo ello es por lo que creemos en los beneficios de estas metodologías que propician, por fin, el cambio de modelo educativo.

Mercedes Blanchard y Mª Dolores Muzás
Autoras de ¿Cómo trabajar con Proyectos de Aprendizaje en Educación Infantil? (Narcea, 2020)

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