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El IES "Nuestra Señora de la Almudena", viento en PROA a toda vela

El Plan PROA+ tiene como fin apoyar a los centros educativos que atienden a un número significativo de alumnos y alumnas en situación de desventaja socioeducativa y que se han visto afectados por la pandemia de la Covid-19.
Alba BartoloméMartes, 11 de mayo de 2021
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Se pretende que los centros inscritos proporcionen al alumnado los refuerzos necesarios para mejorar su bienestar y reducir el rezago educativo. © ADOBE

Seis de la tarde. Cinco alumnos sentados en el aula esperan a que su profesora suba las persianas y abra las ventanas para que el aula se ventile. El aire es fresco y agradable en primavera, pero insoportable en invierno. Al fondo se presentan majestuosas las Torres Kio. Nos encontramos en el IES «Nuestra Señora de la Almudena», situado en la conocida Plaza de la Remonta en el madrileño distrito de Tetuán.

El pasado mes de febrero, el instituto comenzó a impartir las clases de refuerzo del Plan PROA+ 20-21, destinado a los centros de titularidad pública, que imparten Primaria, ESO o Bachillerato, y centros privados concertados, de Primaria o Secundaria, que necesitan un apoyo adicional para responder a las múltiples demandas de reajuste organizativo, curricular, metodológico y de refuerzo docente para compensar el impacto de la Covid-19 y las necesidades especiales de la población que escolarizan.

Con dicho fin todas las tardes de lunes a jueves, el centro ofrece a los estudiantes la posibilidad de asistir a clases de refuerzo de Inglés, Matemáticas, Lengua, Economía, Física y Química. En grupos reducidos, que nunca superan los diez alumnos, se repasan los conceptos básicos y el temario curricular ofreciendo una atención mucho más individualizada y enfocada a lo que el estudiante necesita.

Alumnos

Afia Adiba Wadud es una de las alumnas que va asiduamente a las clases de refuerzo. Tiene 18 años y asegura que el Plan PROA+ le ha ayudado “bastante” y que sus notas “han mejorado mucho en algunas asignaturas”. En comparación con la jornada escolar considera que es «más relajado» y que al ser pocos en el aula «los profesores  se adaptan al alumno y no al revés como pasa, a veces, en las horas lectivas». Confiesa cierta falta de apoyo para sacar los estudios adelante por parte de su familia y de algunos profesores, pero destaca el trabajo de otros docentes que han conseguido que se esfuerce más «para no defraudarles».

Sofía Giselle Mejía Alvarado también es alumna del Plan PROA+. Admite que, muchas veces, es ella la única «en ponerse límites» y que son su familia y sus profesores los que le recuerdan que puede conseguir «todo lo que se proponga». Las clases de apoyo le han ayudado «mucho» y también ha notado un cambio significativo en sus notas, porque ha podido reforzar conceptos de cursos anteriores que le han ayudado a sentirse «más segura».

Ser consciente de que está aprendiendo y comprobar que gracias a estas clases comprende mejor las de por la mañana le da «ánimo» y le motiva a seguir estudiando. «No la siento como una clase a la que estoy obligada a ir, me gusta asistir porque aprendo».

Modelo educativo

Cuando les pregunto por qué creen que España es el país con mayor tasa de abandono escolar en Europa, Adiba asegura que es porque «la enseñanza está anticuada, desmotiva al alumno porque no se le enseña nada nuevo que no pueda aprender el solo a través de los dispositivos». «Deberían cambiar la forma de enseñar, no tiene sentido que nos obliguen a memorizar como un loro. Lo que damos en el instituto no tiene nada que ver con el mundo exterior», reflexiona la joven.

La visión negativa de Adiba sobre la Educación también se basa en la desigualdad de oportunidades que cree que hay entre los centros públicos y privados. «Los colegios privados enseñan más detalladamente, son más estrictos con las notas y los exámenes y tienen más horas de clase de las asignaturas optativas», dice la joven.

Sofía tiene una visión más optimista y asegura no haberse imaginado jamás que España fuese el país con mayor abandono escolar de Europa, algo que le sorprende porque desde que entró al instituto siempre ha sentido que «se preocupan por los alumnos que tienen más dificultades».

Ambas coinciden en algo, si retrocedieran en el tiempo volverían a estudiar Bachillerato. «Me hubiese gustado afianzar conocimientos que debido a los reajustes por la pandemia no he podido», dice Sofía. Adiba piensa a largo plazo y sabe que, aunque lo que de verdad se tiene en cuenta en los trabajos es «la experiencia», «el título es importante» para cumplir sus perspectivas de futuro.

La pregunta de cómo se imaginan su vida en diez años les sobrecoge un poco, pero contestan con humildad y con la esperanza de que los estudios les ayuden a tener la vida «solucionada». «Tengo muchos planes para el futuro, pero me imagino dirigiendo una empresa», dice Adiba. Sofía confiesa que siempre ha soñado con ser profesora de niños pequeños o con necesidades especiales, «a los que enseñar y con los que aprender».

Este refuerzo educativo lo imparten interinos que no se encuentran trabajando, así como antiguos alumnos en estudios superiores, que adoptan la figura de monitores-acompañantes, que no tienen la consideración de personal docente del centro.

Un informe publicado en 2018 por Seth Gershenson, profesor de la American University, demostró que la presencia de una persona de edad y origen similar al de los estudiantes hace que estos actualicen sus creencias sobre el esfuerzo y la participación en la escuela. De hecho, demostró que aumenta en hasta cinco puntos la posibilidad de que los alumnos se gradúen en Secundaria y en hasta cuatro la de que entren a la universidad.

Gonzalo Herrero García es profesor de Matemáticas y Química en el IES «Nuestra Señora de la Almudena» con el Plan PROA+. Matemático por la Universidad Complutense de Madrid, tiene 24 años y desde hace varios trabaja como profesor particular y en una academia. Su experiencia en el programa es positiva. Considera que sí que ayuda a los alumnos a mejorar y a consolidar conceptos básicos que no tienen totalmente asimilados, pero asegura que «no es suficiente» porque «no es una continuación de la jornada, sino un repaso de lo que han dado en clase para que lo lleven al día». «Se necesita más».

El programa debe coordinarse con la actividad docente de los profesores de la plantilla y llevarse a cabo bajo la supervisión de los docentes y del equipo directivo. Los centros llevan un registro de los alumnos participantes en las actividades del programa PROA+ para realizar un seguimiento y al final del programa elaborar un informe individualizado por cada alumno sobre la participación en el programa y el grado de consecución de los objetivos propuestos.

De cara al futuro

El programa PROA+ finaliza el próximo 31 de  mayo. A partir de este momento, podrán comenzar a evaluarse los beneficios de dicha iniciativa y ver si ha cumplido con su principal objetivo: responder de forma integral a las nuevas necesidades educativas sobrevenidas, así como mitigar el impacto del confinamiento y suspensión de la Educación presencial en el bienestar socioemocional del alumnado y profesorado.

Con estas tutorías en pequeños grupos se cree que se podrá compensar gran parte de las pérdidas de aprendizaje que se han producido durante el cierre de los centros. Un programa «necesario», pero que no cubre todas las carencias de los alumnos que necesitarían «clases particulares para preguntar dudas, que en grupo no se atreven», añade Gonzalo.

Objetivos principales del programa

  • Garantizar la continuidad y avance educativo del alumnado en el curso 2020-21, a partir de los aprendizajes que hayan tenido oportunidad de adquirir en el curso 2019-20, con especial atención a los más vulnerables.
  • Restablecer, reforzar y mejorar el funcionamiento de los centros educativos en las condiciones especiales del curso 2020-21, flexibilizando su organización, garantizando las condiciones escolares recomendadas por las autoridades sanitarias, y apoyando intervenciones diferenciadas que tengan efectos a corto y medio plazo.
  • Reforzar la dotación y formación de los equipos docentes y de los profesionales de la orientación, para poder responder a la adaptación de las programaciones, el uso educativo de los recursos tecnológicos, así como a la enseñanza, la tutoría, la orientación y la evaluación en distintas modalidades y escenarios. Se impulsará, en suma, el refuerzo y la renovación pedagógica de los equipos docentes.
  • Evaluar las actuaciones del programa con vistas al rendimiento de cuentas a la Administración, a su mejora y, en su caso, a su posterior ampliación y adaptación a cursos posteriores.
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