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Boelo van der Pool: “El alumno disléxico necesita contexto y ver la lógica detrás de un idioma”

El director de Babel Idiomas, Boelo van der Pool, advierte de las enormes dificultades que tienen los alumnos disléxicos para entender la gramática, porque necesitan entender la lógica que hay detrás de las estructuras gramaticales desde su propio contexto personal.
Adrián ArcosMartes, 16 de noviembre de 2021
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Boelo van der Pool es director de Babel Idiomas, experto en dislexia y preparador de los exámenes de Cambridge Assessment English.

Para los alumnos con dislexia, el aprendizaje del inglés puede suponer una complicada carrera de obstáculos. Sin embargo, aplicando las técnicas adecuadas en la enseñanza y en la evaluación, estos estudiantes pueden conseguir el objetivo de comunicarse en inglés tanto por escrito como oralmente y de acceder a titulaciones oficiales como las de Cambridge English, que constituyen la meta de muchos de ellos para avanzar en sus carreras académicas y profesionales. Boelo van der Pool –director de Babel Idiomas, experto en dislexia y preparador de los exámenes de Cambridge Assessment English– nos cuenta su propia experiencia personal sobre el aprendizaje de idiomas de los alumnos con dislexia.

¿Cómo surgió la idea de entrar en el mundo de la dislexia?
—Hace unos cinco años decidí especializarme en coaching e inteligencia emocional enfocado al mundo del aprendizaje de idiomas. Me di cuenta que había alumnos que empezaban el curso con mucha motivación pero al cabo de las pocas semanas iban abandonando sus objetivos, y al año siguiente volvían a empezar de nuevo. Para mí eran los eternos alumnos B1, y vimos que el coaching y la inteligencia emocional eran buenas herramientas para evitar su abandono. A raíz de eso, me contactó gente de otros países y empezamos a trabajar en proyectos europeos de investigación e innovación, y uno de ellos era sobre dislexia.

¿Cómo empezó este proyecto en concreto?
—Un día que estaba investigando se me encendió la bombilla y pensé: “si realmente existe entre un 5 y un 8% de la población que tiene dificultades para aprender, ¿qué habrá para ellos en el mundo de la enseñanza de idiomas? Empecé a indagar y a hablar con gente en muchos países, también con muchas familias con niños disléxicos, y todo el mundo me decía que no había nada. Yo mismo notaba un nivel de frustración que nunca antes había visto en alumnos neurotípicos de inglés, incluso en edades muy tempranas, a los 10 y 11 años. A partir de ahí, buscamos información, hablamos con muchos expertos –también de Cambridge Assessment English– y poco a poco hemos construido nuestra propia metodología.

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Si el profesor empieza su clase explicando el ‘past perfect’ y luego haciendo algún ejercicio, al alumno ya lo ha perdido cuando ha pronunciado la palabra “past”

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¿Qué problemas se detectan en el alumno disléxico a la hora de aprender un idioma?
—Solemos detectar dos problemas: primero, el tema emocional y motivacional, la enorme frustración y las creencias tremendamente limitantes que suelen tener los alumnos cuando acuden a nosotros; y por otro lado, además de las dificultades en el proceso fonológico, cuando yo les pregunto por su relación con el inglés, todos me dicen que no ven la gramática. Tienen una dificultad tremenda de comprender la gramática.

¿Por qué esa enorme dificultad para entender la gramática?
—Yo creo que esto se produce por una forma tradicional de enseñar la gramática que es muy esquemática. Yo siempre digo a los profesores que si empiezan su clase explicando el past perfect y luego haciendo algún ejercicio, al alumno ya lo han perdido cuando han pronunciado la palabra “past”, porque el alumno disléxico necesita contexto, necesita ver la lógica detrás de lo que le estás explicando.

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La forma que el humano ha desarrollado con el tiempo para explicar el idioma es la gramática, pero esos conceptos no funcionan muy bien en algunos cerebros

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¿Cómo debería entonces abordarse?
—Cualquier idioma viene de una lógica filosófica y cultural detrás de esa comunicación. Y esa lógica es distinta en Inglaterra que en España, porque las dos sociedades son distintas. Y si quieres aprender bien un idioma, tú tienes que aprender esa lógica que hay detrás. La forma que el humano ha desarrollado con el tiempo para explicar el idioma es la gramática, que es una forma muy matemática a través de unas reglas. Lo que pasa es que esos conceptos no funcionan en algunos cerebros.

¿Cómo se puede solventar el problema de la gramática?
—Se enseña, sobre todo, creando el contexto para el alumno. Hay que tener en cuenta que estos alumnos son muy visuales y no trabajan muy bien con texto, pero sí con esquemas e imágenes. De hecho, todo el mundo trabajamos mejor con imágenes; por eso preferimos la tele o los videojuegos a leer un libro. Entonces, si vamos a explicar el past perfect, lo primero que hacemos es preguntar al alumno cómo representa él el tiempo: una línea continua, una ondulada, un círculo, una nube… porque cada uno, en su cerebro, lo representa de diferente forma. Una vez que sabemos eso, dibujamos el “ahora” y le preguntamos por algo que hizo anteayer y que terminó ese mismo día, por ejemplo jugar al fútbol. Entonces es cuando le explicamos cómo se diría en inglés, y si en lugar de jugar al fútbol hubiera realizado otra acción, le explicamos cómo se diría de esa otra forma. Así el alumno capta la lógica que hay detrás de la estructura gramatical, porque le ponemos en el contexto de su propia vida. Sin embargo, aquí el profesor no le está explicando nada de gramática. Quizá en la siguiente clase, cuando le repitamos esta idea –porque con ellos es muy importante la repetición, ya que la memoria de trabajo es muy corta o casi inexistente–, entonces ya le decimos que eso se llama past perfect.

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Yo prefiero enseñar cómo comunicarte en ese idioma correctamente, desde su uso diario, y te dejo a ti encontrar la lógica que hay detrás

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Al final tampoco realizan una conexión entre el propio idioma y el extranjero.
—Pero no deben realizar esa conexión. Un idioma no debe aprenderse en base a otro. Tú y yo llevamos hablando un rato pero seguramente no conozcamos todas las normas gramaticales que estamos utilizando en nuestra conversación. Y seguramente tampoco estemos cometiendo grandes faltas gramaticales. La cuestión está en enfocar el aprendizaje de un idioma desde la utilidad de ese idioma o desde las normas gramaticales, y todos tendemos a enfocarlo desde la gramática. Al final lo que hacemos es explicar las normas y luego que cada uno se busque la vida con el idioma. Mientras que yo prefiero enseñar cómo comunicarte en ese idioma correctamente, desde su uso diario, y te dejo a ti encontrar la lógica que hay detrás, aunque yo te voy a ayudar a encontrarla. Por eso es muy importante que el profesor tenga un trato excelente con el alumno.

¿Qué consejos daría a los profesores?
—Sobre todo que tengan un trato excelente con sus alumnos y en la primera clase siempre busquen qué les gusta y qué les apasiona. Yo siempre pregunto a mis alumnos: “¿en qué eres extremadamente bueno?”. Y muchas veces se sienten extrañados, porque están acostumbrados a que, en el ámbito escolar, solo se les enfoque en que leen y escriben muy lento, o que no se entiende su letra o en que no se concentran. En la dislexia, el cerebro procesa la información de forma distinta y, como profesores, tenemos que buscar otras vías visuales y auditivas para entrar en su cerebro. Por ejemplo, no es lo mismo poner en la pizarra “pen = bolígrafo”, que coger un bolígrafo y animarle a llamarlo pen, porque lo tiene en la mano, y el tacto y el sonido de la palabra suenan ya de forma diferente.

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Yo estoy convencido de que todos los alumnos aprenderían mucho mejor si todos los colegios trabajasen de forma distinta

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Al final es ir a lo práctico.
De hecho los profesores me dicen que lo están haciendo para el alumno disléxico, en el fondo sirve para todo el mundo; y yo estoy convencido de que todos los alumnos aprenderían mucho mejor si todos los colegios trabajasen de forma distinta. Por eso trabajamos en un proyecto europeo sobre enseñar gramática para la conversación espontánea, ya que a veces vemos que en los libros de texto aparece una explicación gramatical para luego encontrar ejercicios basados en rellenar huecos. De esa forma, se comprueba que el alumno haya aprendido la norma gramatical, pero no se le anima a practicar esa forma verbal en una situación real, no se le pone en contexto. Esa es la gran diferencia, y lo primordial con los alumnos disléxicos es ponerlo en contexto, ya que suelen ser personas muy creativas, niños muy holísticos y muy comunicativos. Con ellos hay que cambiar el chip.

¿Cuál es la forma de evaluar?
—Nosotros partimos de la idea de que la evaluación, siempre que se pueda, debe ser verbal, porque el alumno disléxico generalmente tiene problemas para leer y escribir; debe ser continua y valorarse el esfuerzo diario del alumno y su mejora.

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