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22 consejos para educar en la sociabilidad

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Todos queremos que nuestros hijos sean abiertos, empáticos, educados, atractivos, seductores… La competencia en las relaciones sociales son valoradas en sí mismas, además de resultar muy útiles para desenvolverse en todo tipo de entornos.

Por Javier Peris

1.CADA HIJO ES COMO ES. No hay que crearse expectativas sino ajustarse a unos objetivos tan básicos como antiguos: que en su vida diaria sean respetuosos, agradecidos, educados, corteses, receptivos… Unos tendrán que esforzarse más mientras a otros les resultará más fácil. Y no hay que sorprenderse si los hijos revelan unas maneras y habilidades que nada tienen que ver con las de los padres.

2. TENER PACIENCIA. No se espera lo mismo de un niño de cinco años que de uno de 10 o de un adolescente de 16, pero hay que exigirles -como en otras facetas de la Educación- unos mínimos. Otra cosa es que los alcancen: hay niños y niñas que no dicen ni mu hasta los 12 años, y otros se vuelven ariscos antes de la adolescencia. No importa, hay que seguir motivando y corrigiendo sin prisa pero sin pausa .

3. MÁS PACIENCIA. En la juventud y madurez se producen forzosamente cambios cuando te enfrentas al entorno laboral con sus exigencias, con responsabilidades que no se pueden delegar, con fracasos que se asumen y procesan en solitario… Es entonces cuando se acreditan de verdad las destrezas y valores que se han aprendido durante la infancia y la adolescencia.

4. TODO COMIENZA EN CASA. La influencia del entorno familiar condiciona la forma de ver y tratar a los demás. Si en la familia se prodigan los comentarios y actitudes de desconfianza, los juicios negativos sobre los familiares, compañeros de trabajo …, lo normal es que el menor desarrolle cierta prevención ante las relaciones que no sean las del núcleo familiar.

5. SER POSITIVO. No se trata de ser ‘happy’ y transmitir que ‘todo el mundo es bueno’. Basta con expresar en voz alta las opiniones positivas, y contener el tono de los juicios negativos, además de ser lo más objetivo posible. Los niños tienen una memoria especial para estos comentarios, y durante el resto de su vida pueden pagarlo con prejuicios injustificados en su relación con personas y colectivos.

6. VAMOS A HABLAR. En el aprendizaje de los buenos usos de relación social también hay que ser proactivos. Acostumbrarse a charlar con el niño sobre lo que pasa en el colegio, de su relación con amigos y compañeros, profesores y tutores. Pero también contarle, con naturalidad y evitando los dramatismos, cosas propias del entorno social y laboral de los mayores.

7. EL CARÁCTER NO ES UNA EXCUSA. Hay que ser comprensivo con el carácter del niño… hasta cierto punto. A todos nos gusta sean desenvueltos y un punto descarados, pero les haremos un flaco favor si no corregimos sus excesos, sobre todo cuando demuestran una falta de respeto. De la misma forma, el retraído debe esforzarse en demostrar más empatía.

8. LA AUTOESTIMA NO LO ES TODO.Se ha establecido, con razón, que una sana autoestima es la base de una correcta socialización. Los padres y tutores deben detectar la baja autoestima antes de abordar sus manifestaciones públicas. Sin embargo, no siempre es así, y el exceso de autoestima se puede traducir en menosprecio y falta de respeto.

9. LAS RELACIONES TAMBIÉN HACEN DAÑO. Los desencuentros y las malas experiencias forman parte del proceso de maduración, y se dan durante toda la vida. Ante estas situaciones, hay que evitar la tentación de proteger en exceso a los hijos. Las llamadas ‘relaciones tóxicas’ son muy excepcionales pero con frecuencia se usan como excusa para evitar abordar la complejidad que entraña toda relación.

10 TODO ESTÁ INVENTADO. La relación social comporta el cumplimiento de normas básicas que favorecen la comunicación y la convivencia: dar las gracias, pedir perdón, mostrar compasión, respetar a los mayores… Unas normas son muy concretas y se convierten con cierta facilidad en rutinas positivas. En otros casos, en cambio, se trata de pautas generales.

11 EL ASPECTO PERSONAL. Los hábitos de higiene, la corrección en el vestir, conocer los usos y cortesías sociales… Quizá no abran tantas puertas como dicen pero sí dan seguridad y confianza. Hay padres que nunca dejan de hacer correcciones en este sentido, pero más tarde o más temprano descubrimos que tienen razón.

12 CAMBIOS REPENTINOS. A veces una súbita fase de aversión por el contacto social revela una inseguridad producida por algún acontecimiento sobrevenido o por un pensamiento que les ronda… Puede tratarse del cambio de un cuidador, la pérdida de un familiar, problemas percibidos en la relación de los padres, el alejamiento de un amigo… Para que la situación no se prolongue más de lo conveniente hay que hablar con el hijo y, si es necesario, compartirla con el tutor o con el psicólogo.

13 SOCIALIZAR CON NATURALIDAD. Sobre todo en los primeros años de crianza los padres se empeñan en ‘socializar’ a sus hijos. Se les lleva casi obligados a cumpleaños; se invita a los amigos y compañeros a casa; se les apunta a extraescolares, campamentos en vacaciones… Casi siempre se trata de buenas decisiones, pero también hay que tener en cuenta los gustos y el carácter de los pequeños.

14 HAY QUE JUGAR. No es una moda pedagógica sino una necesidad de la psicología humana y hasta animal. Los juegos colectivos visibilizan y estimulan las competencias sociales, ayudan a conocerse, enseñan a ganar y a perder, a disfrutar pero respetando unas reglas, a tratar con inteligencia a los otros… Los deportes añaden a estas ventajas el cuidado por la salud y la forma física.

15 PREMIOS. Como en tantas otras facetas de la Educación a veces hay que empujar, obligar a los pequeños a ser sociables con la familia extensa, los compañeros de clase, los vecinos…, sin temor a incentivar sin disimulo con una pequeña sorpresa o regalo. Si en ocasiones es conveniente hacerlo con los estudios, ¿por qué no motivar en una competencia tan importante como la social?

16. CADA VEZ HAY MENOS NIÑOS. Fuera del ámbito escolar puede ser difícil que los hijos se relacionen. No debe dar ningún apuro hacer de ‘celestina’ de nuevos amigos en el parque, en el lugar de veraneo… Llamar incluso a la puerta de los vecinos donde sabemos que hay niños de una edad parecida, o abordar a grupos de niños.

17 MENCIÓN APARTE PARA LA ADOLESCENCIA. La edad no debe ser excusa para ignorar las obligaciones sociales ni asumir como normales actitudes y reacciones que nunca lo son. Corregir en estos casos resulta más incómodo, pero también refuerza el mensaje de que ser sociable no depende del estado de ánimo.

18 LOS EXTREMOS SON MALOS. El niño no tiene ningún problema con la sociabilidad; más bien todo lo contrario. Pues bien, el exceso de extroversión tiene también sus inconvenientes cuando, por ejemplo, se habla mucho y se reflexiona poco. Hay que aprovechar y orientar esa faceta del carácter.

19 ACTIVIDADES. A veces no es problema de autoestima ni hay un motivo aparente para el aislamiento. Simplemente el chico o chica se encuentra incómodo en las relaciones personales. Las actividades escolares como los debates, el teatro, o talleres sobre cómo hablar en público son mano de santo para quebrar esa desconfianza.

20 CENTROS RESPONSABLES. La competencia social a secas, desprovista de vínculos éticos o cívicos, no se encuentra por ningún sitio en los planes de estudio . Se da por supuesto que la escuela socializa, y eso es quedarse muy corto. Los padres, a través de las Ampas, pueden y deben reclamar al centro un sencillo plan de objetivos en competencias sociales.

21 MARCAR LA DIFERENCIA. Saber los cubiertos en la mesa; conocer la prioridad de hombres y mujeres al bajar y subir una escalera; saber qué forma de saludar es la más adecuada en cada caso… ¿Son normas pasadas de moda? Son normas que cada vez se siguen menos… y por eso se aprecian tanto cuando se practican.

22 ¿PORQUÉ? Unas buenas competencias en las relaciones sociales aportan seguridad psicológica, hacen más amable la convivencia, reducen la conflictividad, son útiles para lograr los objetivos personales, se aprende más y mejor del entorno…

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