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Algunas pautas para educar a niños con autismo

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El autismo sigue siendo uno de los trastornos más desconocidos y, quizá por eso, más temidos.

Muchos todavía no saben en qué consiste exactamente, de dónde surge y mucho menos qué hacer cuando nuestro hijo es uno de los afectados.

¿Cómo educamos a un niño con autismo?

La palabra ‘autismo’ está compuesta de muchos matices, tantos como historias la ilustran. Y es que, aunque el autismo suele llamarse erróneamente ‘enfermedad’, es en realidad un trastorno profundo del déficit de desarrollo de las funciones cerebrales del niño. A qué nivel será la pregunta que nos dé las primeras claves.

Como explican enla Confederaciónde Autismo de España, los trastornos del espectro autista (TEA) son un “trastorno en las capacidades de reconocimiento y comunicación sociales” así como de “los patrones repetitivos de actividad, tendencia a la rutina y dificultades en la imaginación social”.

Por tanto, al estar relacionado con el desarrollo de cada persona, habrá casi tantos tipos síntomas de autismo como pacientes. Los síntomas dependerán del nivel al que le afecta –grave o leve- y de la propia personalidad del niño. A algunos les molesta el contacto físico, otros repiten pautas de comportamiento, etc lo que suelen tener todos en común es la dificultad en las relaciones sociales y en las habilidades de empatía.

En el caso de María, la alerta saltó con dos años cuando su padre, el ilustrador Miguel Gallardo, se dio cuenta de que aún no se aguantaba de pie ni parecía que escuchara. “Nos decían que no nos preocupáramos por eso pero era lo que más nos preocupaba. Su madre lo supo desde que leyó un libro sobre el autismo y me dijo ‘esta es María’”. Miguel comenzó entonces a centrar sus ilustraciones en María como un intento de concienciar sobre la realidad del autismo.

Hasta los 8 años, no les confirmaron por qué María iba a un ritmo distinto. “Los médicos probaron mil diagnósticos antes de decir autismo. Fue casi un alivio cuando por fin no los dijeron. El sufrimiento vino al principio: la angustia, las mil pruebas y no saber ni qué tiene”.

Nadie le había dicho cómo afrontarlo hasta que acudió a FEAPS, un movimiento asociativo que defiende los derechos de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y de sus familias. Allí, a través del programa Padre a padre, pudo conocer otros casos similares. ”Para nosotros, la terapia fue el momento de hablar con quien te entiende. Los medicos no te entienden… pocos entienden el estado emocional en el que estás”.

Para la mayoría de los padres, la confirmación de sus temores es el peor momento. Las sospechas, en cambio, suelen empezar mucho antes. Esto no quiere decir que una mirada distraída o el retraso del habla sean necesariamente por causa del autismo, pero ¿qué pasa cuando sí lo son?

 

Cómo afrontarlo

Angels Ponce, Terapeuta Familiar y Trabajadora Social, conoce a Miguel desde hace más de 20 años. Ha visto de cerca la evolución de María y ahora comparte con nosotros consejos para ese primer momento en que nos confirman que nuestro hijo es autista.

–  Comunicarse: “Con la pareja, sobre todo; es importante compartir con ella sentimientos y pensamientos. Con las demás personas involucradas en la vida del niño -abuelos, hermanos, etc-, es recomendable compartir la información que se tiene”.

–  Buscar apoyos: “Bien sea apoyo profesional como de otras familias que han pasado -o están pasando- por la misma situación. Esto les puede ayudar a reorientar sus emociones en positivo. Se trata de dotarse de estrategias  para afrontar esta nueva realidad en la que se encuentran”.

Aprender a Gestionar su tiempo: “Es importante dedicar tiempo a la pareja y a  los demás hijos pero también a las otras actividades que realizamos habitualmente: trabajo, pasar tiempo con los amigos, hacer deporte… Se trata de ‘continuar’ con la vida que teníamos antes de conocer el diagnóstico, o que esta no sufra un cambio radical”.

Mantener la perspectiva: “A pesar de las emociones intensas que se suceden, sobre todo en los primeros tiempos, es importante reconocerlas y tratar de encontrar un equilibrio. Seguro que tendremos días mejores y otros peores: eso es normal, pero tenemos que sobreponernos sin asustarnos por lo que sentimos”.

Desarrollar una red de apoyo: “El recurso más valioso que tienen los padres es la red de apoyo, que puede estar integrada por los propios familiares, amigos, profesionales … que pueden intervenir cuando los padres necesiten un descanso o ayuda para atender las necesidades de los otros miembros de la familia. Sentir que tenemos una red para apoyarnos nos ayuda a sentirnos más seguros”.

Utilizar servicios de respiro: “Canguros, personas que nos apoyan en momentos puntuales, estancias puntuales… que permitan tener un tiempo alejados del estrés, para tener tiempo para uno mismo o los otros miembros de la familia”

 

Cómo educarlo

Entonces, ¿qué hago? No es fácil dar pautas generales porque, como decíamos, cada niño es un mundo. No obstante, hay algunas normas que pueden facilitar el bienestar del pequeño. En primer lugar, la rutina. Necesitan un ambiente con normas claras donde se sienta seguro y sepa qué tarea está por llegar. Para ello, es conveniente establecer horarios y no realizar cambios excesivos en su vida cotidiana o, en caso de tener que hacerlos, introducirlos progresivamente.

También es importante mantener un entorno ordenado, sencillo y austero para su mejor aprendizaje. Reduce las distracciones con imágenes visuales a menos que estas sean relevantes para la lección. Los niños autistas se sobreestimulan facilmente y tendremos que ayudarles a centrar su atención. En tercer lugar, buscar el método de aprendizaje que mejor funciona con cada niño. Para ello, debemos experimentar con la ayuda de un profesional. Algunas veces, mostrarle dibujos simples unidos a un concepto puede ser la forma más fácil de llegar hasta el niño.

Además, es fundamental el tiempo y espacio para procesar la información. Tendremos que ser muy pacientes. Si muestra dificultades en el aprendizaje, no debemos insistir porque sólo conseguiremos frustrarle. Dale un descanso y deja que asimile las nuevas enseñanzas; así será más fácil que retome el proceso de forma más receptiva.

Por último, el grado de adaptación de su educación escolar dependerá en gran medida de su grado de autismo. En casos leves, algunos padres apuestan por el integracionismo del niño en clases con niños sin trastorno. Sin embargo, los casos más graves necesitarán contar con profesores especializados que modifiquen el programa en función de las necesidades de tu hijo. 

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