fbpx

Alicia la soñadora enseña a pensar

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

En Alicia en el país de la maravillas el país es, más bien, el de los sueños. El túnel por el que cae Alicia, al principio, no es otra cosa que dormirse. Todo lo que le ocurre luego, sus transformaciones corporales, son cosa de sueños. Los personajes –el Conejo Blanco, la Reina de Corazones, la feísima Duquesa, el Grifo, la Tortuga Artificial, el Sombrerero Loco, la Liebre de Marzo, y tantos más– son criaturas oníricas.

Autor: Rafael Gómez Pérez

En Alicia en el país de la maravillas el país es, más bien, el de los sueños. El túnel por el que cae Alicia, al principio, no es otra cosa que dormirse. Todo lo que le ocurre luego, sus transformaciones corporales, son cosa de sueños. Los personajes –el Conejo Blanco, la Reina de Corazones, la feísima Duquesa, el Grifo, la Tortuga Artificial, el Sombrerero Loco, la Liebre de Marzo, y tantos más– son criaturas oníricas.

Todas estas aventuras pueden ser vistas con distintos ojos, según la edad de aquellos a quienes se cuenta el cuento o de quienes lo leen ya por sí solos. Pero en cualquier caso, Alicia no es una niñita ingenua y un poco tonta. Es lista como ella sola. Y durante todo el relato va comparando el mundo de los sueños con el mundo de la realidad y con el mundo de la lógica.
Es así como Alicia en el país de las maravillas puede ser una escuela de pensar bien o, lo que es lo mismo, una escuela de inteligencia.

Ejemplos: Alicia se pregunta si comerán los gatos murciélagos y si comerán gatos los murciélagos… Pero “ya que no sabía contestar a ninguna de las dos preguntas, no importaba cuál de las dos se hiciera”. No tiene mucho sentido elegir entre no y no, porque siempre es no.

Alicia, cuando era de tamaño mayor, llora de miedo. Luego, al hacerse muy pequeña, tiene que nadar en el charco que han formado sus lágrimas y está a punto de “ahogarse en sus propias lágrimas”, que es lo que le ocurre a no poca gente que, cuando tiene disgustos, en lugar de salir fuera de ellos se queda dentro… En una conversación con el estupendo y misterioso Gato de Cheshire –que aparece y desaparece y a veces sólo queda sin sonrisa, una sonrisa sin gato, mucho más extraño que un gato sin son- risa– Alicia le pregunta “¿hacia dónde tengo que ir desde aquí?”.

–Eso depende de a dónde quieras llegar– contestó el Gato.
–A mí no me importa demasiado a dónde– empezó a explicar Alicia.
–En ese caso da igual hacia adónde vayas– interrumpió el Gato.
–Siempre que llegue a alguna parte– terminó Alicia a modo de explicación.
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte –dijo el Gato– si caminas lo bastante.

Hay que saber hacia dónde se va, aunque, en cualquier caso, para mal o para bien, siempre se llega a alguna parte.
La absurda partida de croquet, donde la Reina de Corazones no hace más que gritar “¡que le corten la cabeza!” es un buen entrenamiento para tantas cosas en la vida, en la que no se entiende de verdad nada de nada. Alicia aprende que hay gente así, que es quizá lo más que se puede saber en ese campo.
Alicia a través del espejo, la continuación del primer relato, no es un libro para niños, ni siquiera para la mayoría de los adolescentes, porque tanto ingenio les aburre.
Es, en cambio, un libro delicioso para lectores avezados, un libro donde siempre se puede encontrar algo.

EDICIONES:
  Numerosas y fáciles de encontrar: Alianza, Anaya, Edaf, Edhasa, Valdemar, etc.

EL AUTOR:
Lewis Carroll es el pseudónimo de Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, Cheshire, 1832; Guildford, Surrey, 1898), pastor anglicano, profesor de matemáticas, fotógrafo y conocido sobre todo por sus relatos sobre Alicia. Suyos también el poema La caza del Snark y Silvia y Bruno. Con su nombre publicó mucho sobre matemáticas, como, por ejemplo, El juego de la Lógica y Euclides y sus rivales modernos.
 

0
Comentarios