Atención: niño en Internet

¿Es seguro Internet para nuestros hijos? La respuesta a esta pregunta es mucho más sencilla de lo que parece: No. Si no lo es para los adultos, lógicamente será aún más peligroso para alguien que tenga nueve o doce años, una enorme inocencia y falta de experiencia en la vida.

Cuando nosotros nos conectamos a Internet, tendemos a creer que nos va a pasar nada. Como ocurre con todo en la vida, si pensáramos en los riesgos no haríamos nada (no montaríamos en moto si estamos convencidos de que nos va a ocurrir un accidente). Mientras lees estas líneas es posible que tus hijos estén navegando tranquilamente por Internet, viendo la página de su serie de televisión favorita, entretenidos… La Red sirve de niñera, para que se mantengan ocupados un rato y nos dejen un rato de tranquilidad. Y encima es pedagógica (es cierto que aprenderán muchas cosas).

El riesgo es real

Todos los días recibimos mensajes de spam con anuncios de chicas ucranianas rubias que quieren formar una familia con nosotros a las que hay que mandar dinero, por supuesto, para que vengan a visitarnos (dinero que nunca jamás volveremos a ver). Existen tipos interesados en enviar un virus a nuestro ordenador para enterarse de la contraseña de nuestra cuenta bancaria. Si los delincuentes dieran con un niño, mejor para ellos, ¿no? Los niños no son tontos, pero para quien tiene más tablas que ellos son fáciles de engañar.

Además, los pederastas ya no tienen que acudir a las puertas de los colegios con caramelos, arriesgándose a que les atrape la policía. Para eso ya existen Tuenti, Twitter y otras redes sociales en las que los niños cuelgan sus fotografías, y conversan con desconocidos. Como resulta tan fácil, pedófilos en potencia han dado rienda suelta a sus fantasías más oscuras, y de vez en cuándo la policía desmantela una red dedicada al comercio o intercambio de pornografía infantil, cuyas víctimas son, en fin, niños de la edad de nuestros hijos (no quiero ser alarmista, pero…).

Y por supuesto, la Red está llena de páginas que incitan a la violencia, que invitan a probar todo tipo de drogas, que fomentan el odio racial y la xenofobia. En fin, es posible que todas esas páginas pudieran transmitir mensajes un poco negativos a personas cuya personalidad aún está en formación.

Que no cunda el pánico. Aunque hay delincuentes en Internet, no conviene llegar al extremo de prohibir a nuestros niños acceder a la Red, convirtiéndoles en 'friquis' sociales, y ciudadanos del siglo XIX. Además, en Internet se puede encontrar mucha información sobre temas interesantes, juegos, contenidos educativos y vídeos musicales. Internet, la televisión, el móvil y hasta la dinamita pueden ser positivos o negativos dependiendo del uso que se les dé.

Se trata de que los “peques” accedan a Internet, pero aprendan a hacer un uso responsable, y de paso poner “una barandilla”, para que puedan subir por la escalera de la red de redes con algo para agarrarse. “Nadie va a cuidar a nuestros niños si no lo hacemos nosotros” afirma Juan F. Marcelo, coautor junto con Eva Martín del libro Protege a tus hijos de los riesgos de Internet y otras tecnologías, publicado por Anaya Multimedia. “Pero el ordenador ofrece herramientas que se configuran con facilidad. Y aunque la seguridad absoluta no existe, se puede conseguir la seguridad razonable”, explica Marcelo.

Consejos prácticos

Educadores y psicólogos coinciden en que lo fundamental es el diálogo. Debe existir una buena comunicación entre padres e hijos. De esta forma, los niños expresarán a los adultos sus dudas sobre cualquier contenido que les haya sorprendido, y éstos pueden explicarles con calma lo que han visto. Un clima de confianza permite que los pequeños entiendan que no todo lo que sale en Internet es fiable, ni bueno para ellos.

“Cuando la comunicación con los padres es deficiente, los niños tienden a considerar su experiencia en línea como un aspecto privado de su vida. La educación adecuada de los niños, padres y maestros es necesaria para promover el uso seguro, consciente y responsable de Internet", explica Francesca Giudice, vicepresidente y directora administrativa de Symantec para Europa Meridional, el Medio Oriente y África. Como en otros aspectos de la vida, hablar mucho con nuestros hijos es lo más positivo.

Es importante fijar un horario para utilizar Internet. Como en el caso de la televisión o los videojuegos, Internet no es buena ni mala, ni afecta a los estudios, salvo que el chico no haga otra cosa que estar delante del ordenador, y entonces no estudie. En ese caso sí que es nefasto y negativo. La moderación es la clave.Al parecer es fundamental que los menores usen Internet en espacios abiertos, donde quede a la vista de todo el mundo lo que están viendo. Sobre todo, en el caso de los adolescentes, pues evita la tentación de navegar por páginas subidas de tono. Si se encierran con su ordenador en su habitación, verán cualquier tipo de página sin restricciones, y pasarán demasiado tiempo delante del ordenador. Además, en la intimidad de su cuarto, los chicos serán mucho más fáciles de chantajear o engañar por desconocidos.

Jamás permita que sus hijos realicen compras por Internet en solitario. Si se tiene que hacer una compra, es mejor realizarlas con ellos. Por supuesto, no es bueno darles números de tarjeta ni claves bancarias. A los niños más pequeños es bueno sugerirles webs de juegos o contenidos pedagógicos que a ellos les puedan interesar. De esta forma se entretendrán con contenidos positivos.

“Alerte a su hijo del riesgo de intimar por Internet con personas desconocidas”, explica el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. No siempre las personas que se conoce en Internet son exactamente lo que dicen ser.

El pederasta nos ataca

Resulta que nuestro hijo tiene una amiguita en Facebook que se llama laurita11, aparentemente inocente y preciosa, pero que habla y se comporta como si fuera casualmente un señor de 50 años aficionado a las palabrotas y pide imágenes subidas de tono. Algo no cuadra. Si descubrimos o sospechamos que un pederasta está intentando obtener fotos, extorsionar o citarse con nuestros hijos, aunque la impresión puede ser muy fuerte, debemos recordar las palabras del grupo Siniestro Total: ante todo mucha calma.

Es obvio que la situación nos supera, pues por desgracia igual no se trata de un individuo aislado –que ya sería suficiente amenaza– sino de una red organizada. Así que antes de nada, lo más importante es denunciar el caso a las autoridades. Debemos dirigirnos a la Brigada de Investigación Tecnológica, Unidad de Investigación de la Delincuencia en Tecnologías de la Información. Teléfono: 91 582 27 51 (delitos.tecnologicos@policia.es) o a la Unidad Central Operativa, Grupo de delitos tecnológicos de la Guardia Civil: 915146400, uco@gcivil.mir.es.