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De la caja tonta a la caja bomba

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Según un informe de la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR), las cadenas violan casi ocho veces al día el horario infantil. Algo que, sumado al número de horas que pasan los menores solos viéndola, ha convertido a la llamada “caja tonta” en una auténtica “caja bomba”.

Éstos son los ingredientes: de lunes a viernes, 350.000 niños españoles pasan todas las tardes viendo la tele, solos en su casa; las cadenas de televisión incumplen el horario infantil; los programas que se emiten en la franja horaria que va de 17’00 a 20’00 horas son, la mayoría de las veces, de contenido adulto, y los dibujos animados que se emiten no siempre son adecuados para niños. El resultado: una bomba de relojería en forma de televisión, que la mayor parte de los padres ignoran tener en su sala de estar. Y lo peor es que, como señalan los expertos, las consecuencias de esta combinación pueden derivar en fracaso escolar, empobrecimiento del lenguaje y asimilación de conductas poco recomendables.

Según un informe de la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) y el Centro Universitario Villanueva, en el último semestre de 2008, las cadenas de televisión (TVE 1, La 2, Antena 3, Cuatro, Telecinco, La Sexta y Telemadrid) incumplieron 7,5 veces de media cada día el horario infantil, violando así el Código de Autorregulación que firmaron en 2005 con el Gobierno. Y, como todas las medias, algunos lo hicieron de forma más elevada. Así, son La Sexta (con 13,78 incumplimientos diarios), Antena 3 (con 13,14) y Telecinco (con 9,8) las tres emisoras que menos respetan el horario. En su informe señalan, además, que “por capítulos estudiados, las cadenas cometen el mayor número de vulneraciones, por este orden, en el de violencia, lenguaje inadecuado, sexo y en la promoción de programas calificados para mayores de edad”.

Consecuencias nefastas
Por más que muchos padres consideren una nimiedad lo que sus hijos puedan ver en televisión, la psicóloga Elena Núñez, especialista en psicología infantil y orientadora escolar, asegura que “a pesar de que puedan distinguir entre realidad y ficción, los niños interiorizan los comportamientos ficticios que ven en las series, integrándolos en su patrón de conducta habitual. Es por esto que las series y dibujos que los niños ven –y más aún los programas para adultos que se emiten en la franja protegida– salpican sus comportamientos y valores, haciendo, por ejemplo, que tengan un vocabulario sexualizado, que consideren normal que la resolución de conflictos sea de manera violenta o que se infravaloren por el hecho de no identificarse con el patrón físico del líder de la serie. Esto puede conllevar problemas tan graves como la anorexia y la bulimia, así como el alto índice de menores que poseen baja autoestima”. Y no sólo eso, sino que, además, “consumir tantas horas de televisión, hace que los niños no potencien su capacidad creativa, de juego en equipo, o que no lean, dando lugar así a un empobrecimiento del lenguaje, a no integrar valores humanos y a vivir su infancia y adolescencia de forma aislada”. Todo un peligro que se esconde detrás del mando a distancia.z

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