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El desayuno, el gran olvidado

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Un buen desayuno debe aportar el 25% de las necesidades nutritivas y energéticas del día, lo que lo convierte en una de las comidas más importantes para los niños. Pero la realidad es que es de las más descuidadas, debido a las prisas y el sueño.

En España, entre un 10 y un 15% de los niños no desayuna y entre un 20 y 30% lo hace de manera insuficiente, según datos de la AESAN -Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición-. Esto tiene como consecuencia una disminución de la atención y el rendimiento. Según nos explica la Dra. Marta López-Capapé, pediatra especialista en endocrinología infantil, “tras 12 horas de ayuno, el desayuno debe tener el aporte calórico adecuado para el inicio de la actividad física y mental. La omisión del desayuno interfiere en los procesos cognitivos y de aprendizaje. Además, se ha demostrado que la prevalencia de obesidad es superior en aquellos niños que toman un desayuno escaso o simplemente no desayunan”.

Pero no sólo eso, se desencadena un círculo difícil de romper. Los niños que desayunan mal llegan tan hambrientos a la hora del recreo que comen demasiado y no siempre lo adecuado, lo que les quita el apetito a la hora de la comida. Consecuencia: hemos estropeado dos de las principales comidas de nuestros hijos.

Desayuno ideal

Un desayuno completo debe incluir cereales, lácteos y fruta. La mitad de la energía diaria que un niño necesita debe provenir de los hidratos de carbono, los cuales se encuentran principalmente en los cereales. Los lácteos aportan las proteínas y el calcio necesario para el correcto desarrollo de huesos y dientes, y las frutas las vitaminas y minerales necesarias por sus múltiples efectos beneficiosos. También es imprescindible una bebida para satisfacer las necesidades de líquido del organismo.

Se pueden combinar estos alimentos como más les guste a los hijos: cereales naturales o chocolateados, con leche o yogur, fruta fresca o en zumo. Los cereales de desayuno chocolateados aportan más calorías, pero en el desayuno no debe preocupar un alto contenido energético ya que estás calorías el niño las irá consumiendo a lo largo del día ya que las necesita para realizar las actividades educativas y deportivas durante la etapa escolar.

La endocrina infantil consultada por PADRES desaconseja un desayuno exclusivo de hidratos de carbono de absorción rápida (azúcares refinados) ya que “es inadecuado al producir una elevación más brusca de la glucemia venosa que estimula la producción de insulina con riesgo posterior de hipoglucemia”. La Dra. López-Capapé afirma que “se debe aportar, por tanto, hidratos de carbono complejos procedentes de los cereales de desayuno, junto con proteínas que se encuentran principalmente en la leche, el queso o el jamón, además de las frutas porque aportan vitaminas y son reguladores del tránsito intestinal”. Y concluye que debemos evitar en los niños la ingesta de productos de peor calidad nutricional con elevadas cantidades de azúcares y grasas.

Ambiente adecuado

Una ayuda es crear un ambiente adecuado para introducir un hábito correcto en el desayuno de nuestros hijos. La familia debe intentar organizar su tiempo para poder disfrutar de un buen desayuno, aunque esto suponga levantarse unos minutos antes. Es más beneficioso para el niño ir bien desayunado al colegio, que con 10 minutos más de sueño. Si el niño se acuesta pronto y deja preparada la ropa y el material la noche anterior, e incluso si se arregla y asea antes estará más espabilado y relajado para desayunar. Una mesa atractiva ayuda a estimular el apetito. Tener a su alcance la fruta lavada y troceada o exprimida y los alimentos preparados, resultará más cómodo y apetitoso. Es vital que los niños tengan una adecuada nutrición, que empieza con un desayuno completo, para un desarrollo ponderoestatural y psicomotor óptimo.

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