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El mundo no está ofreciendo a los niños una vida saludable ni un clima adecuado para su futuro

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Ningún país está protegiendo adecuadamente la salud de los niños ni su medio ambiente y su futuro, según un informe histórico publicado hoy por una Comisión de más de 40 expertos en salud de los niños y los adolescentes de todo el mundo. La Comisión fue convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y The Lancet.

En el informe, A Future for the World’s Children? (¿Qué futuro les espera a los niños del mundo?), se revela que la salud y el futuro de todos los niños y los adolescentes del mundo se encuentran en peligro inmediato a causa de la degradación ecológica, el cambio climático y las prácticas de comercialización explotadoras que empujan a los niños a consumir comida rápida muy procesada, bebidas azucaradas, alcohol y tabaco.

“A pesar de que la salud de los niños y los adolescentes ha mejorado en los últimos 20 años, el progreso se ha estancado y está a punto de revertirse”, afirma la Primera Ministra de Nueva Zelanda y Copresidenta de la Comisión, Helen Clark. “Se calcula que alrededor de 250 millones de niños menores de cinco años de países de ingresos bajos y medios corren el riesgo de no alcanzar su potencial de desarrollo sobre la base de medidas indirectas del retraso del crecimiento y la pobreza. Sin embargo, lo que es aún más preocupante es que todos los niños del mundo se enfrentan ahora a las amenazas existenciales del cambio climático y las presiones comerciales”.

“Los países deben revisar sus enfoques de la salud de los niños y los adolescentes para garantizar que no solo cuidemos de nuestros niños hoy, sino que también protejamos el mundo que heredarán en el futuro”, agregó Clark.

La intensificación del cambio climático amenaza el futuro de todos los niños

El informe incluye un nuevo índice mundial de 180 países en el que se comparan sus resultados sobre supervivencia y bienestar infantil, que incluyen la salud, la educación y la nutrición; sobre sostenibilidad, con un indicador para las emisiones de gases de efecto invernadero; y sobre equidad o desigualdad de ingresos.

Según el informe, aunque los países más pobres deben redoblar los esfuerzos para que sus niños tengan vidas saludables, las excesivas emisiones de carbono –desproporcionadas en el caso de los países más ricos– ponen en peligro el futuro de toda la infancia. Si, según las proyecciones actuales, el calentamiento global supera 4°C en el año 2100, las consecuencias para la salud de los niños serán devastadoras debido al aumento en el nivel de los océanos, las olas de calor, la proliferación de enfermedades como el paludismo y el dengue, y la malnutrición.

El Índice muestra que los niños de Noruega, la República de Corea y los Países Bajos tienen las mejores posibilidades de supervivencia y bienestar, mientras que los niños de la República Centroafricana, Chad, Somalia, Níger y Malí tienen las peores perspectivas. Sin embargo, al tomar en consideración las emisiones de CO2 por habitante, los autores encontraron que los países con las mejores posibilidades van rezagados: Noruega se clasificó en el puesto 156; la República de Corea, en el 166; y los Países Bajos, en el 160. Cada uno de estos países emite 210% más CO2 por habitante que su meta para 2030. Los Estados Unidos de América, Australia y Arabia Saudí figuran entre los 10 países que más emisiones generan.

“Más de 2.000 millones de personas viven en países donde el desarrollo se ve obstaculizado por las crisis humanitarias, los conflictos y los desastres naturales, que se relacionan cada vez más con el cambio climático”, explica Awa Coll-Seck, Ministra de Senegal y Copresidenta de la Comisión. “A pesar de que algunos de los países más pobres generan las emisiones más bajas de CO2, muchos están expuestos a los peores efectos de un clima que cambia rápidamente. La promoción de mejores condiciones hoy en día para que los niños sobrevivan y prosperen a nivel nacional no tiene por qué ser a costa de erosionar el futuro de los niños a nivel mundial”.

Los únicos países en camino de superar los objetivos sobre emisiones de CO2 per cápita para 2030 y, al mismo tiempo, obtener buenos resultados (dentro de los primeros 70 puestos) en los indicadores de desarrollo y bienestar infantil son Albania, Armenia, Granada, Jordania, Moldavia, Sri Lanka, Túnez, Uruguay y Vietnam.

La obesidad infantil ha aumentado 11 veces

El informe también hace hincapié en el peligro que representan para los niños las prácticas de comercialización nocivas. Existen datos concluyentes de que, en algunos países, los niños ven hasta 30.000 anuncios de televisión en el curso de un año, y de que la exposición de los jóvenes a los anuncios de vapeo (cigarrillo electrónico) aumentó más del 250% en los Estados Unidos en dos años, llegando a más de 24 millones de jóvenes.

El profesor Anthony Costello, uno de los autores de la Comisión, dijo: “La autorregulación de la industria ha fracasado. Entre muchos otros estudios, los que se han realizado en Australia, Canadá, los Estados Unidos, México y Nueva Zelanda han mostrado que la autorregulación no ha impedido que se sigan presentando anuncios dirigidos a los niños. Por ejemplo, a pesar de que la industria se comprometió con la autorregulación en Australia, los niños y los adolescentes estuvieron expuestos a 51 millones de anuncios relacionados con el alcohol durante apenas un año durante la retrasmisión en televisión de partidos de fútbol, cricket y rugby. Y la realidad puede ser mucho peor: tenemos pocas cifras sobre la enorme expansión de la publicidad en las redes sociales y los algoritmos dirigidos a nuestros niños”.

La exposición de los niños a la comercialización de comida basura y bebidas azucaradas se asocia con la compra de alimentos no saludables, el sobrepeso y la obesidad, un ejemplo de cómo la comercialización abusiva está relacionada con el aumento alarmante de la obesidad infantil. El número de niños y adolescentes obesos pasó de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016; es decir, se incrementó 11 veces, con graves costes individuales y sociales.

 

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