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No me cuenta nada del cole

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Cuando nuestros “peques” llegan del cole, estamos ansiosos por saber cómo ha ido todo, para ayudarles en lo que necesiten. ¿Han entendido las explicaciones de los profesores? ¿Todo ha salido bien con los compis? Sin embargo, muchos niños llegan, contestan a nuestras preguntas con un escueto “bien” y se ponen a mirar la televisión… Esto es un poco desesperante, pero se puede solucionar poco a poco…

Entre padres e hijos la comunicación es fundamental por muchísimas causas, pero a veces que los “peques” confíen en nosotros y nos cuenten sus cosas es más difícil de lo que parece. En cualquier caso, con un poco de esfuerzo por nuestra parte, se puede ir mejorando la comunicación día a día.

Los problemas e inquietudes de todos los padres son muy similares, prepararles para ser mejores personas, con un buen nivel educativo, solucionar sus problemas, etc. Pero esto puede resultar bastante difícil, si por un lado no nos enteramos bien de lo que necesitan, y por otro no somos capaces de conseguir que capten el mensaje correcto. Por eso la comunicación en ambos sentidos es una pieza básica de la unidad familiar.

Profundizar en nuestras conversaciones con los niños, y convertirse en su confidente de confianza es el tema central del libro Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen de Adele Faber y Elaine Mazliz.

Según este volumen, todo el mundo piensa que será el mejor padre o madre del mundo (al menos en teoría) hasta que tiene niños, se da cuenta de que no todo es tan fácil como pensaba, y comete errores en los que creía que jamás caería. De todas formas, el libro recomienda muchísimos consejos prácticos para superarlos. Básicamente, se trata de esforzarse por aprender a escuchar, y dejar que los chicos lo cuenten todo con pelos y señales, apoyándoles para ayudarles a que continúen, en lugar de cortarles bruscamente.

Por ejemplo, es inevitable que en lugar de escuchar, el padre intente o negar los problemas (“No es para tanto”), culpabilizar al chico (“Seguro que tú eres el responsable”) o moralizar (“Lo que deberías hacer es…”). Desde esta posición en la que parece que estamos mirando a los chicos desde arriba, es imposible que la comunicación sea fluida. Así, lo más probable es que deje de hablar.

Objetivo escuchar
El libro recomienda por ejemplo, tratar de ponerle nombre a los sentimientos que experimentan los hijos. Por ejemplo, ante un “La profesora dice que va a suspender la función escolar. ¡Es una bruja” no conviene echarles una bronca por insultar a su maestra, ni ponerse a ver el fútbol. Es mejor decirles que seguramente sentirán una gran “decepción”. El objetivo es escucharle para que el chico se dé cuenta con la conversación por sí mismo de cómo solucionar el problema: “Creo que mi profesora también está enfadada porque nadie se sabe el papel. Ha dicho que si nos ponemos al día, quizás nos dé una oportunidad. Será mejor que repase mi diálogo esta noche”.

A través de ejercicios prácticos que se pueden llevar a cabo con nuestro cónyuge, este libro enseña trucos estupendos. Por ejemplo, resulta sorprendente lo que se puede conseguir simplemente usando en la conversación las palabras “¡Vaya!”, “Ajá” y “Ya veo”, que sirven para que el niño se dé cuenta de que les estamos atendiendo, y así continúen con la conversación. Muchos padres se dan cuenta de que resulta asombroso la cantidad de cosas que los chicos les cuentan cuando simplemente les dejamos hablar a su aire, sin tratar de imponerles nuestros criterios o puntos de vista. Y si bien algunos padres dicen que a pesar de haber leído el libro, se dan cuenta de que lo están haciendo mal, al menos reconocen que han aprendido exactamente a reconocer en qué están fallando, un paso fundamental de cara a mejorar.

Los problemas con hijos adolescentes, principal queja de las familias madrileñas
Un 53 por ciento de las familias que acuden a la Unidad de Orientación a la Familia en Momentos Difíciles, de la Comunidad de Madrid lo hacen porque tienen problemas con sus hijos adolescentes.

Esta causa supera con mucho a las demás demandas, como los conflictos de pareja (33%), problemas con adultos (9%) o los problemas de personas mayores de 65 años (4%). La Unidad de Orientación ofrece toda la información, asesoramiento y apoyo a aquellas familias que lo necesitan.

En primer lugar, las personas que se encuentran en momentos difíciles, suelen ponerse en contacto por teléfono con la Unidad (es necesario llamar al 902 150 004). Posteriormente, mantienen entrevistas personales en la Unidad, con expertos multidisciplinares capaces de orientarles, darles respuestas, y encauzarles por el buen camino de cara a solucionar el problema.

Este servicio está gestionado por la Fundación Atenea. Con motivo del Día Internacional de la Familia, que tuvo lugar el 17 de mayo, la Fundación Atenea organizó una jornada para profesionales, sobre métodos de intervención con familias, que inauguró Blanca de la Cierva, Directora General de Familia de la Comunidad de Madrid. Se analizaron temas como las peculiaridades del enfoque de intervención breve con familias, la interdisciplinariedad en esta intervención y las nuevas necesidades y demandas detectadas en la familia.

El encuentro se celebró en el CentroCaixa de Madrid, y sirvió como punto de encuentro para expertos en el tema de la ayuda a las familias. Entre los ponentes, participaron diversos profesionales que desarrollan actualmente programas de la Comunidad de Madrid, de intervención con familias, como la Unidad de Orientación Familiar, su Unidad Itinerante o el Programa de Tratamiento Psicológico para Adolescentes con Problemas de Maltrato Familiar.

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