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Ortodoncia, ¿cuándo y para qué?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos pueden manifestarse a temprana edad, cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos por los definitivos. Este es el momento de solicitar el consejo del dentista. Durante el periodo de la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, es cuando la mayoría de los pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia.

Los especialistas identifican varias causas que hacen precisa una ortodoncia. En ocasiones tienen que ver con malos hábitos adoptados desde la más tierna infancia y otras, simplemente se trata de herencia congénita. El consumo de alimentos blandos causa una merma en el tamaño de los huesos que deben albergar toda la dentadura, y chuparse el dedo o usar chupete produce un avance perjudicial de la dentadura superior.

Cada vez es más común la pérdida prematura de dientes y muelas de leche por abuso de dulces, que complicará el crecimiento de los definitivos. También la mala respiración por la nariz, debido a inflamación de amígdalas, vegetaciones o por alergias, empeora el desarrollo normal de la dentadura y sus huesos; y finalmente, ciertas enfermedades periodontales tienden a movilizar los dientes y colocarlos mal.

Modalidades

El tratamiento preventivo se ­realiza entre los 3 y 6 años y persigue la eliminación de los hábitos deformantes infantiles, generalmente en la dentición temporal. El tratamiento interceptivo, entre los 7 y 11 años, está encaminado a facilitar la salida normal de los dientes definitivos y mejorar el tamaño y posición de los huesos maxilares.

Finalmente, el tratamiento correctivo es el indicado cuando ya han salido los dientes definitivos, que suele ocurrir entre los 12 y los 15 años.

Tipos de aparatos

Los aparatos correctores pueden ser removibles o fijos. Los aparatos removibles constan de una delgada placa que se ajusta al paladar a la que se agregan diversos elementos metálicos, capaces de mover los dientes con sus correspondientes huesos. Su manejo es relativamente sencillo. Está indicado para corregir defectos leves o moderados. Como dificultan la masticación, se deben retirar durante las comidas. El niño dispone de una caja donde guardarlo, que se puede colgar del cuello en el comedor del colegio para no perderlo. El cepillado es más fácil con lo que hay menos caries.

Los aparatos fijos constan de unos minúsculos soportes pegados a los dientes, que alojan unos alambres especiales que proporcionan la energía para los movimientos. Su efectividad es mayor que en los removibles, por lo que están indicados para corregir defectos graves. El profesional debe tener mayores conocimientos ya que podría causar daños irreparables en la dentadura.

Finalizado el tratamiento, durante un tiempo se utilizan unos dispositivos para fijar los dientes.

Salud bucodental

El Plan de Salud Bucodental sigue en marcha y para este año contará con una dotación de 12 millones de euros, la misma que el año pasado. Hasta el momento, y desde el inicio de su aplicación en 2008, se han destinado más de 19 millones de euros (sin contar la nueva dotación) a subvenciones a las comunidades autónomas, ofreciendo cobertura a más de 850.000 niños de entre 7 y 12 años.

La puesta en marcha de este plan culminará en el año 2012 con la cobertura de niños hasta los 15 años. Se accede a través de atención primaria y los ambulatorios y la asistencia dental básica a los niños incluye una revisión anual con las siguientes medidas preventivas y asistenciales:

  • Instrucciones sanitarias en materia de dieta y salud bucodental, acompañadas de adiestramiento en higiene bucodental para los niños y para sus padres y tutores.
  • Aplicación de flúor tópico, de acuerdo con la política de fluoración de cada comunidad autónoma y con las necesidades individuales de cada niño.
  • Revisión anual del estado de salud bucodental, incluyendo exploración radiográfica cuando sea necesario.
  • Sellado de fisuras o fosas en las piezas permanentes sanas para evitar la aparición de caries (las denominadas muelas de los seis años).
  • Empastes de piezas definitivas, no de leche.
  • Endodoncias.
  • Extracción de algún diente permanente siempre que no haya posibilidad de aplicar ningún otro tratamiento más conservador.
  • Extracción de dientes de leche.
  • Limpieza de boca cuando se detecten cálculos y/o pigmentaciones extrínsecas en la dentición permanente.
  • Tratamientos especiales en incisivos y caninos permanentes en caso de enfermedad, malformaciones o traumatismos sin perjuicio, en el caso de traumatismos, de las responsabilidades de terceros en el pago del tratamiento.
  • Seguimiento en los casos que aconseje el facultativo para asegurar la correcta evolución clínica de la salud dental del menor
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