Propuestas para que el confinamiento no frene el aprendizaje de inglés
El confinamiento está pasando factura a la salud de los niños, sobre todo de los más pequeños, afectando a todas las áreas clave del neurodesarrollo de la primera infancia. Esto incluye desde la falta de movimiento o la limitación de las relaciones sociales, lo que puede causar cierta irritabilidad en su comportamiento; hasta el juego o el aprendizaje, que en esta situación de cambio puede ocasionar falta de concentración.
Asimismo, los pequeños también tienen una fuerte necesidad de interactuar con otros niños, lo cual está siendo limitado durante el confinamiento. Este punto es vital en la enseñanza de un segundo idioma ya que, para su desarrollo, siempre debe favorecerse, en la medida de lo posible, el pensamiento en esa lengua y el uso social de la misma.
Ahora, la principal fuente de comunicación son los padres y hermanos. Por ello, para fomentar el contacto con el idioma, es recomendable introducir el inglés en el tiempo de juego. Esto no solo ayuda al lenguaje, sino que también brinda a los padres la oportunidad de relacionarse con sus hijos y divertirse juntos. Si, por el contrario, no se favorece el contacto con el idioma durante un periodo de tiempo prolongado, podría darse una importante pérdida de vocabulario. Además, la falta de familiaridad y de exposición a los sonidos del idioma en cuestión derivaría en un retroceso del aprendizaje del mismo.
Consejos y propuestas de actividades sin salir de casa
Raffaele Forgione, country manager Helen Doron España, propone una serie de ideas, consejos y actividades para seguir aprendiendo inglés sin salir de casa.
Refuerzo positivo: Un niño que es estimulado con métodos que ayuden a desarrollar su autoestima, incluso cuando hace algo mal, va a crecer con mayor confianza y seguridad en sí mismo y aprenderá los contenidos mejor. No se trata de premiarles por una frase bien dicha o una actividad realizada adecuadamente, sino de crear un ambiente en el que se sientan seguros y confiados, en el que un error no signifique un fracaso, sino un estímulo para volver a intentarlo. Incluso cuando se sienten bloqueados, no quieren participar en un juego, pierden o lo hacen mal, la respuesta debe ir siempre dirigida a que no tengan miedo y no piensen que equivocarse va a suponer tener una consecuencia negativa.
Escucha repetida: Desde muy temprana edad escuchar canciones o ver dibujos animados y películas en inglés puede contribuir en gran medida a desarrollar el vocabulario y fortalecer la comprensión oral. Es recomendable exponer a los niños a diario al idioma (al menos 20 o 25 minutos al día) para que no pierdan el contacto con el mismo y lo interioricen como algo natural y habitual. Así, cada día aprenderán nuevas palabras, nuevas estructurales gramaticales y nuevos sonidos que les ayudarán a seguir desarrollando su aprendizaje de forma intuitiva. También en casa, los padres y hermanos mayores pueden contribuir a que los más pequeños se familiaricen con el inglés aunque no dominen la lengua. Podemos, por ejemplo, nombrar en inglés los productos básicos con los que más se relacionan a diario (alimentos, rutinas como lavarse los dientes, hora del baño…) y repetir las palabras o expresiones clave que habitualmente decimos en español (“hora de dormir”, “¿tienes sueño?”, “¿estás cansado?”, “buenos días”) e ir añadiendo vocabulario y expresiones progresivamente.
El juego como herramienta de aprendizaje: El juego es un recurso infalible para que los niños conecten con sus intereses, presten atención y se diviertan al tiempo que adquieren nuevas habilidades. Puesto que la imaginación no tiene límites, hay infinidad de opciones a la hora de crear juegos divertidos que nos permitan reforzar aptitudes y conocimientos concretos. Juegos matemáticos y con el lenguaje, así como las manualidades pueden servirnos muy bien para que nuestros hijos sigan aprendiendo y en contacto con el inglés.