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Qué pasa con la comida

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Aumentan los casos de niños de 12 años con obsesión por eliminar peso a base de ejercicio compulsivo. Encontramos pequeños de 6 años con rechazo a comer o fobia a tragar y, a la vez, los expertos alertan del grave incremento de la obesidad infantil.

Los trastornos alimentarios están apareciendo a edades cada vez más tempranas. Tanto es así que “los especialistas ya estamos viendo incluso casos de niños en edad escolar, es decir, a partir de 6 años, con problemas alimentarios como el rechazo a la comida por causas emocionales o el rechazo absoluto a comer, el síndrome de alimentación selectiva, fobias a tragar o incluso anorexias nerviosas”, ha explicado Ángel Villaseñor, profesor del Master Universitario sobre Trastornos del Comportamiento Alimentario y Obesidad de la Universidad Europea de Madrid y psicólogo del Hospital Niño Jesús de Madrid, durante la Jornada “Nutrición, Salud, Trastornos Alimentarios y Obesidad”, organizada por la citada institución académica.

Deporte compulsivo

“También se está produciendo un aumento de los casos de niños, de no más de 12 años, que intentan eliminar toda la comida que ingieren y todo el peso que ganan mediante la actividad física de manera compulsiva”, ha señalado este experto. Su obsesión es eliminar con ejercicio todo lo que han comido y para ello pueden correr, subir escaleras, estar en movimiento continuamente o ir al gimnasio y practicar tres deportes a la vez.

Otro problema alimentario que empieza a darse con frecuencia en la edad infantil es, según Villaseñor, el de los trastornos por atracón o conductas de picoteo. Junto a ello, también se detectan cada vez más casos de otros síndromes habitualmente relacionados con una etapa posterior, la adolescencia. Es el caso de la anorexia y bulimia nerviosa, “patologías mucho más comunes entre las niñas, si bien el 10% de los casos de anorexia se dan en niños, afirmó Villaseñor.

Por otra parte, este experto también recuerda que la obesidad infantil sigue siendo un problema de primer orden en nuestro país. “España es el segundo país europeo con mayor índice de obesidad infanto-juvenil, entorno a un 16%. Concretamente, entre los 3 y los 5 años de edad, el porcentaje de niños obesos es de un 7%-11%, ascendiendo hasta el 23% a los 14 años”.

Teniendo en cuenta estos datos, los expertos apuestan por una labor fundamentalmente de prevención en la que los padres ejerzan un papel decisivo. “El 70% de las causas del mantenimiento de una obesidad infantil están en los factores ambientales, es decir, en todo lo que rodea al niño. Por ello es fundamental que haya unas figuras que pongan límites y den unas normas para que estos pequeños tengan un plan de vida adecuado”, aseguró Villaseñor.

Fuera del colegio

Para combatir la obesidad y el sobrepeso, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas han prohibido la venta en los colegios de bollería, chuchería, aperitivos y refrescos. La iniciativa se enmarca en la Estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad), creada en 2005 para que niños y jóvenes adopten hábitos de vida saludables, principalmente a través de una alimentación sana y de la práctica regular de actividad física. El Institut de Trastorns Alimentaris (ITA), un centro especializado en el tratamiento de los trastornos de la alimentación y la obesidad, cree que la iniciativa de prohibir determinados alimentos en los colegios “es positiva pero es únicamente un primer paso, se deben mejorar las estrategias preventivas. En edades tempranas, las iniciativas basadas exclusivamente en ofrecer información nutricional pueden resultar insuficientes para producir cambios estables en la conducta y en las actitudes del niño”.

Los contextos de influencia más cercanos como son el comedor escolar y la familia deben funcionar como modelos de hábitos alimentarios saludables. Es imprescindible en ambos casos, una dieta equilibrada, sin restricciones ni excesos, y una supervisión adecuada de la conducta del niño en la mesa (el ritmo de la alimentación, cantidad, el consumo hídrico, etc.) La escuela y la familia han de ser proveedores de hábitos alimentarios saludables.

El manual Educar y crecer en salud. El papel de padres y educadores en la prevención de los trastornos alimentarios, editado conjuntamente por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la nutrición y la salud y la Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios (FITA), se estructura en diferentes capítulos que explican el proceso de construcción de la autoestima, las emociones, cómo favorecer hábitos de vida saludable, cómo poner normas y los cambios que suceden en la adolescencia.

Para poder enseñar hábitos saludables, los padres y educadores han de asumir tres compromisos: ser activos, duraderos y obligarse a poner límites. El libro repasa la importancia de una alimentación sana, el peligro de las dietas que en muchos casos es el factor desencadenante del trastorno de la conducta alimentaria, el ejercicio físico en su medida justa y el cuidado de sí mismo.

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