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Servicio doméstico. ¿Quién educa a nuestros hijos?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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¿Sabes qué aprenden tus hijos mientras tú trabajas?
Los niños lo imitan todo, y la influencia
de quien está a su lado repercutirá en ellos. Por
eso, a la hora de contratar a alguien para la casa,
es muy importante que sea alguien acorde con lo
que queréis para ellos.

Autor: ALEJANDRA CARRASCO

Unos padres llevaron desesperados a su hijo al médico porque balbuceaba unas palabras ininteligibles. La conclusión del médico, sin embargo, era que el niño no hablaba palabras inventadas, sino la lengua materna de su ñiñera filipina, el tagalo. Este caso ilustra lo importante que es tener a la persona adecuada al cuidado de nuestros hijos, porque su influencia es clave en la estimulación y desarrollo de los menores. «La influencia de un adulto hacia un niño se da en todas las áreas, pero en la realidad vemos que las niñeras no son tales, es decir, no sólo se ocupan del cuidado de nuestros hijos sino que suelen trabajar como empleadas de hogar para todo tipo de servicios. Deben limpiar, planchar, hacer la compra y además preocuparse de los chavales…», explica la pedagoga Patricia Díaz.
Por ejemplo, «si la persona que escogemos está cansada cuando lleva al niño al parque, se dedicará a charlar con otras niñeras en su misma situación y no jugará ni atenderá adecuadamente al pequeño», destaca Díaz, quien subraya la importancia del juego por encima de todo. «La función de la niñera es preocuparse del menor y jugar mucho con él, pero claro, tener dos criadas es más caro», declara. Los requisitos que las familias piden a la hora de contratar una niñera son variados aunque que no fume y que no beba son más usuales que otros criterios como el tipo de formación que tienen. «También recibimos ofertas para trabajar en esto de profesionales muy preparadas, como maestras jardineras o enfermeras, pero obviamente, cobran más», explica Jordi Martín, de la agencia Canguro en Casa.

MUJERES INMIGRANTES

Hoy en día, cerca del 75% del servicio doméstico está compuesto por mujeres inmigrantes, principalmente de Europa del Este y Sudamérica. Para Esperanza Serrano, jefa de Gabinete de inserción laboral de la Fundación Senara, entidad que maneja una bolsa de empleo para mujeres inmigrantes,» la experiencia que hemos tenido con las mujeres que acuden a nosotros es que tratan muy bien a los niños, pero también nos hemos dado cuenta que las señoras del este son muy trabajadoras y correctas, pero que son muy duras con los más pequeños. Distinto es el caso de las sudamericanas, que son las preferidas por los padres al ser muy cálidas», analiza.
Serrano también comenta que sus recomendadas se quejan por «lo mal educados que están los niños españoles». Esto se debe –explica Serrano– a que «la realidad social de los países de origen de estas mujeres son distintas, y los niños son menos mimados que aquí». Por esta razón, Senara realiza un curso exprés para orientar a las recién llegadas sobre la realidad a la que se van a enfrentar. La mayor dificultad de su labor radica en que a veces los padres ni les conceden la autoridad necesaria sobre el niño ni obligan a los menores a respetarlas, lo que supone una contradicción.

Ayudas al tercer hijo

La Federación Española de Familias Numerosas (FEFN), que representa a 1,1 millones de familias con más de dos hijos, pide que el permiso de maternidad se amplíe a seis meses con el nacimiento del tercer hijo, ya que el permiso actual, de 16 semanas resulta escaso para cualquier familia.
Al margen de las medidas recogidas en el proyecto de Ley de Igualdad para favorecer la conciliación de vida laboral y familiar y la maternidad, la FEFN pide a los grupos parlamentarios que mejoren el texto presentado por el Gobierno, incluyendo medidas como la ampliación de la baja por maternidad de manera proporcional al número de hijos.
Según un informe del Centro de Investigaciones Sociológicas Opiniones de las mujeres ante la crianza y los hijos, «en España se tienen menos hijos de los deseados». En concreto, si se contase con más apoyos económicos y sociales, las españolas tendrían una media de 2,7 hijos. Sin embargo, la falta de prestaciones –ayudas económicas, guarderías, barreras profesionales– hacen que se queden en 1,3, lo que tiene consecuencias sociales importantes, ya que ese índice de fertilidad está muy lejos del necesario para garantizar la reposición de la población (2,1). Las familias piden incentivos para mejorar la tasa de natalidad

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